Un conductor pone en vilo a EE.UU.

Adriana Rey E. NUEVA YORK / LA VOZ

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El exmilitar desata el pánico al empotrar su coche contra la multitud en Times Square

19 may 2017 . Actualizado a las 01:28 h.

Al menos una persona ha muerto y otras 22 han resultado heridas después de que un coche se empotrase ayer contra la multitud en pleno Times Square, una de las zonas más transitadas de Nueva York. Ocurrió a las 11:55 de la mañana, cuando un Honda Accord del 2009 de color granate que circulaba en sentido contrario (de sur a norte de la ciudad), se estrelló a gran velocidad, según los testigos, contra un poste de metal de la calle 45 con la avenida Broadway, arrollando previamente a decenas de personas que caminaban por la calle 44. La fallecida es una joven de 18 años que paseaba con su hermana de 13. La pequeña es una de las más de 20 personas que resultaron heridas y permanece ahora hospitalizada. Las heridas de las víctimas, cuatro de ellas graves, van desde fracturas, hasta traumatismos craneoencefálicos severos.

La manera en la que se produjo el atropello masivo encendió de inmediato el pánico por los evidentes paralelismos con los últimos atentados del Estado Islámico en distintas capitales de Europa, como Estocolmo, Londres, Berlín y antes Niza, donde en julio del año pasado un camión arrolló a una multitud durante las celebraciones por la Toma de la Bastilla. De este modo, EE.UU. estuvo en vilo hasta que no se empezaron a disipar las alarmas algo más de una hora después. «Con la información que tenemos no hay todavía nada que nos haga pensar que se trata de un atentado terrorista», explicó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, en cuanto tuvo los datos.

El mayor argumento es que el historial del hombre que iba al volante del vehículo implicado, no apuntaba en esa dirección. Se trata de Richard Rojas, un joven de 26 años, de nacionalidad estadounidense y vecino del distrito neoyorquino del Bronx. Según confirmó de Blasio, sirvió en la Armada en el pasado y había sido detenido en anteriores ocasiones por conducir bajo los efectos del alcohol, dos antecedentes con los que las autoridades ya trabajan y que creen son los detonantes del accidente. De hecho según varios agentes citados por The New York Times, «el joven parecía borracho» cuando fue detenido. No obstante, las autoridades todavía revisan con cautela los antecedentes de Rojas para descartar cualquier hipótesis diferente a la apuntada inicialmente.

«Estamos reforzando la seguridad en lugares clave de nuestra ciudad con oficiales del departamento de policía de Nueva York», anunció el Comisionado de policía, James O’Neill.

Times Square, por donde diariamente pasan unas 350.000 personas, fue blanco del terror hace siete años después de que un inmigrante pakistaní colocase un coche bomba en esta plaza del Midtown, el 1 de mayo del 2010. Los testigos no pudieron evitar recordar tampoco los atentados del 11 de septiembre y el más reciente, que tuvo lugar en la isla de Manhattan, cuando un joven estadounidense de origen afgano colocó una bomba fabricada con una olla de presión en un contenedor de basura en el barrio de Chelsea. Los hechos sucedieron el pasado septiembre y se saldaron entonces con 31 heridos.

«Los gritos de la gente me salvaron la vida. He vuelto a nacer», dice uno de los testigos

«Los gritos de la gente me salvaron la vida», dijo Andrew. Con voz entrecortada, su relato sonaba angustiado pero agradecido porque, según aseguró a La Voz, tenía la sensación de que «he vuelto a nacer». Él fue uno de los testigos del accidente que ayer puso en vilo a la ciudad que nunca que duerme, la misma que tiene la cicatriz del 11-S, culpable del estado de alerta permanente que se respira en una Nueva York temerosa de volver a vivir otro atentado.

El de ayer, tenía todos los ingredientes para serlo, aunque por suerte no fue así. «Tuve mucha suerte. Vi cómo derrapaba el coche», añadió recordando los hechos y mostrando las fotografías realizadas con su teléfono móvil, completamente roto por la caída que sufrió y que le provocó heridas leves.

Times Square cambió en ese instante sus enormes letreros luminosos por sirenas de bomberos, policía local, federal y ambulancias para atender a las víctimas que se amontonaban en el suelo de la icónica plaza. Un despliegue descomunal de seguridad y asistencia si se compara con la magnitud de lo que realmente ocurrió.

El relato de Isabel

«Fue todo muy rápido. Escuché gritos y después la policía comenzó a sacarnos de allí. Yo me metí en un Starbucks porque pensé que era un atentado terrorista. Los agentes entraron en el local gritando, diciéndonos que evacuáramos», relató Isabel, una española que cambió su Málaga natal por unos días de vacaciones en la Gran Manzana. Su tour turístico comenzaba ayer en Times Square y le obligó a presenciar el suceso que cortó la respiración de los estadounidenses por varias horas.

El tráfico de la calle 42, una de las más transitadas de la isla, estuvo cortado durante toda la mañana y parte de la tarde. Lo mismo ocurrió en los alrededores del suceso, al igual que con la avenidas que enmarcan este famoso punto de Midtown, una de ellas la simbólica avenida Broadway, cuna del mejor teatro del mundo. Los atascos, por tanto, fueron considerables.

La cautela hizo también que, durante los primeros instantes, el servicio del metro neoyorquino de l centro de Manhattan sufriese considerables retrasos. El desplazamiento normal de los viajeros quedó bloqueado provocando el desconcierto entre los transeúntes que desconocían lo ocurrido.