Portugal lucha contra 150 incendios tras controlar las llamas en Madeira

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira REDACCIÓN / LA VOZ

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El fuego obliga a cortes intermitentes de carreteras y tren en la mitad norte del país

12 ago 2016 . Actualizado a las 02:04 h.

Casi 6.000 bomberos y voluntarios peleaban ayer contra 150 focos de incendios forestales concentrados en la mitad norte de Portugal. La crítica situación de Madeira se trasladó a muchas localidades de la frontera luso-gallega. Aldeas del Gerés, de Arcos de Valdevez y de Caminha tuvieron que ser evacuadas. Quince fuegos están catalogados como graves. Uno de ellos es el de Vilanova da Cerveira, donde tratan de combatir las llamas 300 efectivos y un centenar de vehículos.

Sin embargo, los más graves fueron los de Águeda (Aveiro), Santarém (noreste de Lisboa) y Arcos de Valdevez.

Las autoridades portuguesas se vieron obligadas a realizar cortes de tráfico intermitentes en vías de alta capacidad, como la IP5, una de las autopistas más usadas por los gallegos que viajan por el país luso. Las restricciones circulatorias afectaron también al tren en el las vías que circulan por Viseu y Caminha, aunque el tráfico, estaba restablecido a última hora de la tarde de ayer.

En Madeira, la situación también ha ido normalizándose. Las autoridades de la isla informaron de que los tres fallecidos por el fuego son una madre, una hija y una persona ciega. Funchal ha conseguido alejar el peligro del fuego, aunque varios focos afectaban a zonas boscosas de la isla.

La llegada de más ayuda internacional -dos aviones españoles, dos marroquíes y uno italiano- ha sido clave para atajar las llamas, aunque la ministra del Interior, Constança Urbano se quejó y dijo que «esperaba más solidaridad de los socios europeos».

El Gobierno español notificó ayer la retirada de las recomendaciones que avisaban de la conveniencia de no viajar a Madeira. Un nuevo comunicado oficial emitido ayer por la tarde informaba de que «la situación en la gran mayoría de la isla estaría normalizada. El aeropuerto de Funchal (FNC) funciona con normalidad, aunque se recomienda consultar los vuelos».

Solo en la isla atlántica las autoridades lusas calculan que los daños materiales ascienden a más de 55 millones de euros. Esas cifras se disparan en el continente, con importantes pérdidas en el sector vitivinícola e incluso en edificios. El primer cálculo habla de cientos de edificios afectados en todo el país, 208 de ellos radicados en Madeira.

La previsión meteorológica para los próximos días no ayuda al optimismo de las autoridades. Del 1 al 9 de este mes se han quemado ya 25.738 hectáreas, más que en años completos.

Más de 3.300 hectáreas arrasadas en la región de Marsella

Los incendios que ayer arrasaron 3.300 hectáreas de bosque y matorrales en la región de Marsella, en el sureste de Francia, se encuentran bajo control, aunque con peligro de reavivarse a causa del fuerte viento que sopla en la zona, indicó la Prefectura gala.

Cuatro bomberos resultaron heridos en las labores de extinción, tres de los cuales se encuentran en un estado grave hospitalizados en Montpellier. Además, una persona fue arrestada por las fuerzas de seguridad y se está investigando si pudo ser la causante de los incendios.

Hasta 2.500 bomberos trabajaron contra el fuego que ayer se daba por controlado, aunque algunos focos se mantienen activos. Las llamas no alcanzaron Marsella, segunda ciudad más importante de Francia, porque fueron detenidas a sus puertas cuando se acercaba por el norte. Peor suerte corrieron los habitantes de otros municipios de la zona, como Vitrolles, donde un millar de personas tuvieron que ser evacuadas, o Pennes-Mirabeau, en el que los habitantes de una decena de barrios tuvieron que dejar sus casas ante la aproximación de las llamas, que afectaron a algunas casas de la periferia.

La autopista A7 fue cortada cerca de Marsella, al igual que numerosas carreteras secundarias, pero se mantienen abiertos tanto el aeropuerto de la ciudad como la estación de ferrocarriles y las autoridades consideran que no hay peligro para la población.