La India se queda sin dinero para pagar en efectivo

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

RAJAT GUPTA | Efe

La retirada de los billetes de 500 y 1.000 rupias siembra el caos

27 nov 2016 . Actualizado a las 09:14 h.

El Gobierno indio no se anda con chiquitas. Harto de la corrupción y embarcado como está en una gran cruzada contra la corrupción, el dinero negro y la evasión fiscal, ha decidido cortar por lo sano e ilegalizar los billetes de 500 y 1.000 rupias (alrededor de 6,5 y 13 euros, respectivamente). Son los más empleados, por ejemplo, en el cobro de sobornos, a la orden del día en el país asiático.

Y lo ha hecho de un día para otro. Lo anunció el primer ministro, Narendra Modi, el pasado 8 de noviembre en un inesperado discurso en televisión. «La corrupción y el dinero negro son males enraizados en nuestro país, son obstáculos para nuestro éxito», dijo entonces para justificar la medida, que entró en vigor tan pronto como al día siguiente de la alocución.

Hasta ahí, todo bien. Y es que, la primera desmonetización en la India en casi 40 años (38 para ser exactos) fue acogida hasta con cierto entusiasmo por la población.

Pero, los problemas no tardaron en llegar. Las críticas, tampoco. Y eso porque el país, el segundo más poblado del planeta con 1.300 millones de personas, se ha quedado sin efectivo. No es de extrañar: los billetes retirados representan más del 80 % del dinero en circulación.

Si a eso añadimos que apenas son 150 millones los ciudadanos que disponen de una cuenta bancaria en la que poder depositar los billetes que ya nos les sirven, el caos está garantizado,

No es difícil imaginar las largas colas que pueblan estos días las aceras de las ciudades indias, con miles de personas esperando su turno para entrar en el banco soltar los billetes ilegalizados y hacerse con dinero del bueno.

Tienen hasta el 30 de diciembre para poder hacerlo. Pero, hay prisa.

El problema es que el Gobierno no lo ha previsto todo. Más bien ha improvisado. O eso, por lo menos es lo que dicen los críticos de la medida. Y lo hacen esgrimiendo que las cajas de los bancos no han tardado en quedarse vacías. Y otro tanto ha ocurrido con los cajeros.

Solo en los cuatro días siguientes al anuncio se cambiaron 40.000 millones de euros en billetes de 500 y 1.000 rupias. Se dice pronto. Una cifra que se aproxima al 4 % del PIB español. Y los nuevos billetes de 500 y 2.000 rupias (los de 1.000 desaparecen definitivamente del mapa) no han llegado a tiempo. Tampoco las remesas de 100.

Lo peor es que la cosa parecer ir para largo. De hecho, los analistas auguran que la crisis de liquidez puede durar aún otros dos meses y que la normalidad total no regresará hasta dentro de 6 o 7.