Oro parece, plata no es: ¿qué diferencia realmente al plátano de la banana?

Yandry Fernández Perdomo / L. G. V.

PRODUCTOS DE TEMPORADA

El tamaño, en este caso, no importa. Pero sí el uso que le demos a cada variedad, pues cada una nos funciona mejor en un tipo de elaboración. Ahora, si quieres ahorrar no hay ninguna duda: la banana es tu opción

05 sep 2022 . Actualizado a las 18:30 h.

Son de esas frutas que están disponibles todo el año en cualquier supermercado  y que se consumen en abundancia en nuestro país. De hecho, cada español consume, de media, 13,54 kilos al año, en los que gasta cerca de 21 euros en total, según el último Informe de Consumo de Alimentos del Ministerio de Agricultura y Pesca del pasado año. Sin embargo, no todo el mundo tiene claro qué diferencia realmente a los plátanos de las bananas.

«La banana suele ser de tamaño más grande y tiene una piel más lisa y limpia; el plátano, por su parte, se caracteriza por ser más pequeño en longitud y diámetro, y normalmente tiene un peso de 200 gramos y más motitas o pintitas negras que la banana», explica Patricia Antelo, responsable de frutería del Eroski Center de Matogrande, en A Coruña. En cuanto al origen del cultivo, como su hábitat son principalmente las regiones tropicales y subtropicales, la especialista también señala que la primera proviene principalmente de Latinoamérica o África, mientras que el segundo, el clásico plátano de Canarias, se da sobre todo en Tenerife, Gran Canaria y La Palma. 

Por su experiencia, Antelo comenta que la banana es mucho más barata porque se cultiva de forma extensiva y en plantaciones más grandes, a la vez que suele aguantar más tiempo. A continuación, añade: «El precio del plátano ha subido mucho en los últimos meses, sobre todo el que venía de La Palma a causa del desastre ocasionado por el volcán en la isla». 

 

Otra de las frutas con aspecto similar es el plátano macho, más típico de Ecuador; el cual es más grande, seco y alargado que los dos anteriores. Es de textura harinosa y se cocina como una patata

«El plátano se utiliza más como postre, mientras que las bananas se emplean más para cocinar o como acompañamiento de carnes», expone Belén, quien está al frente del negocio Belén Frutería, en A Coruña. Y en cuanto a los platos típicos para cocinar con este producto destaca el arroz a la cubana y el dulce de banana. «Hay gente que también lo fríe y dicen que sabe muy rico», dice. 

«La diferencia entre el precio de ambas es abismal. Desde la primavera el plátano ha aumentado. En nuestra frutería llegamos a vender un kilo de plátanos a casi 5,50 euros. Comenta que en la época estival su precio ha bajado un poco: «Ahora un kilo de plátano vale 3,95 euros». Por su parte, señala que la banana es más barata, y un kilo de banana, de hecho, cuesta en estos momentos sobre los 2,25 euros.

El tamaño

Pese a ser más pequeños que las bananas, las propiedades nutricionales de los plátanos son mucho mayores. Lo explica la experta Ana Golpe: «Contiene mayor cantidad de proteínas, vitaminas A, B2, B6 y C. También cuenta con 50 gramos más de potasio, 30 gramos más de fósforo, casi el doble de calcio y más cantidad de magnesio que los plátanos. Por si fuera poco, su fibra es más saciante». 

Ahora bien, la nutricionista dice que estas cualidades varían en función del momento en que se consume el plátano. Por ejemplo, «cuando está más verde es más saciante, tiene un almidón más resistente, contiene más probióticos y, por tanto, es mejor para la salud intestinal. Por su parte, los de color más amarillo tienen alto contenido en fibra, tienen mayores propiedades antioxidantes y más azúcar», refiere. 

 Ana Golpe recomienda consumirlo antes de esa maduración extrema, cuando está más blando porque ya en esa etapa esta fruta ha perdido más nutrientes, tiene menos contenidos en vitaminas y minerales. 

El plátano y las bananas vienen bien para todo. «Las personas que hacen deporte, los consumen mucho, al igual que los que necesitan un aporte de potasio. Además, es muy cómodo de transportar, no mancha y para los niños son perfectos porque la cantidad de nutrientes que tienen y todo lo que aguantan», concluye la nutricionista.