Yolanda, xente como yo

Boni Pérez LA CANDIDATA, DE CERCA

GIJÓN

18 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Mi vinculación con Yolanda parte, como tantas otras, de la música y ello por la relación que me une a su compañero, Rubén Ardura, quien junto a Ruma Barbero y un servidor formaba la troika de organizadores del Festival N’Alcordanza d’Ígor Medio y Carlos Redondo. La música siempre es un buen comienzo.

Yolanda formaba parte, entonces, de aquel coro nómada que se iba trasladando por distintos puntos de la ciudad para disfrutar de las actuaciones. La primera sorpresa me la dio en ese contexto: yo creía, por puros prejuicios basados en su militancia política de izquierda asturianista, que principalmente le gustaría el folk de raíz celta y, si acaso, Dixebra, pero resultó que conocía a Medication, a los que habíamos reanimado para aquella ocasión, y disfrutó a lo grande con el memorable y aturdidor concierto que nos propinaron en el Café Dam.

La candidata de Podemos-Equo Xixón es rigurosamente coetánea de los integrantes del conglomerado que pasó a la historia con el nombre de Xixón Sound, una generación que ya hace años empezó a adquirir responsabilidades en su vida íntima, pero cuya presencia en lo público se observa más difuminada, aunque su hora, sin duda, ya ha llegado.

Llega a la visibilidad -que no a la actividad, en la que es toda una veterana- política en plena madurez y con las ideas muy claras. Yo destacaría de ella tres virtudes: su sentido de la justicia, su capacidad de trabajo y dedicación y su discreción, rasgo este último muy de agradecer en esta época de bocachanclas, por no hablar de lo bien que le vendrá a esta castigada ciudad su experiencia en materia de urbanismo y medio ambiente.

Pero no nos pongamos tan serios, que no formo parte de su equipo, solo soy un fan. Al fin y al cabo el tiempo que mayormente comparto con Yolanda es el del recreo: música, sidra, noites celtas de Porcía y cachondeo sano alrededor de una mesa bien surtida. Ahí está la Yolanda risueña, perspicaz y despistada a ratos y compañera infalible. Cuando la recuerdas siempre es con esa sonrisa que quiere escapársele del rostro o con uno de sus ataques de risa contagiosa.

No sé yo si los plenos darán para tanto, pero espero que la crispación que se ha instalado en la actividad política no ponga trabas a la rehumanización que personas como Yolanda podrían aportarle.