Los agentes que investigaron el caso afirman en el juicio que no tiene dudas sobre la culpabilidad del acusado de la muerte de Sonia Meléndez Mitre
17 ene 2018 . Actualizado a las 19:06 h.Los policías que llevaron la investigación del homicidio de la hostelera gijonesa Sonia Meléndez Mitre han dicho no tener dudas de que el autor de su muerte fue el ciudadano de origen senegalés Abdou Ndiaye, más conocido como 'Makelele', quien había mantenido una relación con la víctima.
Así lo han sostenido en la tercera sesión del juicio celebrado, bajo la figura del jurado popular, en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias con sede en Gijón. La Policía también ha certificado que las antenas de telefonía móvil situaban el teléfono del acusado en el entorno de la vivienda de Sonia, en el barrio del Lauredal, pese a que el procesado asegura no haber ido a la casa, y constataron que 'Makelele' se había cambiado de ropa ese día como así corroboraron varios testigos.
Han apuntado, además, que policialmente el caso estaba cerrado. En cuanto a la víctima, han apuntado que se la encontraron vestida en una habitación que estaba algo desordenada, con muebles movidos. También han aludido a la nota encontrada en la que se decía «mucho tiempo detrás de ti nosotros y de tu negro». Además, la Policía ha confirmado que se encontró cocaína en la vivienda de la víctima.
Cabe recordar que en las dos primeras sesiones del juicio el acusado, que había trabajado para la hostelera hasta dos días antes de su muerte, aseguró haber mantenido una relación sentimental de tres años con la víctima. Negó, asimismo, haberla amenazado y mucho menos ser el autor de su muerte.
Una versión que contrasta con la dada por amigos, familiares y empleadas de la víctima, que han coincidido en que la hostelera estaba «aterrorizada» hasta el punto de llegar a decir que si le pasaba algo ya sabían quién había sido. Su hija, en esta misma línea, ha señalado que 'Makelele' estaba obsesionado con su madre. «Me va a matar, va a acabar conmigo», le confesó la víctima a una amiga suya sobre el procesado.
También contrasta la versión ofrecida por el acusado de que un clan gitano gallego tenía amenazada a Sonia porque les debía dinero por un asunto de drogas. Ninguno de las personas con relación directa tenía conocimiento de este hecho, a lo que han argumentado que fue una invención del acusado para desprestigiarla y desviar la atención. El acusado había contado incluso a un tío de la víctima, que es policía, que este grupo de personas de etnia gitana le había ofrecido un reloj a cambio de información sobre la dirección de la hostelera.
Los peritos forenses, asimismo, declararon que Sonia falleció por estrangulamiento y un aplastamiento del pecho causado por una persona «corpulenta y fuerte». También apuntaron a que la víctima no tuvo posibilidad de defensa.
Queda por aclarar también si acusado y víctima mantuvieron una relación sentimental, lo que influiría a la hora de aplicar el agravante de parentesco, ya que los testigos han discrepado en este asunto. Si bien unos decían que era evidente que esa relación existía aunque ellos no lo dijeran públicamente, otros apuntaban a que solo se acostaban juntos de vez en cuando.
El juicio continuará este jueves con los informes periciales y las conclusiones, para dar luego paso, ese mismo día o el viernes, a la deliberación del jurado popular, que deberá declarar al acusado culpable o no culpable.