Londres descarta toda ofensiva militar contra España para defender el Peñón

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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Ballesteros | efe

La Comisión Europea sugiere a los británicos que rebajen el tono de sus declaraciones

04 abr 2017 . Actualizado a las 09:29 h.

La diplomacia y el temple británicos han desaparecido a la primera de cambio. Y la razón no es otra que Gibraltar. Las negociaciones del brexit no han hecho más que empezar, pero los cuernos de guerra suenan al otro lado del canal de la Mancha. El encargado de azuzar el conflicto por la soberanía del enclave peninsular fue el exlíder de los tories, Michael Howard, quien sugirió el pasado domingo la posibilidad de declarar la guerra a España si no renuncia al control del Peñón

«¿Dé qué parte están en esta guerra?», le preguntaron ayer al portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas. «Del lado del diálogo y la cooperación», respondió el griego, sugiriendo a los británicos que rebajen el tono de sus incendiarias declaraciones. Bruselas respalda a España. «Estamos al cien por cien con las directrices del Consejo», aseguró Schinas. En esa hoja de ruta, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, propone que el Gobierno español pueda vetar cualquier acuerdo pos brexit en Gibraltar. Una decisión que ha escandalizado a la primera ministra británica, Theresa May, quien lejos de condenar las declaraciones de Howard, lo defendió. Uno de sus portavoces justificó sus palabras amenazadoras: «Todo lo que hizo fue tratar de demostrar la resolución que tenemos para proteger los derechos de Gibraltar y su soberanía», indicó, descartando, eso sí, el uso de la fuerza militar: «Eso no ocurrirá».

En la misma línea se expresó ayer en Luxemburgo el ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, quien aclaró cualquier atisbo de duda sobre el futuro del Peñón y sus 30.000 ciudadanos: «La soberanía de Gibraltar no cambiará sin el apoyo y el consentimiento expreso de los gibraltareños y el Reino Unido». Su homólogo holandés, Bert Koenders,  recomendó a los británicos bajar las revoluciones ante el inusual tono belicista del que están haciendo gala: «Vamos a tranquilizarnos y a no usar un lenguaje tan duro», les espetó. 

¿Por qué el Gobierno de May ha perdido el temple? El Ejecutivo español ha invertido mucho tiempo y esfuerzos en reclutar a los socios europeos para su causa. Ahora que el Reino Unido tiene un pie fuera de la UE, Bruselas no ve con malos ojos utilizar el histórico conflicto bilateral  para demostrar que tiene las riendas de las negociaciones del divorcio.

«La flema británica»

El ministro de Exteriores español, Alfonso Dastis, no ha dudado en sacar beneficio de este nuevo escenario incluyendo a Gibraltar en las directrices y ganándose el respaldo de los Veintisiete. «Es un gran logro diplomático, y es emblemático», celebró su compañero de Interior, Juan Ignacio Zoido. El andaluz no se conformó con apuntarse el tanto y sacar de sus casillas a los británicos, también los dejó en evidencia: «Alguien en el Reino Unido está perdiendo los nervios y no hay base para ello», declaró ayer Dastis antes de lamentar que la «tradicional flema británica haya brillado por su ausencia» estos días. No parece que su reunión del pasado domingo con el ministro para el brexit, David Davis, haya servido para rebajar la tensión entre Madrid y Londres. Lo primero a negociar son los derechos de los ciudadanos y la factura del brexit, recordó el español.

Al otro lado de la Línea de la Concepción, el ministro Fabián Picardo se atrinchera y advierte de que resistirá las presiones del Gobierno español, al que acusa de «acosar» y actuar como un «matón». El gibraltareño quiso volcar su frustración sobre Tusk, al que comparó con un «marido cornudo»  que usa a los niños como moneda de cambio en el divorcio. En el universo paralelo de Picardo, los culpables del callejón sin salida en el que está el Peñón, son los Veintisiete, pese a que fueron los británicos quienes decidieron dejar a su colonia fuera de la UE votando no a la permanencia. Un 92 % de los gibraltareños votaron a favor de la UE. 

Un exministro británico sugiere apoyar al secesionismo catalán para hostigar a Rajoy

Ni 24 horas pasaron antes de que algún británico se le ocurriera invocar a los separatistas catalanes para chantajear a España. El primero en sugerir a May que atice el fuego de los nacionalistas para hostigar al Gobierno español fue un ministro en tiempos de Margaret Thatcher Norman Tebbit. «Si yo fuera el primer ministro, haría saber a los españoles que estoy pensando en invitar a los líderes catalanes a Londres o incluso llevar sus anhelos a las Naciones Unidas», deslizó con tono desafiante en una columna del The Sunday Telegraph. El conservador advierte a Madrid de que «está jugando con fuego» al reclamar de nuevo Gibraltar, un territorio «cedido a perpetuidad» hace 300 años. Tebbit pide al Ejecutivo británico que juegue de inmediato la carta de la injerencia política para desestabilizar la unidad del Estado español. Para ir abriendo camino, el exministro no dudó en mostrar su apoyo a las soflamas identitarias de los independentistas: «Los catalanes son distintos de los españoles. Son un pueblo volcado hacia el exterior que ya negociaba con Cornualles hace mil años». 

La baza de Escocia

La escalada puede que no termine aquí. Y es que si Londres amenaza con inflamar el ánimo de los independentistas catalanes, el  Ejecutivo central también podría jugar otra baza: su apoyo a una eventual escisión de Escocia y su posterior incorporación a la UE. Madrid se mantiene tras la línea de ataque y por el momento apoya la integridad territorial del Reino Unido, pero ¿hasta cuándo? Todavía no ha pasado ni una semana desde que Londres envió los papeles del divorcio y las capitales ya están avivando conflictos internos para tomar posiciones.  

Por si acaso, el ministro de Exteriores español, aunque afirmó que España «no defiende fragmentaciones ni secesiones», también dejó claro ayer que Escocia y Cataluña «no son equiparables de ninguna manera».

Otro tanto hizo el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Antonio Hernando, quien además de replicarle al ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, que la «culpa» de que el Peñón salga de la UE es del Reino Unido y no de España, le espetó: «Cuando uno decide salir, decide salir con todas sus consecuencias». Por su parte, la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, defendió la posición de España respecto a Gibraltar y pidió prudencia.