Clinton y Trump: máxima tensión en un frenético cierre de campaña

ADRIANA REY

ACTUALIDAD

STRINGER | reuters

El FBI anuncia que mantiene su recomendación de no demandar a la demócrata

07 nov 2016 . Actualizado a las 07:32 h.

A solo dos días de las elecciones a la presidencia de EE. UU., el FBI anunció que mantiene su recomendación de no demandar a Hillary Clinton por el caso de los correos electrónicos enviados desde un servidor privado cuando era secretaria de Estado. No hay evidencias de conducta criminal, dijo al Congreso el jefe del FBI, James Comey. La decisión fue un claro espaldarazo a la candidata. Las encuestas no dan un ganador claro, lo que hace que la calculadora siga en manos de demócratas y republicanos intentando hacer un mapa aritmético que defina la victoria.

En cualquier caso, la ligera ventaja de Hillary Clinton no despeja dudas y pone al rojo vivo el cierre de campaña. Mientras la demócrata siguió tirando de famosos como Katy Perry, después de haberlo hecho el día anterior con Beyoncé y con el astro del baloncesto LeBron James en Cleveland, Donald Trump protagonizaba un verdadero maratón con etapas en Iowa, Minnesota, Pensilvania, Florida, Carolina del Norte y Nuevo Hampshire.

Los pronósticos no pueden estar más abiertos. Las últimas encuestas dan a la candidata demócrata una ventaja de entre 3 y 5 puntos sobre el republicano. Según la de The Washington Post y la cadena ABC News, Clinton obtiene un 49 % de intención de voto y Trump un 43 %. La de The Wall Street Journal y NBC News cifra en un 44 % el apoyo a la ex primera dama y en un 40 % al magnate.

A pesar de que el protagonismo siga siendo para Florida y Carolina del Norte como estados llave de la Casa Blanca, diversos analistas llaman la atención sobre aquellos territorios que han sido cuidadosamente elegidos por demócratas y republicanos para clausurar esta noche sus respectivas campañas. Lo ajustado de la disputa acabó de convencer al equipo de la exsecretaria de Estado a cerrar hoy la campaña en Filadelfia, con las mejores cartas que ha guardado bajo la manga: subirá al escenario a su esposo, el expresidente Bill Clinton, acompañado por el actual mandatario, Barack Obama, y su popular esposa Michelle.

Trump ha mirado a Nuevo Hampshire, que es el único estado de Nueva Inglaterra que divide de manera reñida su voto, con una escasa ventaja para el Partido Republicano. Normalmente, los candidatos se dedican en los últimos días a hacer campaña en los territorios bisagra, pero Hillary ha optado por visitar también lugares donde su victoria se da por segura. ¿Cómo se interpreta eso? Desde las bases de Clinton afirman que es una actitud de precaución. Pero Trump habla de miedo a perderlos. «Ya no están en modo ofensivo, van cojeando hacia la línea de meta», manifestó su portavoz, que calificó a su rival de «desesperada y con pánico». La tensión se tornó evidente en la noche del sábado, cuando estalló la confusión en un acto de Trump en Reno (Nevada). Desde lo alto del escenario el magnate pudo detectar que algo no iba bien y detuvo su alocución. Mientras dos agentes lo escoltaban, otros cinco se abalanzaron sobre Austyn Crites, de 33 años, que llevaba escrito un cartel en el que se podía leer: «Republicanos contra Trump».

Falsa alarma o márketing

«Recibió un puñetazo y una patada. Alguien lo agarró de los testículos y le torció el cuello», explicó The Guardian. El Servicio Secreto confirmó que un individuo no identificado gritó «pistola», aunque no se encontró ningún arma. Trump volvió al escenario: «Nadie dijo que iba a ser fácil para nosotros, pero nunca me detendré», proclamó. Para añadir más leña al fuego, el candidato demócrata a la vicepresidencia, Tim Kaine, sugirió que hay gente dentro del FBI que «está trabajando activamente para favorecer a la campaña del republicano Donald Trump».

Putin confía en la victoria del republicano

No solo Vladimir Putin, sino también la élite rusa y el conjunto de la población prefieren ver en la Casa Blanca a Donald Trump antes que a Hillary Clinton. Así se refleja también en los medios oficiales del país, que alaban al republicano y critican sin compasión a la demócrata.

Putin y Trump no dejan de intercambiarse piropos, es evidente que tienen química. El jefe del Kremlin ha llamado a Trump «hombre brillante y con talento», ha elogiado su interés en mejorar las relaciones entre Moscú y Washington y en colaborar de forma estrecha en la lucha contra el Estado Islámico. Por su parte, el magnate ha dicho de Putin que es «un líder fuerte, mucho más fuerte que nuestro actual presidente», Barack Obama, y ha prometido reconocer Crimea como territorio ruso si llega al poder.

Según varios sondeos, también la población rusa se decanta a favor de que Trump sea el próximo presidente de EE. UU., convencida de que las cosas irán mejor para Rusia.

Odio a Clinton

Muchos analistas subrayan que los republicanos siempre se han llevado mejor con el Kremlin que los demócratas. Putin mantuvo buenas relaciones con George W. Bush. El primer mandatario ruso sigue obsesionado con su idea de pactar con Washington un nuevo orden mundial, un reparto de las zonas de influencia en el planeta, y cree que los republicanos son más «pragmáticos» a la hora de negociar. En Moscú se piensa que con Trump será más fácil llegar a acuerdos que con Clinton, a la que no digieren desde su época como secretaria de Estado. Putin no oculta que está cansado de oír de ella reproches sobre la falta de democracia en Rusia, su actual militarismo y las violaciones de derechos humanos.

En el Kremlin están seguros de que Clinton instigó y financió desde su departamento las protestas contra Putin en el 2011. Fue a partir de entonces cuando surgió en la prensa oficial la abreviatura despectiva Gosdep (Departamento de Estado) como el origen de todos los males lanzados desde Occidente contra Rusia para debilitarla. Las tensiones se exacerbaron durante la campaña con las acusaciones de estar detrás del ciberataque contra el Comité Nacional del Partido Demócrata a fin de beneficiar a Trump.