El secretario de Salud, la baja número catorce en ocho meses de la era Trump

La Voz R. P. REDACCIÓN / LA VOZ

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Carlos Barria | Reuters

Tom Price cae por cargar al erario sus viajes en aviones privados

01 oct 2017 . Actualizado a las 08:37 h.

Nunca antes en la historia de un Gobierno de Estados Unidos hubo tantas renuncias y destituciones en tan poco tiempo como en los ocho meses de la era Trump. El último, y ya van con catorce, en coger la puerta de salida es el secretario de Salud, Tom Price, acorralado por el escándalo del uso de aviones privados para viajes oficiales, que dejó al erario público un agujeros de casi un millón de dólares, según Politico. 

Presentó la noche del viernes su renuncia antes de que el presidente soltara su famosa frase You’re fired (estás despedido), que pronunciaba cuando desahuciaba a unos de los concursantes del programa televisivo The Apprentice. En la lista de caídos están desde poderosos políticos republicanos como Reince Priebus (jefe de Gabinete) a asesores claves como Michela Flynn o Steve Bannon, y hasta el jefe de la CIA, James Comey. 

Price se va sin cumplir la orden de Trump de ser el brazo ejecutor de la derogación del Obamacare y dejando en evidencia que la promesa de campaña del presidente de que acabaría con el despilfarro de la élite política. Su eslogan «drenemos la ciénaga» se ha quedado en una simple proclama electoralista y mina la credibilidad en su granero de votos entre la clase trabajadora .

Tom Price no es el único miembro del Gabinete salpicado por los escándalos del uso indebido de aviones. Otros tres secretarios ya han tenido que dar explicaciones. El último en estar en la diana de los medios es el titular de Interior, Ryan Zinke, que habrían empleado numerosos vuelos privados, incluidos uno a su Montana natal y otro a una isla del Caribe, a cargo del Estado. Anteriormente ya habían tenido que dar explicaciones el encargado del Tesoro, Steven Mnuchin, cuando salió a la luz que utilizó un avión militar para su luna de miel por Europa o para disfrutar con su mujer del eclipse total del 21 de agosto desde la azotea de Fort Knox (Kentucky). También la de Educación, Betsy DeVos, que facturó del coste de sus viajes oficiales al Gobierno pese a haberse desplazado en su propio avión privado.

Ya hace unos días, Trump había sentenciado a Price, pese a entonar un mea culpa, en la que prometió no volver a hacerlo, devolver el dinero para que los contribuyentes no tuvieran que pagar «ni un centavo» y colaborar en la investigación abierta.

Con un equipo plagado de multimillonarios, financieros y influyentes empresarios, la fe depositada por una base de votantes cansada de ver cómo la brecha social es cada vez mayor empieza a diluirse como un azucarillo en un vaso de café, informa Efe.

Tillerson reconoce contactos con Corea del Norte para sondear las opciones de diálogo

El secretario de Estado, Rex Tillerson, reconoció ayer que Estados Unidos mantiene «canales de comunicación» con Corea del Norte para evaluar si está dispuesto a entablar conversaciones sobre su programa nuclear.

A su llegada a Pekín, declaró que altos responsables estadounidenses están en contacto con Piongyang, días después de la escalada de amenazas entre el Donald Trump y Kim Jong-un.

Washington no tiene lazos diplomáticos con el régimen norcoreano, y se ha apoyado en Pekín para presionar su vecino a través de sanciones. Sin embargo, Tillerson aseguró que los diplomáticos estadounidenses no confían en China como un mediador y que son ellos mismos los que han hablado directamente a través de «nuestros propios canales».

Tillerson ha sido un firme defensor de la campaña por una «presión pacífica», recurriendo a las sanciones de Estados Unidos y la ONU y cooperando con China para frenar las aspiraciones del régimen. No obstante, sus esfuerzos se vieron empañados por la guerra verbal, con Trump burlándose del «pequeño hombre cohete» y Kim afirmando que el estadounidense está «mentalmente trastornado».

Y mientras Tillerson se reunía con el presidente chino, Xi Jinping, la agencia de propaganda norcoreana publicó una nueva oleada de insultos contra Trump, calificándolo de «viejo psicópata», en «misión suicida para provocar un desastre nuclear que reducirá a Estados Unidos a un océano de llamas».