La desunión sindical desinfla la primera huelga general contra Macron

Alexandra F. Coego PARÍS / CORRESPONSAL

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CHARLES PLATIAU | Reuters

La movilización fue menor que la contestación contra la reforma de Hollande

13 sep 2017 . Actualizado a las 07:21 h.

Emmanuel Macron se enfrentó este martes a su primera huelga sindical en contra de la reforma laboral con la que quiere liberalizar la economía francesa. La desunión de los sindicatos desinfló la movilización, que fue menor que la del 9 de marzo del 2016 contra de la reforma laboral de François Hollande, pese a contener medidas más suaves que la propuesta del actual presidente de Francia.

Unas 223.000 personas salieron a las calles, según el Ministerio del Interior, aunque la Confederación General de Trabajadores (CGT), el segundo sindicato del país y convocante de la marcha, estima que fueron 400.000, calificando la jornada de éxito. «Es una demostración del fuerte descontento», sentenció el secretario general de la formación, Philippe Martinez. Pero los números quedan por debajo de la huelga general del 2016. Entonces, la CGT contaba con el apoyo de la Confederación Democrática del Trabajo (CFDT) y Fuerza Obrera (FO), el primer y el tercer sindicato francés, respectivamente.

En esta ocasión, pese a criticar la reforma, las direcciones de ambos decidieron no secundar la huelga por tratarse de «un contexto muy diferente» al del 2016, explicó el secretario general de FO, haciendo hincapié en las numerosas reuniones con el Ejecutivo durante el verano para llegar a una «verdadera concertación». Según la CGT, la protesta de este martes en París contó con 60.000 manifestantes, frente a los 100.000 que anunció en la protesta del pasado año. La Prefectura de Policía también notó una bajada, pasando de entre 27.000 y 29.000 en el 2016 a 24.000 este martes.

La jornada terminó con pocos incidentes. La policía realizó varios arrestos en el sur de la capital, después de que grupos radicales lanzasen proyectiles a la comisaría del distrito 13 de París. En Lyon, la marcha se vio interrumpida por un centenar de anarquistas y antifascistas, que fueron rápidamente aislados. Durante la huelga, la frecuencia de los trenes se vio reducida y el tráfico perturbado, más que por la huelga, por la protesta paralela de los feriantes y sus «operaciones oruga» con unos 10.000 camiones en toda Francia.

La movilización contó con el apoyo de varios miembros del Partido Socialista, como Benoît Hamon, y de Francia Insumisa. El líder de este última formación, Jean-Luc Mélenchon, advirtió que «Macron ha querido este pulso y nos corresponde aceptar el desafío». Durante la huelga, el presidente se encontraba en las Antillas francesas, devastadas por el huracán Irma.

Tranquilidad

El Gobierno recibió la huelga con tranquilidad. Macron ya avisó el viernes que no tiene intención de ceder a «los holgazanes, los cínicos y los extremos», declaración que inspiró lemas de los manifestantes. La ministra de Trabajo, Muriel Pénicaud, opinó que «en Francia estamos maduros para inventar una ‘flexiseguridad’ a la francesa». Bruno Le Maire, ministro de Economía y Finanzas, aseguró que aguantarán aunque reconoció que «los resultados tardarán en llegar», por lo que llamó «a la serenidad, la constancia y la determinación».

Una reforma laboral más dura que la de los socialistas

La reforma de Emmanuel Macron busca dar mayor flexibilidad al mercado laboral y reducir la influencia de los sindicatos en un tiempo récord. Incluye medidas más drásticas que la propuesta aprobada por el Gobierno socialista de François Hollande.

Negociación convenios

Debilitar a los sindicatos. La nueva ley autorizará a los dueños de pequeñas y medianas empresas a consultar en referendos a sus empleados acuerdos que no estén incluidos en los convenios colectivos. Los sindicatos advierten que perjudicará a los trabajadores, desprovistos de experiencia en ese tipo de negociación y sin la obligación del asesoramiento de un delegado sindical.

Despido improcedente

Limitar las indemnizaciones. Propone imponer un techo a las indemnizaciones por despido improcedente, hasta ahora fijadas arbitrariamente por los tribunales, alcanzado en ocasiones cientos de miles de euros. Con la reforma, la indemnización se acordará en función de la antigüedad del empleado: 20 meses de salario a partir de 28 años de antigüedad y un solo mes de salario por menos de dos años.

Multinacionales

Facilitar el despido económico. La ley actual obliga a las multinacionales a justificar dificultades económicas tanto en Francia como en el extranjero para poner en marcha un plan de reestructuración que incluya despidos por razones económicas. Sin embargo, con la reforma podrán llevarlos a cabo aunque gocen de una buena salud financiera exterior.

Proceso exprés

Antes de fin de año. Los cinco decretos que contienen las medidas serán presentados en el Consejo de Ministros el 22 de septiembre. El Parlamento tendrá tres meses para ratificar la reforma, sin derecho a modificarla. Si no es aprobada antes de finales de diciembre, deberá reiniciar el proceso. No obstante, cuenta con una mayoría holgada para conseguir su aprobación.