Trump dilapida el legado de Obama

Adriana REy NUEVA YORK / CORRESPONSAL

ACTUALIDAD

SAUL LOEB | afp

El fin del deshielo con Cuba constituye el último golpe contra la herencia de su antecesor

18 jun 2017 . Actualizado a las 10:18 h.

Once presidentes de Estados Unidos han enfrentado la intransigencia del comandante cubano de origen gallego, su caballo de batalla en política exterior. Fue el último, Barack Obama, quien rebajó las presiones al régimen castrista y protagonizó un histórico deshielo que el viernes fue aniquilado por el primer presidente desde la revolución cubana en sentarse en el despacho oval sin Fidel Castro en la isla. La embestida de Donald Trump contra Cuba fue también un enorme golpe contra una de las piedras angulares del legado de Obama, cada vez más menguado. 

Cuba

Contra el estamento militar. Vía orden ejecutiva, Trump congeló la normalización con Cuba en un gesto significativamente hostil contra Castro y contra el legado de su antecesor. Con las nuevas regulaciones se restringen los negocios de las empresas de EE.UU. con Gaesa, un conglomerado militar que controla el sector estatal cubano y con quien también se prohibirán las transacciones financieras. Además, los viajes de los estadounidenses a la isla volverán a necesitar de un patrocinio de una entidad nacional y se limitarán los permisos a las compañías que buscan hacer negocios en materia de telecomunicaciones e Internet dentro de Cuba.

Inmigración

Deportaciones. Otro de los hachazos trumpianos contra la herencia de Obama apunta hacia la política migratoria. Esta semana revocó del plan de Acción Diferida para Padres de Ciudadanos Estadounidenses y Residentes (DAPA, por sus siglas en inglés), destinado a frenar la deportación de inmigrantes sin papeles que son padres de niños residentes permanentes legales, uno de los colectivos más protegidos por el expresidente. Aunque Trump está aún muy lejos de cumplir su promesa electoral de expulsar a cerca de 11 millones de personas que viven ilegalmente en EE.UU. No obstante, el Departamento de Seguridad Nacional sí ha abrazado la política de mano dura contra los simpapeles y las conocidas como ciudades santuario.

Obamacare

A la espera. La ley sanitaria de Obama sigue todavía esperando a que los republicanos se pongan de acuerdo. A pesar de que una primera propuesta de ley ha pasado el filtro de la Cámara de Representantes, ahora son los senadores los que tienen el cometido de suavizar una versión que el presidente (después de celebrarla) ha calificado de «mezquina». El propósito es pactar una propuesta que sea fácil de defender y que no sea vista como un ataque a los ciudadanos de bajos ingresos, porque la realidad de la versión de la Cámara alta es que deja sin seguro a más de 20 millones de estadounidenses.

Acuerdo de París

Ruptura de la unidad global. Su cancelación fue uno de los mayores varapalos contra el legado heredado y también, contra el mundo entero. La salida de EE.UU. del Acuerdo de Paris por la lucha contra el cambio climático fue el resultado de un golpe político que a su vez, asentó la ruptura con la unidad global sobre el clima y aisló al país de su aliados internacionales.

Ley financiera

Contra las prácticas abusivas. Los congresistas republicanos dieron a principios de este mes el primer paso legislativo para deshacer las reformas financieras impulsadas por Obama tras la crisis del 2008. Conocida como ley Dodd-Frank se aprobó con el objetivo de acabar con las práctica abusivas que llevaron al crack del 2008, desatado tras la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers. Los ejes de la reforma se centraban en aumentar la regulación y restringir los riesgos a los clientes.

La Habana: los «métodos coercitivos» ya no funcionaron en el pasado

El Gobierno cubano rechazó la política de mano dura anunciada por Donald Trump, señalando en un comunicado que la «retórica hostil» y «métodos coercitivos» ya no funcionaron en el pasado. Menos comedido el diario oficial «Granma» que afirma que Trump «ha optado por complacer a un grupo que ni siquiera es mayoritario dentro de la comunidad cubana en Miami». La disidencia radical acogió con beneplácito el fin del deshielo, no así la moderada que considera que es una política condenada al «fracaso». «Felicitaciones para Trump por su discurso claro, preciso y justo», dijo a la agencia AFP Berta Soler, dirigente de las Damas de Blanco. Sin embargo, para Manuel Cuesta Morúa, del moderado Arco Progresista, «es una regresión política a los ambientes de guerra fría que no produjeron cambios democráticos».