Obama reprende a Donald Trump: «Putin no está en nuestro equipo»

Adriana rey NUEVA YORK/CORRESPONSAL

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SCOTT OLSON | AFP

El presidente electo califica de tontos y estúpidos a quienes critican su rusofilia

08 ene 2017 . Actualizado a las 00:35 h.

«Los rusos querían entrometerse y se entrometieron», zanjó el presidente saliente, Barack Obama ,en su primera reacción oficial al informe publicado por los servicios de inteligencia de EE.UU. sobre la supuesta injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales. En el avance de una entrevista que realizó para la ABC y que se emite hoy, el aún titular de la Casa Blanca no cesó en sus advertencias a a su sucesor: «Vladimir Putin no está en nuestro equipo». La condescendencia mostrada por Trump y su entorno hacia el Kremlin es uno de los puntos que más preocupan a un Obama que recientemente trataba de dar un golpe de autoridad, expulsando a 35 diplomáticos rusos en respuesta a los ciberataques durante los comicios.

«Últimamente hemos visto cómo muchos republicanos parecen confiar más en Putin que en sus compatriotas, simplemente porque estos son demócratas. No puede ser», dijo Obama tras reclamar al presidente electo que concluya su continua desautorización de los cuerpos de inteligencia. Como era de esperar, Trump no solo hizo oídos sordos sino que continuó socavando la confianza en los servicios secretos al vincular el informe con un ataque a su victoria. «La única razón por la que hablamos del pobremente protegido Comité Nacional Demócrata es porque su derrota fue tan grande que están totalmente avergonzados», dijo en Twitter.

Minutos más tarde justificaba su coqueteo con el Kremlin con un lenguaje soez: «Tener una buena relación con Rusia es algo bueno, no malo ¡Solo gente estúpida, o los tontos, podrían pensar que es malo!». «Cuando sea presidente, Rusia nos respetará mucho más», zanjaba sin mencionar el informe que horas antes los responsables del FBI, la CIA y la Inteligencia Nacional le presentaban en su cuartel general de Nueva York.

Los servicios secretos dejaron claro que Rusia llevó a cabo una amplia campaña cibernética para sabotear las presidenciales. Según el documento, la operación fue ordenada por el presidente ruso y buscó la victoria del republicano, «denigrando» a su rival demócrata. Putin quiso desacreditar a Clinton, reza el informe, porque le guarda rencor por incitar protestas masivas contra su régimen. Pese a ello, Trump siguió ayer en sus trece y defendió que no hay evidencias de que el jaqueo afectase al resultado electoral: «¡No se tocaron las máquinas de votación!», añadió.

El informe desclasificado fue recibido entre burlas por varios políticos rusos, que ayer utilizaban las redes sociales para ridiculizar a los servicios secretos estadounidenses. «EE.UU. también estaba seguro de que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva», se mofó Alexey Pushkox, miembro del comité de defensa y seguridad de la cámara alta del Parlamento ruso. Aunque el informe difundido al público no incluye pruebas concretas, los funcionarios de inteligencia estadounidenses confirmaron que esos detalles están contenidos en una versión clasificada de uso restringido.

Un exsenador sancionado por Moscú será el nuevo jefe de la inteligencia

En pleno pulso con las agencias de inteligencia, Donald Trump ha elegido a Dan Coats como próximo director de la Oficina Nacional de Inteligencia (DNI, por sus siglas en inglés), la agencia creada por el expresidente George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre del 2001. Coats sustituirá a James Clapper, una vez que el Senado confirme su nombramiento.

Su perfil es el típico de un republicano tradicional de 73 años, un veterano senador por Indiana que además fue embajador en Alemania entre 2001 y 2005 y miembro de la Cámara de Representantes entre 1981 y 1989. En su nuevo rol, tendrá que coordinar la actividad de las 17 agencias de inteligencia en un momento especialmente delicado, ya que el presidente electo ha mostrado abiertamente su desconfianza hacia sus labores tras la supuesta injerencia rusa en las elecciones.

La sorpresa, sin embargo, salta a la vista. La elección de Coats contrasta con la política de mano tendida a Rusia que Trump pretende poner en marcha. El motivo es que se trata de uno de los seis legisladores estadounidenses sancionados por Moscú.

Fue en 2014, cuando Coats presionó al Gobierno de Obama para que tomara medidas contra Rusia después de que el régimen de Putin se anexionase la península de Crimea. La represalia del Kremlin no se hizo esperar. Consistió en prohibir a Coats la entrada a Rusia de manera indefinida. El ex senador dijo entonces sentirse «honrado» por el castigo de Moscú. En el mismo año, Coats protagonizó una anécdota sonada en Capitol Hill, cuando se confundió de comité en el Senado y culpó de ello a los rusos. «Acabo de recibir una nota que dice que estoy en la audiencia equivocada. Creo que los rusos han estado revolviendo mi horario», bromeó.

Su elección podría ser un bálsamo para todos aquellos que no se fían del coqueteo entre Trump y Putin. Nacido en Míchigan en 1943, Coats estudió Derecho en Indiana y sirvió en el Ejército entre 1966 y 1968. Años más tarde, fue uno de los autores del «Don’t ask, don’t tell» (no preguntes, no cuentes), la política que prohibía a los homosexuales y bisexuales revelar su orientación sexual en las Fuerzas Armadas y que finalmente fue revocada en 2011.