Las vidas negras importan, también sus votos

maría cedrón LA VOZ EN EE.UU.

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LARRY W. SMITH | efe

El desencanto y las protestas por las muertes de varios afroamericanos a manos de la policía han desmovilizado a un numeroso sector de la población fundamental para Clinton

05 nov 2016 . Actualizado a las 09:52 h.

Decenas de caras reflejadas en la Cloud Gate, la famosa escultura en forma de haba del artista indio-británico Anish Kapoor que corona el Millenium Park de Chicago, atraen la atención de los turistas que quieren buscar en ella sus propios rostros. Unos son más grandes. Otros se ven diminutos. Ese mosaico interracial es una metáfora del país. En esa haba gigante de metal aparece también el rostro de Lashawn, una joven afroamericana que grita el lema que lleva impreso en la camiseta: «Blacks Lives Matter». Es el nombre de un movimiento surgido en las redes sociales en el 2013 tras la absolución de un guardia de seguridad de Florida por la muerte de un joven negro de 17 años. Pero fue durante las protestas de Ferguson (Misuri), en agosto del 2014, por la muerte violenta a manos de un policía de Michael Brown cuando el movimiento comenzó a cobrar fuerza en todo el país. Luchan, dicen, «para defender los derechos raciales para tener una justicia que trate mejor a los afroamericanos».

Eso es por lo que Lashawn grita en Millenium Park. Ella trabaja en el centro, pero vive en los suburbios del sur. La zona peligrosa. El pasado fin de semana hubo 17 muertos. Sabe de lo que habla: «Vamos a tener otra manifestación en el barrio donde mataron a otro chico en el sur». No está sola en la protesta. Son un nutrido grupos de activistas. Hay afroamericanos, pero también blancos o algún sirio. La manifestación es pacífica. Ordenada. Nada que ver con Ferguson, a unas cinco horas de autobús de Chicago; o con lo ocurrido en septiembre en el centro de Charlotte, en Carolina del Norte. La policía los tiene vigilados, pero son amables. Abren incluso el paso a algún turista que quiere acercarse a los manifestantes para sacar una foto para retratar el descontento con la clase política que manifiestan.

Para ellos ninguno de dos candidatos vale. Las muertes de personas negras por disparos de la policía y los disturbios han hecho florecer un racismo que parecía aletargado en muchas partes del país. La comunidad afroamericana respaldó a Obama en sus dos carreras a la Casa Blanca, pero ahora no tienen claro que puedan confiar en Hillary. Tampoco en Trump. Su respuesta parece ser la desmovilización.

El apoyo de esa comunidad resulta importante en Chicago, pero sobre todo en estados como Carolina del Norte, donde la candidata demócrata se juega el despacho oval y donde el olor a la comida cajún delata el gran número de afroamericanos que viven ahí. Obama ha hecho allí campaña por ella esta semana. Movilizar a esa parte de la población es fundamental. Incluso ha usado el huerto de Michelle para animarles a acudir a las urnas. Hace cuatro años Obama perdió Carolina del Norte con una participación de la población afroamericana mucho mayor en el voto anticipado.

Esta vez no lo va a tener fácil. Un jubilado blanco que está en la manifestación del Millenium Park explica el por qué: «Los norteamericanos no tenemos a nadie a quién votar. Ambos son malos para el país. Acudimos aquí para protestar por la muerte de chicos negros a manos de la policía, pero también porque queremos que Estados Unidos deje de participar en guerras». Su nombre es Chris Doherty. Es un emigrante irlandés que ha crecido en Estados Unidos. Hace doce años que acude a las manifestaciones en favor de los derechos humanos. No se cansa de sostener pancartas durante horas. «Where is the american conscience?», dice la que lleva esta vez su esposa.

Pero no solo hay mensajes escritos. Jordan, un joven afroamericano, usa el hip hop para manifestar el descontento de los de su generación con la actual situación. Improvisa unas letras durante la manifestación del Millenium Park. Basta escucharlo: «La cuestión es por qué la gente dispara sus pistolas...».