Trump alienta su «impeachment»

adriana rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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SHAWN THEW | EFE

Las contradicciones del presidente sobre si sabía la relación de Flynn con el Kremlin impulsan al Senado a estudiar una acusación de obstrucción a la justicia contra él

04 dic 2017 . Actualizado a las 07:22 h.

El nuevo patinazo de Donald Trump podría costarle muy caro. Tras sugerir en un tuit que sabía que su exasesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, había mentido al FBI sobre sus contactos con Rusia, buena parte de la clase política y mediática estadounidense ha alertado de los peligros que se le podrían venir encima al presidente de EE.UU. «Tuve que despedir al general Flynn porque le mintió al vicepresidente y al FBI», escribió Trump el sábado. Un traspiés en el peor momento, ya que llega justo después del ataque directo de Flynn al confesar que solo cumplía las órdenes del magnate. Si se demuestra que Trump era conocedor del contacto de su exconsejero con el Kremlin antes de que tomara posesión del cargo, podría empezar a temerse lo peor, ya que en Estados Unidos es ilegal que civiles intervengan en disputas diplomáticas con otros países. Y Trump habría mentido.

Mentir al Buró es un delito y saberlo y no informar sobre ello, también. Este paso podría llegar a interpretarse como una admisión de obstrucción a la justicia y a su vez, derivar en un futuro impeachment (juicio político) contra el neoyorquino. Es más, varios pesos pesados en Capitol Hill ya se han preguntado públicamente que si el presidente lo sabía por qué no informó sobre ello.

Algunos, como el exjefe de la Oficina de Ética Gubernamental de EE.UU., Walter Shaub, sugirieron que el tuit podría ser un paso en falso para el republicano. «Podría haber acabado con una administración presidencial», advirtió Shaub. No fue el único que vio en la actuación de Trump un gran error que podría acarrearle graves consecuencias.

Ayer, la senadora de California, Dianne Feinstein, confirmó que la investigación sobre el Rusiagate que dirige el Comité de Inteligencia de la Cámara Alta, también está explorando una posible acusación de obstrucción a la justicia contra Trump. «Así lo vemos tras las últimas acusaciones y los comentarios que se están realizando», reveló en el programa Meet the Press de NBC.

Ataque a Clinton

La metedura de pata del neoyorquino ha creado un remolino de sospechas en Washington, donde el despido fulminante del exdirector del Buró, James Comey, ha vuelto a centrar la atención de los investigadores. «Yo creo que su cese se debe a que no aceptó dejar ir a Flynn y eso, es una obstrucción a la justicia», añadió Feinstein. Sin ninguna intención de apaciguar las aguas, ayer Trump amaneció atacando al FBI por su actuación en la investigación contra su ex rival, Hillary Clinton. «Un agente del FBI anti-Trump dirigió la investigación de los emails de Clinton. ¡Ahora todo empieza a tener sentido!», denunció.

EE.UU. sale del Pacto Mundial de la ONU sobre refugiados y migrantes

El Gobierno de Donald Trump adujo hoy que el Pacto Mundial sobre Migración de la ONU, en el que Estados Unidos se había comprometido a participar bajo la Administración Obama, es «incoherente» con sus políticas migratorias, y anunció que se retira por incompatibilidad con su soberanía. La Declaración de Nueva York, que da pie al pacto, «contiene numerosas disposiciones que son incoherentes con las políticas estadounidenses de inmigración y refugiados, y los principios de inmigración de la Administración Trump», explicó la misión de EE.UU. ante la ONU en un comunicado. Los líderes internacionales acordaron en esa resolución, firmada por 193 países en septiembre, negociar una serie de medidas para garantizar unos flujos más «seguros, ordenados y legales».

Pese a su fobia a los gérmenes, siempre el mismo encargo: dos Big Mac, dos Fillet-O-Fisch y un pastel de chocolate

El apetito de Donald Trump parece no tener límites cuando se trata de McDonald’s. Siempre el mismo encargo: «Dos Big Mac, dos Fillet-O-Fish y un pastel de chocolate». Y siempre varios asesores corriendo de un lado para otro para que los platos lleguen sin retrasos y a la temperatura adecuada. Esta escena se repitió en decenas de ocasiones a lo largo de la campaña presidencial republicana y ahora es narrada por el derrocado exdirector Corey Lewandowski y el subdirector, David Bossie en el libro Let Trump be Trump: The inside history of his rise to the presidency -Deje que Trump sea Trump: La historia interna de su presidencia-.

De acuerdo con los autores, «organizar y programar las comidas del presidente de EE.UU. fue tan importante como cualquier otro aspecto político». Los armarios del avión estaban llenos de patatas fritas, pretzels y muchos paquetes de galletas Oreo porque Trump nunca come de una caja previamente abierta, debido a su fobia a los gérmenes.

Esta nueva aventura literaria está llena de episodios surrealistas que documentan cómo se vivieron los meses previos de la llegada de Trump a la Casa Blanca. En sus páginas son comunes las descripciones de los ataques de ira del neoyorquino, que provocaron que los autores de la obra tuvieran «momentos en los que querían saltar en paracaídas del Trump Force One».

«Profesional de la vida»

La dureza del presidente queda evidenciada en uno de los pasajes del libro, cuando Trump ordena al piloto del helicóptero en el que viajaba que baje la altitud para llamar a otro de sus exjefes de campaña, Paul Manafort. «Fue una de las mayores reprimendas de la historia», recuerda Lewandowsky. «¿Dijiste que no debería estar en la televisión? ¡Iré a la televisión cada vez que quiera y no dirás otra palabra sobre mí!», gritó Trump a Manafort. «¿Lo entiendes? ¿Y tú eres un profesional de la política? Déjame decirte algo. Yo soy un profesional de la vida y conozco a los chicos como tú, con tu pelo y tu piel», zanjó el neoyorquino.

Las crisis fueron permanentes y la presión a la que Trump sometió a su equipo, una constante. «Corey, si no puedes soportarlo, conseguiremos a alguien más», dijo distante el presidente a Lewandowski, un día que este enfermó y se quedó dormido en el avión.