Escocia y Gales piden a May seguir en el mercado único tras el «brexit»

Rita Álvarez LONDRES / E. LA VOZ

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RUSSELL CHEYNE | reuters

Sturgeon reclama «pruebas tangibles» de que los ministros británicos llevarán adelante las propuestas sobre la pertenencia al mercado europeo

31 ene 2017 . Actualizado a las 08:20 h.

Los líderes de Gales y Escocia le dejaron claro a la primera ministra británica, Theresa May, que quieren seguir teniendo acceso al mercado común cuando se materialice el brexit y tener un papel importante en la negociaciones. La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, fue la más crítica y dijo que el tiempo se estaba «agotando rápidamente» para llegar a un acuerdo.

El responsable del Gobierno galés, Carwyn Jones, explicó que sus diferencias con Londres eran «irreconciliables» y dio la bienvenida a un «compromiso firme» de la primera ministra de que el brexit no se utilizaría para una «apropiación de territorio» sobre poderes ya delegados.

A estos dirigentes se sumó la hasta ahora primera ministra de Irlanda del Norte, Arlene Foster, quien lamentó que Londres quiere imponer la salida del país de la UE en contra de la voluntad del electorado norirlandés y escocés. También asistió la nueva líder del Sinn Féin, Michelle O’Neill, quien instó a «respetar el voto de la gente en el norte» y pidió un estatus especial dentro de la UE.

Exigencias

Tras la reunión del Comité Ministerial Conjunto, Sturgeon se mostró convencida de que las propuestas de su Gobierno estaban siendo tomadas en serio, pero advirtió de que necesitaba ver «pruebas tangibles» de que los ministros británicos llevarán adelante las propuestas sobre la pertenencia al mercado europeo. Así, reconoció que las próximas semanas son «muy importantes». La escocesa no desestimó un segundo referendo independentista.

La agenda de la reunión incluyó propuestas para acuerdos alternativos para las administraciones de los tres territorios, así como ideas para ayudar a las empresas británicas a comerciar e invertir en el período previo al brexit.

Poco después, May se desplazó a Dublín para mantener un encuentro con su homólogo irlandés, Enda Kenny, quien le pidió el mantenimiento de la actual «frontera sin fisuras» entre Irlanda e Irlanda del Norte, ante los temores de que un brexit duro podría reimponer controles sobre el movimiento y el comercio.