Primeros faroles de la partida del «brexit»

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BEN STANSALL | AFP

Londres insinuó veladamente que si no se le permite acceder al mercado único, el Reino Unido no se sentiría obligado a cooperar con Europol en materia de terrorismo

03 abr 2017 . Actualizado a las 08:26 h.

La partida de póker del brexit ya ha comenzado y los dos jugadores han empezado fuerte, como era de esperar. Londres insinuó veladamente que si no se le permite acceder al mercado único, el Reino Unido no se sentiría obligado a cooperar con Europol en materia de terrorismo. Y ahora Bruselas les lanza a la cara a los británicos el asunto de Escocia y Gibraltar: si Londres no cede y acepta seguir abriendo sus fronteras a la emigración europea -porque esta es toda la discusión-, la UE echará un cable a los independentistas escoceses y dejará que España haga más difícil la vida de los gibraltareños.

De momento, todos van de farol. En materia de terrorismo, en todo el mundo se coopera hasta con el diablo. En Escocia no existe mayoría para la independencia, y pasarán años antes de que haya otro referéndum de secesión, si es que llega a haberlo. En cuanto al derecho de veto que la UE le acaba de otorgar a España con respecto a cualquier acuerdo con Gibraltar, es simplemente hacer una fanfarria con lo obvio: aunque el acuerdo del brexit en sí se decidirá por mayoría cualificada, España, como estado miembro, tendría siempre que aprobar cualquier excepción que se hiciese con Gibraltar.

Si de lo que se trataba era de poner nerviosos a los británicos, se la logrado. Michael Howard, el antiguo líder de los conservadores, decía ayer, literalmente, que Gran Bretaña está dispuesta a ir a la guerra por Gibraltar. Fue la tontería del día. Pero, como es poco probable que Bruselas declare ahora que la UE también está dispuesta a tomar las armas por el derecho de España a la roca, lo único que se ha conseguido es meter a España en un lío. Quizás por eso el ministro de Exteriores Dastis se esforzaba el sábado en una entrevista por explicar que España está a favor de brexit suave, que no ve a Gran Bretaña como un enemigo en absoluto y que las relaciones son y serán inmejorables.

¿Acercará el Brexit la co-soberanía en la roca? Desde luego, pone a los gibraltareños en una posición delicada, pero conviene no exagerar. Antes se decía que lo que iba a traer a Gibraltar de vuelta era que España y Gran Bretaña estuviesen las dos en la UE. Ahora tenemos que creer que lo bueno es que no estén las dos en la UE. La realidad es que ese asunto nunca dependió de la UE. Siempre fue, y probablemente será siempre, un contencioso bilateral.

Pero si en la cuestión de Gibraltar la UE ha logrado poner nervioso al Reino Unido, en la de Escocia a quien acabará poniendo nerviosa es a España. Bruselas ya ha forzado a Madrid a decir, a regañadientes, que no vetaría el ingreso de una Escocia independiente en la UE. Esto obliga al gobierno español a repetir hasta la saciedad que «Escocia no es lo mismo que Cataluña». Es posible pero, que nadie se llame a engaños, las diferencias que existen entre los dos casos se volverían irrelevantes si Escocia se independizase y accediese a la UE fácilmente. Es algo que no hay que olvidar nunca: Bruselas tiene sus propios intereses, que en muchos casos coinciden con los de España; pero no en todos los casos.

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