Corea del Sur elige un presidente que rechaza los planes de Trump

sara r. estella PEKÍN / E. LA VOZ

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ED JONES | AFP

El liberal Moon Jae-in defiende un acercamiento a Pyongyang

10 may 2017 . Actualizado a las 07:36 h.

La abultada victoria que anunciaban las encuestas se confirmó ayer en las urnas. Moon Jae-in, antiguo abogado de derechos humanos e hijo de refugiados norcoreanos que huyeron al sur durante la guerra de Corea (1950-1953), dirigirá a su país hacia un cambio político histórico. Moon, del Partido Democrático, se ha comprometido a tender una mano a Corea del Norte para rebajar tensiones, un plan que choca frontalmente con los planteamientos de su aliado Estados Unidos.

Poco antes de la media noche, el presidente electo celebraba su triunfo ante miles de seguidores que esperaron durante horas en la plaza Gwanghwamun, en el centro de Seúl. «Esta victoria es de la gente que ha hecho todo lo posible por devolver la justicia, la unidad, los principios y el sentido común a este país», dijo. «Voy a ser el presidente de todos. Un presidente que sirve incluso a los que no me apoyan», añadió.

Movilizada contra la corrupción, la sociedad surcoreana acudió a votar en masa alcanzando una participación del 77,2 %. Fue la respuesta del pueblo al escándalo del llamado «caso de la Rasputina», que acabó con la destitución de la presidenta Park Geun-hye al verse envuelta en una trama de sobornos y tráfico de influencias con su íntima amiga e hija de un chamán, Choi Soon-sil.

Con el 88 % de los votos escrutados, el candidato de centro izquierda alcanzaba el 40,28% de los sufragios frente al 25,08% del conservador Hong Joon-pyo. Su triunfo devuelve la presidencia surcoreana a los liberales tras una década de gobiernos conservadores y abre una nueva era en sus relaciones con sus vecinos del Norte. Moon ha hecho campaña apelando a un acercamiento con Pyongyang para retomar los proyectos comunes, como el polígono Kaesong, con el fin de aliviar la creciente tensión en la zona.

Este planteamiento se opone a las políticas de mano dura que la administración Trump está llevando a cabo en la región. Moon también ha prometido una mayor independencia militar respecto a Estados Unidos, que tiene cerca de 35.000 soldados en su territorio y acaba de desplegar el polémico THAAD, el escudo antimisiles. Un sistema defensivo al que Moon se opuso y que ha generado un gran malestar en la población así como el boicot comercial no declarado de China, su principal socio comercial. Sin embargo, según los expertos, es poco probable que el nuevo presidente pueda retirarlo.

De puertas adentro el nuevo mandatario tendrá que hacer frente a las gran desigualdad económica y los bajos salarios. Una preocupación que todos los candidatos intentaron canalizar electoralmente prometiendo una reforma de los llamados «chaebols», los poderosos conglomerados industriales familiares que controlan la mayor parte de la economía del país y que otros gobiernos se comprometieron a cambiar sin éxito.