Guerra cruenta contra los narcos en Filipinas

N. C. MANILA / AFP

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MARK R. CRISTINO | EFE

El presidente lanza un ultimátum a policías, políticos y jueces implicados, tras 800 muertos en un mes

08 ago 2016 . Actualizado a las 07:21 h.

«Tenéis 24 horas para personaros en vuestras unidades o voy a machacaros». Es el ultimátum del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, tras hacer pública ayer una lista de más de 150 políticos, jueces y policías a los que acusa de estar implicados en el tráfico de drogas. Un capítulo más en la guerra sin cuartel contra el narcotráfico que deja ya 800 cadáveres en un mes.

Durante la campaña, Duterte prometió acabar en seis meses con el tráfico de droga y el crimen que corroe Filipinas matando, si hiciera falta, a miles de delincuentes, a semejanza de sus años como alcalde de Davao. No ha alcanzado su meta, pero desde su investidura como presidente hace un mes se ha desatado una espiral de violencia con cientos de personas muertas a manos de la policía o de civiles convertidos en justicieros con la bendición del presidente.

Una imagen resume los abusos. Bajo los focos de las cámaras de televisión y la mirada horrorizada de personas agrupadas detrás de las cintas amarillas de la policía, una mujer de cuclillas en una calle abraza el cadáver de su marido. Lo acababan de matar unos desconocidos. «Mi marido era inocente. Nunca ha hecho daño a nadie», declaró una semana más tarde Jennilyn Olayres. Michael Siaron tenía 30 años y era conductor de taxi triciclo. Los asesinos escribieron un trozo de cartón con letras grandes: «Vendedor de droga».

Las cifras comunicadas esta semana por la policía informan de 402 personas sospechosas de narcotráfico muertas desde la investidura de Duterte el 30 de junio. El balance no incluye los asesinatos cometidos por civiles o por los escuadrones de la muerte.

En su duro tono habitual, Duterte, amenazó ayer con matar a todos los narcos: «Hijos de puta. Les voy a matar a todos de verdad. ¿Han visto lo que han hecho con Filipinas? ¿Cómo esperan que les perdone? Mi orden es disparar a matar contra todos ustedes». «Si ocupan puestos públicos como soldados, policías o alcaldes, ustedes van a ser los primeros», aseguró.

Pocas horas después de publicar la lista, varios oficiales de los gobiernos locales se entregaron a las autoridades para defenderse de las acusaciones.