Merkel, ante una semana decisiva para cerrar la crisis política alemana

María Prieto BERLÍN / DPA

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Bernd Wüstneck | Dpa

La cúpula de la CDU se reúne para preparar el encuentro del jueves con Schulz

27 nov 2017 . Actualizado a las 07:14 h.

La plana mayor de la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel se reunió ayer en Berlín para analizar posibles escenarios de futuro para Alemania, justo cuando se cumple una semana del fracaso de su primer intento de formar gobierno con otros partidos. A puerta cerrada, la cúpula de la formación que dirige los designios de la potencia europea desde el 2005 pone especial atención al encuentro que el jueves, junto a su hermana bávara, la CSU, mantendrá con el líder socialdemócrata (SPD), Martin Schulz. Por expresa petición del presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, los partidos que durante los últimos cuatro años han gobernado el país volverán a sentarse a la mesa para explorar las posibilidades de reeditar una gran coalición.

Alemania tiene ante sí una semana decisiva. En ella, el SPD, que en primer momento se negó categóricamente a firmar una nueva alianza con Merkel como socio menor, podría desatascar definitivamente el bloqueo político allanando la transición hacia un cuarto mandato consecutivo de la eterna canciller. 

Presiones

Presionado por su propio partido y por numerosas voces que apelaban a la responsabilidad hacia el electorado, Schulz se vio obligado el viernes a comerse sus palabras y anunció que consultará a los militantes si están dispuestos a reeditar la gran coalición de la legislatura anterior.

Ante el incierto panorama político que se abrió el pasado domingo tras la ruptura de negociaciones entre el bloque conservador de Merkel, los liberales y los verdes, el anuncio del SPD constituyó un tímido avance que, sin embargo, a ojos de la canciller pareció ser interpretado como un paso de gigante.

Tan solo horas después de que Schulz abriese la puerta a ejercer de compañero de baile, la dirigente rechazó de forma tajante la celebración de nuevas elecciones y apremió a negociar un Gobierno estable con celeridad.

«Por supuesto que no sé cómo evolucionarán las cosas en los próximos días pero es deseable que se llegue rápidamente un acuerdo de gobierno», declaró Merkel el sábado en un acto de su partido celebrado en el norte del país. Con las Navidades a la vuelta de la esquina, expira el plazo que inicialmente Merkel se había fijado para formar Gobierno y empezar el nuevo año con un nuevo Gabinete. Europa y el mundo miran a Berlín.

Los socialdemócratas son conscientes pero se resisten a convertirse, de nuevo y de manera automática, en «rehenes» de un animal político llamado Merkel que acaba fagocitando a su socio menor en el Gobierno, primero asumiendo las ideas del rival como propias y, después, confirmando la ley no escrita de que una alianza con la canciller pasa siempre factura.