«Se matan a tiros por un trozo de pan»

A. F. Coego / F. Espiñeira REDACCIÓN / LA VOZ

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JOE RAEDLE | Afp

Una española denuncia los saqueos y peleas en Saint Martin, una isla devastada por el «Irma»

12 sep 2017 . Actualizado a las 08:14 h.

Después de los destrozos y las inundaciones, el saqueo, el pillaje y la violencia sin control. Ese es el paisaje que ve a diario, con pavor, la cordobesa Sara Cerezo en la isla de Saint Martin. «La gente se mata a tiros, a cuchillazos, por una botella de agua o por un trozo de pan», relata la española desde su casa.

Saint Martin era un tranquilo paraíso caribeño de 96 kilómetros cuadrados -poco más de dos veces la superficie del término municipal de A Coruña-, con una población de 74.000 habitantes y una jurisdicción compartida entre Francia y Holanda. Ese paraje de ensueño se volatilizó bajo las primeras rachas de viento del huracán Irma el pasado miércoles. Rachas de viento de más de 260 kilómetros por hora devastaron las frágiles construcciones de la isla y destruyeron sus infraestructuras básicas, el puerto y carreteras.

«Nos roban lo poco que queda»

Sara, odontóloga de profesión, grabó un vídeo en el que pide al Gobierno español ayuda para abandonar Saint Martin. Su casa está completamente destrozada. «Estamos vivos hoy, pero si no nos sacan de aquí inmediatamente no sé cuánto más vamos a poder aguantar. Necesitamos que nos ayuden, tienen sacarnos de aquí porque no estamos seguros», afirma la cordobesa.

En sus redes sociales, Sara Cerezo aporta más información sobre el nivel de desesperación que se vive en la isla. «Nos roban lo poco que queda y la información que os llega a Europa no es real. La gente aquí está desesperada. No queda comida, ni agua o gasolina», afirma antes de asegurar que hay decenas de cadáveres flotando en el agua, algo que desmintieron de forma inmediata las autoridades tanto holandesas como francesas.

En ambos países, el desastre del Caribe se ha convertido en objeto de una batalla política en la que los partidos populistas intentan debilitar a los gobiernos por su deficiente gestión de la crisis. En Francia, el presidente, Emmanuel Macron, tuvo que organizar una viaje de urgencia a Saint Martin para supervisar sobre el terreno las labores de limpieza y seguridad en la parte de la isla bajo su jurisdicción.

El Gobierno galo negó de forma taxativa que se hubiera producido una fuga masiva de presos de la cárcel insular, aunque admitió «problemas de pillaje» en los días posteriores al paso del huracán. Este lunes, la policía informó de la detención de al menos once personas acusadas de delitos de saqueo y anunció el traslado a la isla de al menos mil efectivos más de los diferentes cuerpos de seguridad para colaborar en las tareas de reconstrucción.

Un refuerzo similar anunció el primer ministro holandés, Mark Rutte, para frenar los pillajes. «Hay gente armada en las calles con revólveres y machetes», declaró un testigo al diario holandés AD. «La situación es muy grave. Nadie está al mando», se quejaba ese testigo antes de que Rutte mostrara su preocupación: «No vamos a dejar a nadie abandonado. Los policías y soldados ya trabajan en la reposición del orden y esperamos que vuelva la normalidad a la isla lo antes posible».

«Once o doce muertos»

En cuanto al número de muertos, Francia asegura que en su jurisdicción «hay once o doce», además de siete desaparecidos, mientras que en la parte holandesa solo se da cuenta de un fallecido durante el huracán.

La peor parte se la llevó esta vez Cuba, donde ya hay confirmadas diez muertes. En las Islas Vírgenes británicas hay seis más, cuatro en las estadounidenses, dos en Puerto Rico y uno más en Barbuda. La lista aumentará en los próximos días.

«Jose» azotará las mismas zonas ya castigadas por los dos últimos ciclones

«Irma», el huracán devastador que ha afectado desde la semana pasada al oeste del océano Atlántico, donde ha alcanzado la máxima categoría, 5, y vientos sostenidos de más de 300 kilómetros por hora, ha rebajado su intensidad y en las últimas horas se ha convertido en tormenta tropical. Mientras, el «Jose», ha alcanzado categoría 4 y amenaza con agravar los daños en las zonas del Caribe ya arrasadas. Las previsiones de los meteorólogos indican que este ciclón seguirá un itinerario prácticamente idéntico al anterior. La importancia del «Irma» es tal que pasará a la historia como uno de los peores y más devastadores huracanes, por lo que se ha retirado su nombre de la lista oficial. «Ningún huracán volverá a llamarse Irma», igual que otros de los peores como «Rita», «Katrina», «Wilma» o «Igor».