Xi Jinping evita nombrar sucesor

sara r. estella PEKÍN / E. LA VOZ

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JASON LEE | Reuters

Ninguno de los nuevos miembros del comité permanente podrán relevarle cuando acabe su mandato, en el 2022, porque superan los 60 años

26 oct 2017 . Actualizado a las 07:28 h.

Desfilando en fila india y saliendo detrás de un biombo chino decorado con garzas, símbolo de la longevidad, los hombres más poderosos de China seguían a su líder. Xi Jinping, saludando y con gesto relajado, desvelaba el secreto mejor guardado de un congreso que se llevó a cabo bajo un absoluto hermetismo. Todos ellos superan la edad de 60 años por lo que ninguno podrá ser su sucesor en 2022, cuando acabe su mandato. Una norma no escrita del Partido Comunista chino impide continuar en primer línea política a partir de los 68 años.

En el imponente salón del Palacio del Pueblo donde se presentó en sociedad a la cúpula china en un acto medido al milímetro, todos los ojos se fijaron en el tercer puesto, reservado en anteriores ocasiones al futuro presidente del país. En esta ocasión lo ocupa Li Zhanshu, de 67 años, hombre de confianza de Xi que ejerce como su secretario personal y que se posiciona como favorito para el puesto de presidente de la Asamblea Nacional Popular, el Legislativo chino.

Solo Xi Jinping y el primer ministro, Li Keqiang, continúan respecto al anterior gabinete ya que les queda un segundo mandato de cinco años. Por orden de rango, detrás de Li Zhanshu, les siguen Wang Yang, ex gobernador de Cantón y ahora vice primer ministro; Wang Huning, ideólogo del partido y de las doctrinas de los líderes; Zhao Leji, que liderará la recién creada comisión central para la Investigación y la Disciplina, y Hang Zheng, jefe del Partido en Shanghái.

«No hay ningún miembro joven que pudiera ser sucesor de Xi. Ese tema lo decidirá él más tarde, pero la decisión parece indicar su deseo de mantenerse en el poder», aseguró a Efe Chang Wu-er, ex director del Instituto de Estudios Chinos de la Universidad de Tamkang. «Xi será el principal referente político de China mientras siga vivo», aseguró la publicación especializada en análisis de política china SupChina.

Xi Jinping, de 64 años, podría perpetuarse en el poder más allá de 2022, bien acabando con el límite de diez años para los presidentes o permaneciendo como líder Supremo del partido, adjudicándose así la potestad de nombrar a los sucesivos jefes de Estado y de Gobierno como ya hicieron antes los dos grandes líderes, Mao y Deng Xiaoping, fundador del régimen y artífice de la apertura económica del país respectivamente.

«Nunca deberíamos pensar en tomarnos un respiro o detener nuestros pasos. Continuaremos librándonos de cualquier virus que erosione el tejido saludable del partido» dijo Xi en un discurso de unos veinte minutos en una clara alusión a la campaña contra la corrupción que ha abanderado sus primeros cinco años de mandato. «Concentrémonos en una poderosa fuerza social que con la energía del Partido impulse el desarrollo y el progreso de China», añadió.

Los dos hombres que sonaban con más fuerza en las quinielas previas a conocerse los cinco nuevos miembros del máximo órgano del partido, Chen Miner y Hu Chunhua, se quedaron fuera. Sí forman parte en cambio de los 25 miembros del politburó, el segundo escalafón de poder en la formación, por lo que no se descarta que, sobre todo, Chen Miner, pueda ser promocionado como sucesor en el próximo congreso que se celebrará en 2022. Tampoco este cónclave ha beneficiado a las mujeres. Ninguna ha accedido a la cúpula y de las veinte que integraban el politburó hasta ahora se ha pasado a diez.

Afines en la cúpula militar tras una supuesta intentona para dar un golpe de Estado

Una de las prioridades que desgranó Xi Jinping en su discurso de apertura, que marcó las políticas que se han debatido y aprobado en el 19º congreso, fue la modernización del Ejército de Popular de Liberación (PLA) que tiene previsto concluir en 2035. Alcanzado ese objetivo, la siguiente meta es 2050, cuando espera que sus tropas alcancen el nivel de las fuerzas armadas occidentales.

«Nuestro Ejército debe estar listo para el combate como objetivo de su trabajo y centrarse en la victoria si la ocasión lo requiere», aseguró Xi en su alocución. Para ganarse la lealtad de las tropas, Xi aumentó el presupuesto militar por encima de los dos dígitos desde hace una década aunque en los dos últimos años, la recesión de su economía obligó a reducir el aumento del presupuesto en Defensa a entre un 7 y un 8 % (aproximadamente 128.000 millones de euros).

Además, Xi ha posicionado en la cúpula militar a sus hombres de confianza como el general Li Zuocheng, veterano de la breve guerra entre China y Vietnam de 1979. De esta forma, el presidente chino quiere atajar cualquier intento de golpe de Estado como el que, según aseguró Liu Shiyu, presidente de la Comisión de Valores, intentaron perpetrar Guo Boxiong, ex vicepresidente de la Comisión Militar Central, Zhou Yongkang, ex zar de la Seguridad, Ling Jihua, mano derecha del ex presidente Hu Jintao; y Sun Zhengcai, destituido en julio como jefe del partido en Chongqing.