¿Por qué ha vuelto a temblar la tierra en México?

Efe MÉXICO

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Los expertos atribuyen los seísmos registrados este mes a un «contexto tectónico complicado»

20 sep 2017 . Actualizado a las 11:31 h.

«México está en un contexto tectónico complicado, complejísimo». Son palabras de Xyoli Pérez Campos, director del Servicio Sismológico Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México, que sirven para comprender un poco mejor por qué la tierra ha temblado tan estrepitosamente en dos ocasiones y ha sacudido el país centroamericano dejando cientos de muertos y miles de damnificados. 

El último, registrado ayer, de magnitud 7,1 se registró ayer a las 13.14 (hora local) y su epicentro se ha situado a 12 kilómetros de la localidad de Axochiapan, en el estado de Morelos, aparentemente el más afectado. Ciudad de México se encuentra a 120 kilómetros del epicentro.

«Tenemos la interacción de cinco placas (tectónicas)»: las de Cocos, de Norteamérica, del Pacífico, de Rivera y del Caribe. Las placas son segmentos de la corteza terrestre, a la que dividen como un rompecabezas, cuya interacción al desplazarse sobre un manto semilíquido y viscoso es una de las principales causas de terremotos en el mundo.

Un reporte técnico del Sismológico sobre el terremoto de ayer señaló que en la región del epicentro del terremoto «la Placa de Cocos subduce (se hunde) por debajo de la Placa de Norteamérica».

El epicentro fue localizado en los límites de los estados de Puebla y Morelos, a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, Morelos, y a 120 kilómetros de Ciudad de México, a una profundidad de 57 kilómetros. «Si bien el mecanismo es similar, son dos terremotos independientes; uno (el terremoto del 7 de septiembre) ocurrió en el Golfo de Tehuantepec y éste (el del 19 de septiembre) se produjo por debajo de los estados de Puebla y Morelos», apuntó Pérez.

El terremoto del 7 de septiembre en México, el más poderoso desde 1932 en el país con magnitud 8,2 grados, causó 78 muertos en Oaxaca, 16 en Chiapas y 4 en Tabasco, que sumaron un total de 98.

Lo que sí atribuyen a «mera coincidencia» es el hecho de que el terremoto del 19 de septiembre haya ocurrido en la misma fecha que el devastador terremoto de 1985, que originó miles de muertos en la capital. «No hay otra razón», reafirmó.

«Los terremotos no se pueden predecir, por lo tanto siempre hay que estar preparado»

Pérez Campos destaca que nadie puede predecir el momento en que ocurrirá un movimiento telúrico. «Los terremotos no se pueden predecir, por lo tanto siempre hay que estar preparado», expuso.

La directora del SSN, por su parte, explicó que la zona entre Morelos y Puebla, donde se originó el más reciente terremoto, tiene «una historia de sismos importante», los más recientes registrados el 15 de junio de 1999 y el 24 de octubre de 1980, con magnitudes respectivas de 7 y de 7,1.

El de 1999 ocurrió a 218 kilómetros de Ciudad de México y «fue muy similar al que tuvimos esta tarde (martes) a 120 kilómetros; eso hace la diferencia en cuanto a intensidad», explicó.

El geólogo Leonardo Ramírez calcula que unas 6,5 millones de personas, en dos millones de viviendas en Ciudad de México, y 12,4 millones en la zona centro del país, estuvieron expuestas a la «intensidad más fuerte del terremoto».

En cuanto a los daños, el SSN ha observado que en este nuevo terremoto «corresponden a zonas similares a las que observamos en el sismo de 1985, y a algunas otras de la zona sur de México». El experto sugirió que los mayores daños se deben a que no se aplicaron de manera correcta los reglamentos de construcción o a que algunas de las construcciones dañadas en terremotos anteriores fueron reparadas de forma adecuada.

Los expertos creen que no se aplicaron de manera correcta los reglamentos de construcción

El Sismológico indicó que hasta las 20.30 hora local del martes (2.30 en la España peninsular) se habían registrado un total de 11 réplicas del terremoto, la más fuerte de magnitud 4 en la escala de Richter. Recordó que cuando ocurre un terremoto de magnitud considerable, las rocas que se encuentran cerca de la zona de ruptura sufren un reacomodo, lo que genera una serie de temblores en la zona que reciben el nombre de réplicas.

«Las réplicas puede variar desde unas cuantas hasta cientos de eventos en los próximos días o semanas de ocurrido el temblor principal», acotó.