Al menos 225 muertos y 20 españoles desaparecidos tras el seísmo en México

Redacción / La Voz CIUDAD DE MÉXICO

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Exteriores confirma un español entre las víctimas

20 sep 2017 . Actualizado a las 21:47 h.

Espanto, destrucción y muerte. Justo cuando se conmemoraba el seísmo del 19 de septiembre de 1985 que dejó más de 10.000 muertos en Ciudad de México y poco más de una semana después del temblor de magnitud 8,2 que segó más de un centenar de vidas en los estados de Oaxaca, Chiapas y Tabasco, un fuerte terremoto que alcanzó una magnitud de 7,1 convulsionó este martes el centro de México, dejando un balance catastrófico de al menos 225 víctimas mortales, según el Ministerior del Interior, y una treintena de edificios derribados, con un número indeterminado de personas atrapadas bajo los escombros.Entre las víctimas mortales hay al menos un español y Exteriores intenta localizar a otra veintena de españoles que están ilocalizables. 

El Servicio Sismológico Nacional ha explicado que el seísmo se originó 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, en el estado de Morelos, a las 13.14 (hora local). El epicentro, por tanto, se localiza a solo 160 kilómetros al sur de la capital. Esto explica que su impacto en la ciudad, una de las más pobladas del mundo, dejara un rosario de escenas de caos y pánico colectivo. A los edificios derrumbados en colonias como Condesa, Del Valle, Narvarte, Centro, Coyoacán y Xochimilco, hay que añadir una sucesión interminable de daños materiales: centenares de vehículos aplastados, postes del tendido eléctrico abatidos, cortes en el servicio eléctrico, fugas de gas e interrupciones en el servicio de telefonía, así como en el del metro.

20 niños muertos en un colegio

Hasta el momento se ha registrado el colapso de 30 edificios, informó el jefe del Gobierno de Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera. 50.000 miembros de la administración capitalina han sido desplegados para efectuar labores de movimiento de escombros y atención a víctimas. Entre las edificaciones derrumbadas se encuentra el colegio Enrique Rebsamen, en el sur de la ciudad, donde al menos 20 niños y dos adultos han perdido la vida y otras 38 personas han desaparecido. El presidente Enrique Peña Nieto, que acudió al centro escolar, confirmó que 30 menores y ocho adultos todavía están ilocalizados.

Más de 500 miembros del Ejército y de la Secretaría de Marina, así como 200 de Protección Civil, tratan de encontrar sobrevivientes entre las ruinas de esta escuela, donde 14 pequeños fueron rescatados ya con vida de entre los escombros. A través de la redes sociales, los vecinos solicitan todo tipo de útiles, como baterías, linternas y botellas de agua, para apoyar las labores de los equipos de rescate en las inmediaciones del centro, que se ha convertido en uno los lugares mas conmovedores en las tareas de salvamento.

El aeropuerto, cerrado

En el sur de la ciudad, en Coyoacán, la Iglesia de San Juan Bautista sufrió daños en una de sus torres, y en Xochimilco se vino abajo la parroquia de San Bernardino. En esta zona, un videoaficionado registró el fuerte movimiento del agua de los canales: un ola gigante cruzó de lado a lado y removió las «trajineras» (unas embarcaciones tradicionales). Las autoridades, desbordadas, han ordenado el cierre del aeropuerto internacional de Ciudad de México, que suspendió operaciones para revisar estructuras. Las clases en las escuelas han sido suspendidas y los servicios de protección civil han pedido no regresar a los edificios dañados hasta que se verifique el estado de las construcciones.

Los testimonios de los afectados resumen un sentimiento de horror y desolación generalizado. «Lo sentí muy fuerte, estábamos en el piso 7 y el edificio se movía demasiado. Estoy muy asustada», ha relatado a Efe Ivonne Solis en plena calle del barrio de Anzures. «Ha sido horrible, lo he sentido mucho peor que el del otro día» (en referencia al temblor del 7 de septiembre), ha añadido la española Ana Bofill. «Nunca he vivido un seísmo así. El edificio se movió mucho, pensaba que se iba a caer», ha apuntado Jonathan Barbosa. «Los cables de la luz empezaron a chocar y explosionar. Estoy todavía muy asustado».

Dos horas antes del seísmo, se había llevado a cabo un simulacro de evacuación, como el que se realiza todos los años en el aniversario del terremoto de 1985. Hospitales, oficinas, escuelas y edificios públicos habían sido evacuados, pero la gente ya había retornado a sus actividades. El presidente Enrique Peña Nieto, que volaba hacia el estado de Oaxaca para supervisar las labores de reconstrucción del temblor de hace casi dos semanas, se vio obligado a regresar a la capital y convocar al comité de emergencias para evaluar la situación.

También Peña Nieto ha pedido a los ciudadanos evitar regresar a sus hogares a recuperar pertenencias personales, ya que pueden producirse réplicas y los edificios que quedaron dañados podrían desplomarse. Por esa razón, la Secretaría de Educación Pública ha suspendido las clases hasta nuevo aviso en Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla, Veracruz y Tlaxcala.

Hasta el momento, se han registrado 23 réplicas del terremoto, la mayor de magnitud 4, de acuerdo con cifras del Servicio Sismológico Nacional.