La consulta en Venezuela afianza a la oposición

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Las expectativas de los convocantes se desbordan y la participación se acerca a los 11 millones

17 jul 2017 . Actualizado a las 07:51 h.

Millones de venezolanos participaron este domingo en la consulta popular, en la que rechazaron la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente promovida por el presidente Nicolás Maduro, exigieron a la Fuerza Armada que respete la Constitución de 1999 y autorizaron a la Asamblea Nacional a que designe un nuevo Tribunal Supremo de Justicia, una nueva directiva del Consejo Electoral y un gobierno de unión nacional en los próximos días.

La convocatoria, hecha por la Asamblea Nacional y organizada en menos de un mes, emplazó también a los venezolanos en el exterior, y según estimaciones de los portavoces opositores, entre nueve y once millones de personas participaron en el proceso, que tuvo que ser prolongado tres horas después del cierre oficial de las mesas. Fue a causa de la alta participación, según señaló Benjamín Sharifker, uno de los cuatro rectores de universidades autónomas del país que ejercieron como garantes del proceso, junto con oenegés y cinco expresidentes latinoamericanos.

En tanto, el Consejo Electoral, a instancias del Gobierno, organizó un «simulacro» de la elección constituyente del próximo día 30. Según el diputado Héctor Rodríguez, del Partido Socialista Unido de Venezuela, «participó mucha más gente que en anteriores simulacros», aunque el Consejo Electoral nunca ha ofrecido datos en convocatorias similares.

Durante la jornada, una mujer fue asesinada en Catia, al oeste de Caracas, y otras tres resultaron heridas, por parte de «colectivos» paramilitares del chavismo, que actuaron sin que las fuerzas del orden, desplegadas por todo el país, reprimieran a unos cien motoristas, con sus acompañantes, que aterrorizaron durante más de una hora a quienes se congregaban en las afueras de la iglesia El Carmen.

«El régimen vio esto -la cantidad de gente que participaba- y se aterró. Estas personas muertas tienen un responsable directo en el palacio [presidencial] de Miraflores. [El presidente Nicolás] Maduro y su banda son directamente responsables», señaló la dirigente opositora María Corina Machado, quien hizo un balance al cierre de la jornada.

Sin embargo, Maduro tenía pautada, para la misma hora en que se registraron los hechos de Catia, su presencia en un centro electoral del simulacro para la Constituyente, pero el acto fue suspendido. En una intervención en la televisión estatal, realizada a través del teléfono, el mandatario pidió a la oposición que no se volviese «loca», y reiteró su convocatoria al diálogo, pero no hizo mención del asesinato de Escot. También pidió a los venezolanos que le diesen «una oportunidad a la Constituyente».

El chavismo, que durante toda la semana no supo si tratar de impedir, reprimir o ignorar el plebiscito opositor, no tuvo más remedio que reconocerlo desde el sábado, pero la tesis oficial (incluida la de la presidenta del Consejo Electoral, Tibisay Lucena, abiertamente chavista) terminó rebajando el proceso a una «consulta interna de la oposición», sin validez legal.

«Cuestionable, pero legítimo»

Pero tanto la Asamblea Nacional, convocante del proceso, como la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, y el chavismo disidente, agrupado en un partido llamado Marea Socialista, han defendido que el proceso es vinculante, basándose en el artículo 72 de la Constitución, que establece la legalidad de las consultas populares. El diputado chavista Hugo Carvajal, cada vez más cercano a la oposición, dijo que «el plebiscito es cuestionable, pero es legítimamente válido», mientras que el simulacro de la Constituyente es «inconveniente, ya que representa una provocación».

A partir de hoy comenzará la «hora cero», que redoblará las actividades en calle y nombrará un Tribunal Supremo de Justicia y un Consejo Electoral paralelo, basándose en la mayoría de dos tercios que tiene la oposición en el Parlamento.

En la actividad participó, desde su casa, el preso político Leopoldo López, a quien el Gobierno de Maduro sacó de prisión para concederle el arresto domiciliario el pasado 8 de julio. El dirigente opositor comenzó a utilizar ayer su cuenta de Twitter, para la cual, en principio, no tiene restricciones. Afirmó que «esta lucha nació en las calles, hoy sigue y va a seguir en las calles hasta restaurar la democracia y la libertad. ¡Pronto nos veremos en ellas!».