«Si prueban mi culpa, iré andando a la cárcel», grita Lula

MARCELA VALENTE BUENOS AIRES / COLPISA

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NELSON ALMEIDA | afp

La Fiscalía reafirma las acusaciones por corrupción contra el expresidente de Brasil, que asegura que no fue un corrupto

16 sep 2016 . Actualizado a las 11:03 h.

Agarrado a la inconsistencia en la denuncia grandilocuente de los fiscales que lo imputaron por corrupción, el expresidente de Brasil (2003-2010), Lula da Silva, acusó ayer a los procuradores de mentir para terminar con su vida política. «No existe otra explicación para ese espectáculo de pirotecnia», dijo aludiendo a la rueda de prensa de la víspera en la que tres fiscales de Curitiba presentaron informes y cuadros intrincados para concluir que Lula era el «comandante máximo» de los desvíos en Petrobras y el «gran general» de la corrupción desde 2003. «Si encuentran alguna prueba, iré andando a la cárcel», los desafió desde una sede del Partido de los Trabajadores en Sao Paulo, rodeado de dirigentes de la agrupación.

En una larga disertación, Lula, de 70 años, se confesó «indignado» y no pudo reprimir las lágrimas. «Nunca pensé que iba a pasar por esto», admitió. «¿Cómo es que (los fiscales) convocan una rueda de prensa y gastan dinero público para decir que no tienen pruebas, pero que tienen convicción?», dijo.

Los procuradores sostienen que un tríplex en un edificio de la turística ciudad paulista de Guarujá -que Lula asegura que no es suyo, y sus abogados presentaron pruebas en ese sentido-, fue reformado con dinero de la empresa OAS, contratista de Petrobras y acusada de ser parte de la red de firmas que se benefició con contratos amañados que incluían sobornos.

Sus abogados denunciaron ayer a los fiscales ante el Consejo Nacional del Ministerio Público por «graves desvíos» en la acusación contra su cliente. Los procuradores concluyeron que el expresidente gobernó y trató de perpetuarse en el poder mediante la «propinocracia», una democracia de propinas. Dos semanas después de la destitución como mandataria del país de Dilma Rousseff, ahijada política de Lula, el PT sostiene que la ofensiva busca apartar a Lula de una candidatura a la presidencia en 2018. De acuerdo a los sondeos, hoy es el favorito. Si la denuncia de los fiscales es aceptada por el juez Sergio Moro, que ya condenó a 130 personas por el escándalo de Petrobras, el acusado pasaría a ser reo. Si es condenado en primera instancia y un tribunal de alzada confirma esa decisión, no podrá postularse. «Es evidente que esta denuncia atiende a los objetivos de aquellos que pretenden impedir su candidatura en 2018», escribió Dilma Rousseff.

«Sean honestos conmigo» «¿Quieren investigar?», preguntó Lula. «Investiguen». «¿Quieren que vaya a declarar? Voy. Solo quiero que sean honestos conmigo y que respeten a Marisa», advirtió entre lágrimas y sin admitir preguntas de la prensa un Lula especialmente irritado. Recordó que cuando fue llevado a declarar por la fuerza en marzo y su vivienda fue registrada, revisaron hasta debajo del colchón.