Las dos Españas del toro vuelven a verse las caras ante El Bibio

J. C. Gea GIJÓN

GIJÓN

La manifestación antitaurina ha reunido, según sus convocantes, a más de 1.500 personas en su undécima convocatoria, que cercó la plaza de toros gijonesa con un clamor respondido por algunos partidarios de la lidia

13 ago 2017 . Actualizado a las 21:53 h.

El clamor antitaurino ha vuelto a colarse con fuerza en el coso de El Bibilo. La undécima convocatoria de la manifestación contra las corridas de toros impulsada por la asociación animalista Anadel ha congregado, según los convocantes, más de 1.500 personas para la manifestación y la concentración que desde las 16,30 hasta pasadas las 19,00 horas ha dejado constancia en las calles de la ciudad, y muy particularmente en el epicentro de la feria taurina de Nuestra Señora de Begoña, de la oposición frontal de una parte de la población a una fiesta que consideran una forma de tortura animal que solo se sustenta en subvenciones estatales y que no forma parte de su cultura ni de sus festejos tradicionales. 

Ese viene a ser el resumen del repertorio de consignas y la miriada de carteles que han acompañado la marcha y una concentración que se ha registrado sin incidentes, y este año a una distancia sensiblemente superior de la plaza de toros respecto a la de convocatorias anteriores. Con consignas como «Gijón, despierta, esta no es tu fiesta» o «Toros sí, taurinos, no» el recorrido ha partido pasadas las 16,30 de la Plazuela de San Miguel y ha discurrido por calles de La Arena hasta las inmediaciones de la plaza de toros, adonde ha arribado a la misma hora a la que hacían su entrada los aficionados. Durante la marcha han recibido las increpaciones de viandantes, mientras que desde los balcones se exhibía alguna bandera española.

Más allá de la valla y del cordón policial, situados este año al otro lado de la calzada de la carretera de Villaviciosa, los antitaurinos se han dejado los pulmones y la garganta gritando consignas contra los partidarios de las corridas de toros. Durante casi dos horas han coreado todos sus mensajes, que han arreciado en las numerosas ocasiones en las que los partidarios del festejo les han encarado con muy diversos gestos: desde peinetas hasta pases toreros, la exhibición de las entradas o incluso la invitación de que se fueran «a nadar». Los efectivos antidisturbios han tenido que mediar más de una vez para pedir calma a los pro-taurinos, e incluso han llegado a realizar algunas identificaciones.