EE. UU. se alinea con Rusia y deja a los sirios el futuro de Al Asad

Patricia Alonso ESTAMBUL / E. LA VOZ

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ADEM ALTAN | AFP

Los refugiados a causa de la guerra sobrepasan ya los cinco millones

31 mar 2017 . Actualizado a las 08:01 h.

Estados Unidos dio ayer un cambio radical en su política hacia Siria después de meses de señales ambiguas. «El futuro del presidente [Bachar] al Asad será decidido por el pueblo sirio», declaró ayer el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, durante una comparecencia en Ankara junto a su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu. La caída de Al Asad era una de las principales exigencias de la Administración de Obama, basándose en la falta de legitimidad de un líder que ha masacrado a su propio pueblo, al contrario de Rusia que defendía que esa decisión solo la podían tomar los sirios.

La situación de Siria fue uno de los temas que trató ayer Tillerson con las autoridades de Turquía, un día después de que se anunciase el final de la operación turca Escudo del Éufrates, que desde agosto se había enfocado en liberar el norte del país de terroristas del Estado Islámico. La primera visita de un alto cargo del Gobierno de Trump era una prueba de fuego para atisbar el rumbo de la cooperación entre Washington y Ankara, dados los continuos desacuerdos.

Aunque Recep Tayyip Erdogan está satisfecho con la llegada de Donald Trump al despacho oval, las tensiones con Washington se mantienen. A las diferencias sobre la estrategia en Siria, donde EE. UU. opera en colaboración con la milicia kurdosiria YPG, considerado por Ankara un grupo terrorista, se unen la negativa a extraditar al clérigo Fetullah Gülen, al que acusa de estar detrás del intento de golpe de Estado; y más recientemente la detención en Nueva York de un directivo turco del banco Halkbank, acusado de colaborar con Irán en la violación de las sanciones.

Tillerson se encontró con Erdogan y el primer ministro Binali Yildirim, antes de citarse con Cavusoglu. En rueda de prensa, el ministró turco declaró que Estados Unidos había aceptado que no hay diferencia entre el PKK y la milicia del YPG. Sin embargo, durante su intervención, Tillerson únicamente condenó los ataques del PKK. «Seré franco, habrá que tomar decisiones complicadas», dijo. Ambos países acordaron reducir la influencia de Irán en Oriente Medio.

Tillerson evitó reunirse con la oposición a dos semanas antes del referendo constitucional.

Uno de los puntos discutidos en la reunión fue la creación de una zona segura en Siria para que los refugiados puedan volver, un tema que Ankara defiende, pero que crea serias dudas en Europa sobre su mantenimiento sin presencia militar internacional.

Acnur anunció ayer que el número de refugiados registrados supera los cinco millones (el 24 % de la población antes de la guerra). Solo en Turquía hay más de dos millones de sirios. El portavoz Filippo Grandi reclamó a la comunidad internacional más ayuda, recordando que solo se ha creado la mitad de las 500.000 plazas prometidas para el reasentamiento de refugiados.