May se aferra al «brexit» y Corbyn rechaza pactar con los separatistas escoceses

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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STEFAN ROUSSEAU | afp

La conservadora matiza su plan para instaurar el copago asistencial a las rentas medias y el laborista promete subir salarios

30 may 2017 . Actualizado a las 07:22 h.

Dos incisivas entrevistas televisivas por separado -con preguntas sugeridas por el público- sirvieron a Theresa May y Jeremy Corbyn para relanzar su carrera electoral en el tramo decisivo. Ese cara a cara en diferido mostró a un Corbyn más cercano y empático con la audiencia frente a una May visiblemente nerviosa y molesta por las contradicciones de su argumentario.

La primera ministra respondió al guion prefijado, con el brexit como principal argumento para convencer a los votantes. Justificó las promesas derivadas de la desconexión de Bruselas -como la del incremento de fondos en más de 350 millones de libras para la sanidad pública- con un poco sólido «los dos bandos dijeron muchas cosas que no se podían cumplir» y reafirmó su posición beligerante con la UE «como la mejor manera de garantizar un mejor futuro para nuestros hijos», a pesar de que el presentador le recordó en numerosas ocasiones que su postura sobre el brexit era favorable a seguir en la UE. «Haremos de esto un éxito», repitió varias veces.

A May le tocó hacer frente a las duras críticas por su plan para obligar a los propietarios de viviendas de más de 120.000 libras a asumir el copago de su asistencia médica. Ayer en el debate evitó hablar de cifras concretas, «pero algunos tendrán que pagar porque en el 2020 habrá dos millones de personas más que superen los 65 años y será necesario para sostener el sistema». Esas palabras tampoco contentaron a la audiencia, que le reprochó a May que la reducción del gasto sanitario «se ha traducido en recortes de servicios, no en más eficiencia».

Antes de May, pasó por los micrófonos el aspirante, Jeremy Corbyn. El líder laborista salió airoso de muchas de las contradicciones de su programa y de su propio pasado. Justificó sus conversaciones con el IRA antes del desarme del grupo terrorista irlandés alegando que quería abrir negociaciones de paz. Argumento similar al que utilizó para defender su tono amistoso con Hamás -«era para crear empatía, porque es necesaria una negociación»- o amortiguar el eco de sus críticas a la guerra de las Malvinas o a la acción que supuso la muerte de Osama bin Laden.

En la política doméstica, Corbyn, que en las últimas semanas ha remontado de forma considerable en las encuestas, defendió la subida del salario mínimo a diez libras la hora, la congelación de los beneficios de las empresas para mejorar los salarios de los trabajadores y hasta esbozó una rebaja del impuesto de sociedades de dos puntos porcentuales.

Sobre el brexit, Corbyn se mostró abierto a negociar, aunque rechazó los cálculos de la UE sobre el coste del divorcio. «Pagaremos lo que sea justo», aceptó antes de asegurar que «habrá una negociación» y que su principal objetivo será mantener el libre comercio con el continente. Sobre la circulación de personas, se negó a fijar un límite sobre inmigrantes, aunque admitió que «no crecerá en los próximos años».

Poco antes del debate, el candidato laborista puso fin a uno de los culebrones de la campaña. La líder separatista escocesa, Nicola Sturgeon, había ofrecido sus votos a Corbyn en caso de que fueran suficientes para desalojar a los conservadores del poder. «No voy a pactar con el SNP -el partido de Sturgeon-», zanjó Jeremy Corbyn.

El MI5 investiga sus errores en el atentado de Mánchester

El servicio británico de espionaje interior, el MI5, investiga si respondió adecuadamente a los tres avisos que a lo largo de los años recibió sobre la radicalización de Salman Abedi, el autor del atentado de Mánchester, que causó 22 muertos y 64 heridos.

El MI5 inició una investigación urgente justo después del ataque para determinar cómo se le pudo escapar el perfil peligroso del británico de origen libio y planea efectuar otra pesquisa sobre los sistemas que emplea para la evaluación y clasificación de potenciales sospechosos. Varias personas aseguraron que habían advertido a las autoridades sobre las ideas de Abedi, entre ellas antiguos compañeros de la universidad. Responsables de la mezquita de Didsbury, a las afueras de Mánchester, explicaron que uno de sus imanes denunció al joven por su ideología sospechosa y le expulsó del templo.

Mientras los servicios secretos revisan su procedimiento, continúa su investigación para desmantelar la red de apoyo con la que contó Abedi, que acababa de volver de Libia, cuando perpetró el ataque con un explosivo de fabricación casera. La policía interroga a 14 sospechosos, tras la detención de otros dos hombres en las últimas horas, el último en la localidad Shoreham-by-Sea, en la costa sur de Inglaterra, lo que implica que se expande la investigación. Además de los detenidos en el Reino Unido, entre los que se encuentra un hermano del autor, Ismail Abedi, han sido arrestados en Libia otro hermano, Hashim, y el padre, Ramadán Abedi.