Cómo pasar el finde en otro mundo (virtual) sin salir de Gijón

J. C. G.

GIJÓN

Un momento de «The Scream», de Sandra Paugam y Charles Ayats
Un momento de «The Scream», de Sandra Paugam y Charles Ayats

La 17º edición de Arenas Movedizas convierte la Escuela de Comercio en una ventana abierta a los usos más creativos de los revolucionarios dispositivos audiovisuales de 3D digital

21 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando el primer fin de semana de verano pinta tan ceñudo como parece que viene el de este año, el consejo habitual para buscar alternativas de ocio bajo techo pasa por exposiciones, cine, espectáculos o quedarse simplemente en casa disfrutando de lo que ofrece la pantalla de televisión o la del ordenador. La alternativa de este primer fin de semana de verano para la borrasca en Gijón lo reúne todo ello, y llevará más allá a quien opte por ella: a los mundos envolventes, interactivos y aún a menudo desconcertantes de la Realidad Virtual, el 3D digital y sus numerosas aplicaciones. Es la apuesta fuerte de la décimoseptima edición de Arenas Movedizas, la más que consolidada cita en torno a los nuevos formatos de la creación audiovisual y artística que dada año comisaría el colectivo Fium con la colaboración del Ayuntamiento de Gijón, el Principado de Asturias y LABoral Centro de Arte. La puerta a casi todos esos mundos estará abierta -a excepción de una de las experiencias virtuales, Hana Hana, ubicada en las cocinas de Laboral Ciudad de la Cultura- en el edificio de la antigua Escuela de Comercio.

Ahí, en pleno centro de Gijón, se reparte el programa de exposiciones analógicas y digitales, instalaciones materiales y virtuales, proyecciones y talleres que se desarrollarán hasta el domingo: desde la intervención de Carmen Vázquez, CursiLove, para ser vista con las tradicionales gafas de 3D en el muro de la Oficina de Juventud municipal hasta las proyecciones del ciclo de cortometrajes «Lenguajes cruzados, imágenes mestizas», que se proyectarán el sábado a las 19 horas. Hay también historias interactivas como One Last Beat de Héctor Monerris, un auténtico ejercicio de mínimo gasto de recursos aplicado al máximo de creatividad -él mismo lo explicará esta tarde a las 19,00- y pases de cine en formato Realidad Virtual, con las proyecciones (?) de Your Spiritual Temple Sucks,de John Hsu o The Train Hamasen, de Kuan-Yun Lai.

Pero probablemente sean las «experiencias de realidad virtual», con las gafas 3D y los auriculares bien encasquetados en las cabezas de los antes espectadores y ahora coprotagonistas y manipuladores, las que sin duda provocarán mayor impacto. Desde alterar entornos de aire surrealista hasta seguir historias de animación escudriñando el relato, acercándose y alejándose de sus personajes o cambiando el punto de vista, hasta colocarse vis a vis ante El grito de Munch en un museo para uno solo... y asistir a todo lo que sucede después, con la opción incluso de pintar las paredes con las «propias» manos y los colores que desbordan el cuadro.

Fuera puede que siga lloviendo, pero a los mundos virtuales no llegará el mal tiempo. Garantizado.