Hollande y Merkel apelan a una Europa más unida en el aniversario de Verdún

Dpa

ACTUALIDAD

POOL | REUTERS

Emularon la hist´´orica visita de Kohl y Mitterrand en 1984 al campo de batalla donde murieron 300.000 personas

29 may 2016 . Actualizado a las 22:33 h.

El presidente de Francia, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, conmemoraron este domingo el centenario de la sangrienta Batalla de Verdún durante la Primera Guerra Mundial y aprovecharon para reafirmar la reconciliación de ambos países y alertar contra la división de Europa.

«Las fuerzas de la división, la separación y el aislamiento están trabajando de nuevo», advirtió Hollande.

«El pensamiento y la actuación puramente nacionalistas nos harían retroceder», alertó también Merkel. «Y eso vale lo mismo para la superación de la crisis de deuda Europa que para el trato de las personas que buscan refugio entre nosotros y para todos los grandes retos de nuestro tiempo», añadió.

El presidente francés evocó también el proyecto de paz que supone Europa. «Sabemos que se tardaría mucho menos tiempo en destruirlo que lo que se tardó en construirlo», afirmó. Según Hollande, la Unión Europea sigue siendo una referencia para muchos pueblos «que sueñan con la libertad».

En un día lluvioso, ambos mandatarios visitaron el cementerio militar alemán de Consenvoye y recordaron a las víctimas de la batalla, que durante diez meses de 1916 dejó más de 300.000 muertos pero no tuvo un gran resultado estratégico.

El nombre de Verdún es un símbolo de la «inconcebible crueldad y sinsentido de la guerra, así como de las lecciones extraídas y de reconciliación franco-alemana», afirmó Merkel. «Todos estamos llamados a mantener vivo el recuerdo en el futuro (...) Sólo quien conoce el pasado puede extraer lecciones y crear un buen futuro», añadió la canciller.

Hollande, por su parte, señaló que el lugar representó antes «lo peor, en lo que Europa se perdió hace cien años», pero también lo mejor, ya que la ciudad «fue capaz de unirse por la paz y la amistad entre Francia y Alemania».

Hollande y Merkel entregaron al alcalde de Verdún el Premio Adenauer-De Gaulle en reconocimiento a los méritos de la ciudad por la reconciliación entre Alemania y Francia.

El presidente francés afirmó que con este galardón, Verdún por primera vez es distinguida no solo por su historia de sufrimiento, sino también por su «mensaje de esperanza». «Verdún no se ha inmovilizado en un culto a los muertos, sino que siempre ha mirado hacia delante para cumplir su misión de paz», subrayó.

Por su parte, Merkel señaló que en vista de la historia, el recibimiento amistoso que ha encontrado en Verdún como canciller de Alemania no era una obviedad. «Y da gusto y es todo menos que obvio poder mirar caras amables en un lugar tan cargado de historia y simbolismo como éste», agregó.

La visita de Merkel y Hollande a Verdún evoca el recuerdo del histórico apretón de manos con el que sus antecesores Helmut Kohl y François Mitterand sellaron simbólicamente la reconciliación entre alemanes y franceses durante su visita al antiguo campo de batalla en 1984. «Esa imagen quedó grabada a fuego en la memoria colectiva de nuestras naciones», destacó Merkel.

Por la tarde, ambos mandatarios visitaron el renovado memorial de Verdún en la localidad de Fleury-devant-Douaumont.

Uno de los principales momentos de los actos fue la participación de 4.000 jóvenes de ambos países, en un gesto para concienciar a las nuevas generaciones sobre lo ocurrido en una batalla de que la que no hay supervivientes que puedan recordarlo.

Los jovenes, ataviados con camisetas de colores y sin ninguna señal visible de su nacionalidad, corrieron a través del bosque y aparecieron en una explanada. Después se alinearon y comenzaron a escenificar una lucha, antes de congelar sus movimentos y desplomarse ante la aparición de una figura que simbolizaba la muerte.

El director de cine alemán Volker Schlöndorff fue uno de los encargados de preparar la participación de los jóvenes. «Lo importante es que la ceremonia pase de los políticos y militares a los jóvenes», dijo el cineasta. «No se trata de volver a encender ninguna llama. Ni tampoco de que vuelvan a sonar por enésima vez los himnos nacionales, sino de los 15 minutos en los que los jóvenes llenarán este lugar», añadió.