Socialistas y derecha no saben si colaborar o pasar a la oposición

alexandra F. Coego PARÍS / CORRESPONSAL

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LIONEL BONAVENTURE | AFP

Los dos partidos tradicionales se consumen en tensas batallas internas

09 may 2017 . Actualizado a las 07:51 h.

Los dos grandes partidos libran desde su derrota en la primera vuelta soterradas batallas internas para determinar su estrategia de cara a las legislativas de junio. El objetivo: formar una mayoría parlamentaria que les permita gobernar pese a la presidencia de Emmanuel Macron. Si las primarias socialistas y conservadoras pusieron de relieve las profundas fracturas internas, su posición sobre el nuevo inquilino del Elíseo no las cerrará. Ni unos ni otros se ponen de acuerdo sobre si formar coalición o ir a la oposición.

François Baroin se postuló como líder de Los Republicanos (LR) para la campaña de las legislativas pese a que hace apenas 10 días se decía listo para ser primer ministro de Macron. El exministro insistió ayer en que LR estará «evidentemente en la oposición» y aseguró que quienes se atrevan a «marchar hacia la ambigüedad» con el presidente serán excluidos «de hecho». Su mensaje no ha calado en todos los sectores del partido. Bruno Le Maire, excandidato en las primarias, propuso sus servicios a Macron desde el momento de la victoria. Ayer insinuó sus pretensiones comentando que «sería un gesto importante nombrar a un primer ministro de derechas», y lanzó una flecha a Baroin añadiendo que impedir su investidura sería una «prueba de sectarismo». Christian Estrosi, alcalde de Niza, tampoco se adhirió a la línea de la oposición, augurando un «fracaso absoluto», y dimitió como presidente de la región Provenza-Alpes-Costa Azul. Pese a la división, los sondeos prevén que conservarán los 210 escaños de 2012.

En el Partido Socialista se definen tres bandos: el partidario de colaborar plenamente, liderado por Manuel Valls; cooperar según las propuestas, con la ministra de Educación Vallaud-Belkacem a la cabeza, o la oposición frontal de Hamon. Al igual que en las presidenciales, Hamon no cuenta con el apoyo de su partido. El portavoz del Gobierno, Stéphane Le Foll, lanzó una advertencia a los que quieran «entrar en la oposición». Para la cúpula socialista colaborar es sobrevivir, ya que los sondeos se anuncian desastrosos: entre 28 y 48 diputados, con la pérdida de más de 250 escaños.

Aprovechando la falta de una oposición clara, Jean-Luc Mélenchon se ha puesto como meta encarnarla. El líder de la Francia Insumisa ha entrado en una agresiva campaña contra el «nuevo monarca presidencial» llamando a la guerra contra el «extremismo financiero» y una «V República autoritaria». No obstante, como demostró el resultado de las presidenciales, los discursos radicales tienen dificultades para encontrar público. La Francia Insumisa quedaría con entre 6 y 8 escaños, sin poder formar grupo parlamentario.

Unas 1.600 personas se manifiestan en París contra el nuevo jefe del Estado

No se han apagado los cantos de la victoria y ya empiezan las movilizaciones. Unos 1.600 manifestantes marcharon por el centro de París contra Emmanuel Macron para defender «conquistas sociales que no hay que tocar. Los impulsores de la movilización se autodenominaron Frente Social. Entre los asistentes estaban miembros de sindicatos y representantes de diferentes asociaciones cívicas de la ciudad. Los manifestantes cargaron de forma especial contra la nueva la ley del trabajo que planteó Macron. Por otra parte, más de 35.000 franceses suscribieron un documento en Internet para expresar que su voto fue para el político centrista para oponerse al Frente Nacional, pero que no apoyan las políticas que propone el nuevo presidente.

Putin felicita al nuevo presidente después de haber apoyado a Le Pen

Su servicio de inteligencia puede estar detrás de los ataques informáticos sufridos por Emmanuel Macron. Tampoco es un secreto que hubiera preferido ver en el Elíseo a Marine Le Pen, a quien él mismo recibió en el Kremlin en marzo, a tan solo un mes de la primera vuelta de los comicios. Pero, ante los hechos, Vladimir Putin ha tenido que hacer de tripas corazón y felicitar a Macron, la peor variante para sus intereses entre todos los candidatos en liza. Le ha hecho un llamamiento a «superar la desconfianza mutua y unir las fuerzas».

Mientras reina el silencio mediático en torno a los contenidos pirateados horas antes de la jornada de reflexión, los expertos en seguridad han comenzado a destripar los detalles. Nicolas Vanderbiest, investigador de la Universidad Católica de Lovaina, estudió la propagación de los archivos pirateados en Twitter y descubrió que WikiLeaks y el activista de extrema derecha estadounidense Jack Posobiec tuvieron un papel central. Vanderbiest determinó que los tuits de las dos cuentas estaban siendo compartidos a velocidad vertiginosa, especialmente los de Posobiec: 15 veces en el primer minuto y 87 en los siguientes cinco.

Para el Laboratorio Digital Forense del Consejo Atlántico, tanto WikiLeaks como Posobiec se sirvieron de bots, programas informáticos ligados a cuentas de Twitter falsas que comparten tuits automáticamente. Con ello, pudieron conseguir que la etiqueta #MacronLeaks fuese compartida 47.000 veces en tres horas y media.

Los primeros indicios apuntan a Moscú. Vitali Kremez, director de investigación en la compañía de seguridad cibernética Flashpoint, confirmó a Reuters que el grupo de ciberpiratas APT28, sospechoso de trabajar para la inteligencia rusa, registró varios dominios de correo electrónico muy similares a los utilizados por En Marcha!, como onedrive-en-marche.fr y mail-en-marche.fr. A través de ellos se pudieron haber hecho pasar por cuentas oficiales para sonsacar a los miembros del partido sus contraseñas, una técnica conocida como phishing. «Estamos seguros la 99 % de que los ataques vienen de Rusia» afirmó ayer Loïc Guézo, investigador de Trend Micro, la empresa japonesa que analizó los ataques al Partido Demócrata.