El ala más dura del FN afila las dagas para ajustar cuentas con Marine Le Pen

Mariluz Ferreiro PARÍS / ENVIADA ESPECIAL

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IAN LANGSDON

Los críticos con la candidata interpretan la campaña y su desenlace como una oportunidad perdida

08 may 2017 . Actualizado a las 19:05 h.

La plata siempre amarga al lado del oro. El Frente Nacional ha logrado el mejor resultado de su historia en unas elecciones presidenciales. Pero dentro del partido afilan las dagas. Los críticos con Marine Le Pen interpretan la campaña y su desenlace como una oportunidad perdida. Creen que la candidata ha desperdiciado el viento a favor, una oportunidad histórica para la extrema derecha. Y no le perdonan haber edulcorado parte del mensaje del FN, cuando consideraban que era el momento de evangelizar, de desdiabolizar hasta los principios más ultraconservadores e introducirlos en la agenda política francesa. Su malestar ha sido como un leve pero constante ruido de fondo durante la carrera presidencial. La paradoja es que, sin el barniz de la líder, la formación probablemente habría recibido muchos menos apoyos.

Para seguir con la tradición de puñaladas familiares de los Le Pen, entre los más críticos con Marine están su propio padre y su sobrina. Jean-Marie Le Pen, purgado por su propia hija, se despacha a gusto en diferentes medios. Al diario británico The Sunday Times le aseguró que Marine no tiene madera de presidenta. Al periódico El Mundo le dijo: «Sin mi apellido, sería una desconocida. Ella quiere estar en misa y repicando». Pero, irónicamente, su favorita es su propia nieta, Marion Maréchal-Le Pen, la diputada más joven de Francia y unas de las voces más fuertes de la corriente que apela a un regreso a los valores tradicionalistas y católicos. El entorno de la estrella emergente del FN asegura que es pronto para dar un paso al frente. Pero Marion no ha ocultado sus diferencias con su tía ni siquiera en plena batalla con Emmanuel Macron. De hecho, criticó sus flaquezas en el debate. La decepción con el cara a cara con el centrista dio argumentos a los que insistían en que la candidata carecía de carisma y aplomo.

Para el ala más dura del partido también es hora de ajustar cuentas con Florian Philippot, mano derecha de la candidata en la carrera presidencial. Philippot es homosexual, cuestión no baladí en este partido, y uno de los ideólogos del lavado de cara del FN.

El test de las legislativas

Las legislativas, que se celebrarán en junio, pueden darle aire a Marine Le Pen o enterrarla definitivamente. El Frente Nacional cuenta con dos escaños y las previsiones le otorgan muchos más. El aparato soñaba con alcanzar los 60 parlamentarios, pero el último sondeo calcula un abanico de entre 15 y 20. Con 15, el FN tendría grupo propio en la Asamblea, otro hito. Sin embargo, se quedaría lejos de las expectativas. Otro suflé que se desinfla en el horno ultra. Otro argumento para los que quieren subir la temperatura.