Abe remodela el Gobierno nipón para frenar su impopularidad

Sara R. Estella PEKÍN / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

KIMIMASA MAYAMA | EFE

Nombra 14 nuevos ministros, sin tocar los cargos del área económica

04 ago 2017 . Actualizado a las 07:16 h.

En una clara maniobra para fortalecer su maltrecha imagen pública, el primer ministro japonés anunció ayer una remodelación de su Gabinete con catorce nuevos nombramientos. Estos relevos se dan a conocer después de que varios de sus ministros e incluso el propio Shinzo Abe se hayan visto envueltos en varios escándalos políticos en las últimas semanas. Un cambio de carteras que se produce justo cuando el Gobierno nipón debe tomar decisiones cruciales en materia de seguridad, diplomacia y economía.

A pesar de estos cambios, Abe mantendrá al núcleo duro de su Ejecutivo con la excepción del titular de Exteriores, la sustitución que más ha sorprendido. El hasta ahora ministro, Fumio Kishida, sale del Gobierno y será a partir de ahora el responsable de las estrategias políticas del Partido Liberal Demócrata (PLD). Un movimiento con el que el primer ministro espera revitalizar también la confianza de la población nipona en su partido, puesta en entredicho por diversos escándalos en los últimos cinco años. 

Un veterano crítico

El hueco de Kishida lo ocupará otro veterano, Taro Kono, que se caracteriza por su disposición para criticar las políticas de su propio partido y que se ha opuesto abiertamente a la reactivación de las centrales nucleares niponas impulsada por Abe. Kono, a quien se le atribuyen buenos contactos con Washington y Seúl, se enfrenta a la compleja labor de responder a las provocaciones de Piongyang y al auge militar de China en el Pacífico.

El cambio en la titularidad de Defensa es el otro de los remplazos relevantes en la nueva ejecutiva nipona. La dimisión de la anterior ministra, Tomomi Inada, hace una semana deja vía libre a Itsunori Onodera, que ya ocupó ese mismo cargo entre el 2012 y el 2014.

Los últimos movimientos de Abe sin embargo no han afectado al área económica, lo que subraya la continuidad de la apuesta del primer ministro por su plan conocido como Abenomics, con el que espera relanzar la economía japonesa. Sin embargo, los primeros pasos de este plan no han logrado el objetivo prometido de vencer la deflación y construir las bases para un crecimiento estable.

Abe anunció esta remodelación cuando su popularidad ronda el 30 %, el nivel más bajo desde su reelección en el 2012. La pérdida de la confianza entre sus votantes se debe a su supuesta implicación en un caso de amiguismo, después de que su administración otorgara, a un íntimo amigo suyo, una licencia para abrir una escuela veterinaria. Según declaró a France Press Takashi Ryuzaki, exjefe del servicio político de la cadena privada TBS, si esta reestructuración no funciona Abe «podría disolver la Asamblea a final de año» para intentar ganar unas elecciones de nuevo aprovechando la descomposición de la oposición.