El EI degüella a un cura de 84 años en Francia cuando decía misa y lo graba

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

Uno de los dos terroristas tenía una pulsera electrónica tras intentar ir a Siria

27 jul 2016 . Actualizado a las 08:18 h.

Un cura de 84 años degollado, una monja herida de suma gravedad, dos terroristas abatidos a tiros en el atrio de una iglesia y un menor detenido por su presunta relación con el atroz asalto a una iglesia de Saint Etienne du Rouvray, una pequeña localidad de 29.000 habitantes en Normandía. Ese es el balance del nuevo mazazo que ha propinado el Estado Islámico (EI) a Francia apenas doce días después del ataque de Niza, donde perdieron la vida 84 personas.

Esta vez, el crimen toma tintes más macabros aún. Según contó la hermana Danielle, la monja que consiguió huir de la iglesia antes de que los terroristas se dieran cuenta, los dos asaltantes obligaron al cura a ponerse de rodillas para degollarlo con una espada. «Y lo grabaron en vídeo», remarcó. Quizá para difundirlo en las redes afines a los yihadistas y amplificar el efecto propagandístico del ataque.

El asalto a la capilla tiene varias características singulares. Es el primero que se produce en suelo europeo contra un objetivo de significado carácter católico en un país en el que esta religión tiene una gran influencia. Hace algunos meses, los yihadistas asaltaron un aislado albergue de religiosos franceses en Túnez, pero el de ayer es el primer atentado de estas características que ocurre en Francia. También es el primer hachazo de los fundamentalistas en lo que los expertos en seguridad definen como «zonas blandas»: un área de interés secundario, lejos de los escaparates de las grandes ciudades y, por lo tanto, menos vigilado. Hasta ahora, el EI había concentrado sus golpes en suelo galo en París o Niza, ciudades grandes, en una fecha muy especial, como es la del 14 de julio, fiesta nacional francesa.

La secuencia de los hechos discurrió con rapidez. A las nueve y media de la mañana, dos hombres jóvenes, uno con barba desaliñada y el otro con un gorro típico árabe, irrumpieron en la iglesia, donde el padre Jacques Hamel, de 84 años, sustituto del párroco titular, oficiaba misa para cinco feligreses. Una de las asistentes, la hermana Danielle, logró huir y alertar a la policía, que rodeó el lugar mientras los terroristas grababan el asesinato del religioso. «Reunieron a los que estábamos dentro de la iglesia. Nos fueron empujando hacia delante. Hicieron una especie de ceremonia en el altar recitando cosas en árabe. Fue horroroso», declaró la religiosa.

Pocos minutos después de las diez, los agentes de seguridad consiguieron abatir a los dos terroristas -que el EI definió como soldados del califato- y rescatar a los rehenes, uno de ellos, gravemente herido. Uno de los asaltantes, Adel Kermiche, tenía una pulsera telemática y estaba fichado por su intento de viajar a Siria en dos ocasiones a través de Turquía. De hecho, pasó dos días en prisión por esa tentativa. Solo podía salir de la casa de sus padres, donde vivía, a partir de las 8.30 de la mañana.

Se da la circunstancia de que, según Colpisa, el ayuntamiento de Saint Etienne de Rouvray aprobó en 2013 una ayuda a los enclaves kurdos de Turquía que acogieron a los refugiados de Kobane (Siria) que huían de las persecuciones del EI.

El papa Francisco se declara «conmocionado por el bárbaro ataque»

El primer asesinato de un sacerdote en una iglesia cometido por el EI en Europa conmocionó a la comunidad católica, que celebra en Polonia la multitudinaria Jornada Mundial de la Juventud. El papa Francisco se mostró especialmente apenado por el fallecimiento del cura Jacques Hamel, quien fue descrito como «caluroso, sencillo, de vida modesta y muy apreciado por la población» por el párroco al que sustituía en ese momento, Auguste Moanda Phuati, natural del Congo y que acababa de regresar de vacaciones de su país natal.

Francisco se declaró «conmocionado por el bárbaro ataque», según afirmó el arzobispo de Rouen, que abandonó Polonia para regresar de inmediato a su diócesis. Algunos detalles justifican la expresión porque, según se supo, mientras degollaban al octogenario religioso, los asaltantes colocaron en la puerta a dos monjas y a una parroquiana como escudos humanos con el fin de impedir la entrada de la policía en el recinto religioso.

Guerra por todos los medios

El presidente galo, Francois Hollande, recordó que la amenaza terrorista «sigue siendo muy elevada», porque su país está ante una organización que «le ha declarado una guerra que hay que librar por todos los medios, pero respetando las leyes». «Lo que quieren hacer estos terroristas es dividirnos», dijo Hollande, que también transmitió al Papa su compromiso de aumentar la vigilancia y protección a todos los templos del país galo.

«Toda Francia y los católicos estamos heridos, pero nos mantendremos unidos», refrendó el primer ministro galo, Manuel Valls, lo que pretendía ser una posición unánime. Sin embargo, la líder ultraderechista Marine Le Pen apuntó directamente hacia los dirigentes franceses y aseguró que «no podemos olvidar la responsabilidad inmensa de los que nos gobiernan. Verlos parlotear es indignante».

Para Nicolas Sarkozy, que lleva meses ejerciendo como líder de la oposición, «debemos cambiar profundamente la dimensión, la medida, la estrategia de nuestras respuestas, porque estamos mostrando una acción incompleta contra el terrorismo». «Debemos ser implacables», reclamó.