Hillary Clinton y Michelle Obama aparcan sus diferencias para derrotar a Donald Trump

ADRIANA REY NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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JUSTIN SULLIVAN | Afp

«Es mi amiga y siempre ha apoyado a mi familia desde que Barack llegó a la Casa Blanca», aclaró la primera dama para acabar con cualquier sospecha de rivalidad

28 oct 2016 . Actualizado a las 08:20 h.

«No quiero ser como Hillary Clinton», dijo Michelle Obama cuando llegó a la Casa Blanca.

La tensión entre ambas no era ningún secreto después de la batalla que enfrentó a su marido y a la exsecretaria de Estado durante las primarias del 2008. De hecho, tal y como revela Jodi Kantor en su libro The Obamas, Michelle hubiese preferido al vicepresidente Joe Biden como aspirante demócrata.

Quien les iba a decir entonces a ambas que los años y, sobre todo, Donald Trump harían que Michelle se convirtiera en la aliada más poderosa de Hillary. Tanto que ni siquiera por su marido hizo lo que está haciendo ahora por estas elecciones. «Nunca deja de luchar por lo que cree», defendió Clinton entre aplausos y, por primera vez en campaña, junto a la primera dama. «Es mi amiga y siempre ha apoyado a mi familia desde que Barack llegó a la Casa Blanca», aclaró Michelle Obama para acabar con cualquier sospecha de rivalidad.

Se abrazaron, antes y después de los discursos, uniéndose para frenar a Trump. «Queremos una presidenta a la que podamos confiar los códigos nucleares y dormir tranquilos», sentenció la primera dama desde Winston-Salem, Carolina del Norte, uno de los estados péndulo donde el voto negro fue esencial para que su marido ganara su primera legislatura.

Wikileaks, a la carga

El impulso desde Carolina del Norte contrastó con otra filtración de Wikileaks que colocaba a la familia Clinton en el ojo del huracán con un documento que revela un posible lucro por parte del expresidente a través de las actividades de su fundación.

Las sospechas se fundamentan en un texto en el que Doug Band, exasesor de Bill Clinton, detalla cómo trabajó para beneficio del exmandatario proporcionando donaciones a su fundación y a la vez ingresos personales para el marido de la candidata demócrata. Los medios ya hablan de posibles presiones a donantes como Coca Cola o Dow Chemical. Teneo (la empresa de Band) había «asegurado más de 50 millones de dólares en actividad con ánimo de lucro», según escribe el exasesor.

«Creo que ya hemos tenido suficiente con los Clinton», protestó Trump en Ohio. El contraataque no tardó en llegar y los demócratas interpusieron una demanda acusando al Partido Republicano y a Donald Trump, de tener un «programa de intimidación de votantes».