Una docena de escritorias y periodistas aportan sus relatos a un volumen editado por la Federación de Asociaciones de Vecinos para rendir tributo a las gijonesas que forjaron su historia
15 dic 2018 . Actualizado a las 10:02 h.En 2015 y 2016, fueron las jornadas sobre el papel de la mujer en los movimientos sociales y obreros de Gijón; en 2017, el documental Mujeres que cambiaron tu vida. Y este año que acaba, cerrando ciclo, una evocación literaria del imprescindible pero a menudo invisible papel de las mujeres en el tejido social y vecinal de la ciudad. 12 Playes, el volumen colectivo editado por la Vocalia de la Mujer de la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV) que ayer se presentó en la Escuela de Comercio, reúne una docena de retratos de otras tantas escritoras y periodistas cuyas protagonistas emblematizan la energía que las mujeres han aportado al movimiento vecinal gijonés a través de las Vocalías de la Mujer.
Los relatos recopilados son Plantas verdes, mariposas amarillas, de Laura Castañón, Lo que cuesta, de Natalia Cueto, La Flor de La Camocha, de Paloma Llanos, Elina, de Maribel Lugilde, La energía de un guiño, de Montse Martínez, Extraordinariamente inquieta, de Melissa Mieres, Bregar, de Toni Rodero, Simplemente Ina, de Pilar Sánchez Vicente, El puente, de Carlota Suñárez, Adela, de Chelo Tuya, Círculo de compromiso, de Rosa Valle y La ciudad de los perdedores, de la colaboradora de La Voz de Asturias Esther Canteli.
La mayor parte de las autoras estuvieron presentes en la Escuela de Comercio en un acto que encabezó María José Cuervo, actual responsable de la Vocalía de la Mujer y que también contó con la intervención del presidente vecinal, Adrián Arias. También lo estuvo la exconcejala, militante feminista y miembro de la Ejecutiva local del PSOE Dulce Gallego, autora del epílogo en un volumen que abre otra exconcejala, exconsejera y destacada integrante del movimiento feminista en Gijón María José Ramos.
En sus palabras preliminares, María José Cuervo evocó la importancia del movimiento vecinal como un «espacio donde la mujer empezó a encontrar un lugar donde reunirse», aunque también el modo en el que se la relegaba inicialmente a «barrer y hacer la tortilla o la empanada para la fiesta»; una situación que fue cambiando poco a poco gracias a la «perspicacia» de las mujeres que fueron detectando todo aquello que faltaba o había que mejorar en sus barrios, y que fueron incorporando esas demandas a través de su acción al trabajo de las asociaciones de vecinos. Cuervo describió 12 Playes como «un homenaje a las que nos pecedieron, a su lucha y compromiso» y recordó que «aunque creamos que se ha conseguido mucho, en realidad no es tanto», y que el espíritu de las mujeres invocadas en estos 12 relatos sigue siendo necesario -dijo Adrián Arias- para «guerrerar y luchar por los derechos de todas y todos».