Las cinco razones del descalabro de Theresa May

AFP LONDRES

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PAUL ELLIS | AFP

Convocar elecciones anticipadas, cambios de opinión en sus propuestas, los atentados, negarse a debatir y su falta de empatía han abocado a la primera ministra a un mal resultado electoral

09 jun 2017 . Actualizado a las 10:40 h.

En las propias palabras de varios diputados conservadores, Theresa May llevó a cabo una campaña «catastrófica». Estas son cinco razones por las cuales a la primera ministra británica, que acaba de perder la mayoría absoluta en las legislativas, nada le salió como había previsto. 

El pecado original 

May debería haber desconfiado cuando convocó elecciones anticipadas en abril, tres años antes de la fecha prevista. Sobre todo, después de haberse comprometido a no acortar la legislatura.

Es cierto que en aquel momento todos los indicadores eran positivos y los sondeos pronosticaban una gran victoria sobre los laboristas, pero la historia ha demostrado que se trata de un ejercicio peligroso.

Los conservadores británicos ya habían convocado elecciones anticipadas en 1974, y acabaron perdiendo contra el Partido Laborista.

El predecesor de May, David Cameron, también estaba convencido de que ganaría el referendo sobre la salida de la Unión Europea que organizó en el 2016 y tuvo que dimitir cuando se impuso el brexit.

«Era una apuesta y Theresa May la ha perdido. Esto plantea dudas sobre su perspicacia política», considera Mike Finn, politólogo de la universidad de Warwick. 

Un giro dramático 

El programa de los conservadores, divulgado a mitad de campaña, incluía una medida muy impopular sobre la financiación de los tratamientos médicos de las personas mayores, bautizada Dementia Tax.

La indignación fue inmediata y cuatro días después May tuvo que dar un giro dramático. Pero el mal estaba hecho: la primera minista fue acusada de cambiar de opinión continuamente, cayó en los sondeos y no logró transmitir su mensaje basado en el brexit.

«Theresa May ha echado a perder su campaña, y me quedo corta. El mensaje que transmitió fue lamentable y el giro sobre los tratamientos de las personas mayores catastrófico», comentó la diputada conservadora Ann Soubry, que fue reelegida por escaso margen.

Atentados y austeridad 

Los tres atentados terroristas que ensangrentaron el Reino Unido desde marzo provocaron que la campaña electoral girase en torno a la seguridad, un asunto que suele ser un  punto fuerte para los conservadores. Pero los laboristas supieron poner el acento en la política de austeridad y los recortes presupuestarios de la derecha, que redujo en 20.000 los efectivos policiales en seis años.

Pese al perfil pacifista de su líder, Jeremy Corbyn, el Partido Laborista anunció que crearía 10.000 nuevos puestos de policía entre otras promesas presupuestarias rechazadas por May y su formación 

No a los debates 

Desde el inicio de la campaña, May anunció que se negaba a participar en cualquier debate televisivo, y se limitó a responder dos sesiones de preguntas con un periodista y público.

La oposición aprovechó la ocasión para denunciar su «falta de agallas» y su «debilidad», especialmente con motivo de un debate surrealista que reunió prácticamente a todos los líderes de los principales partidos, en el que May fue atacada por todos los flancos sin poder responder. Para justificarse, la primera ministra explicó que prefería «dialogar con los electores».

Falta de calidez

El problema es que May, de hecho, también esquivó a los electores, organizando mítines pequeños, mientras que su rival Jeremy Corbyn comparecía una y otra vez frente a miles de personas. 

Por ese motivo, muchos electores le reprocharon su frialdad y su falta de empatía. Pésima oradora, May se contentó con repetir una vez tras otra los mismos mensajes con un tono monótono.

«Theresa May tiene la calidez, el humor, la elocuencia y el encanto de un congelador (...) lleno de crepes Findus en estado de descomposición», escribió Rod Liddle, cronista del Spectator, un semanario político afin a los conservadores.