Trump desestabiliza Oriente Medio

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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AHMAD GHARABLI | AFP

La comunidad internacional censura su decisión de reconocer a Jerusalén como capital israelí

07 dic 2017 . Actualizado a las 08:09 h.

«He determinado que es hora de reconocer oficialmente a Jerusalén como capital de Israel». Así fue cómo Donald Trump dio un nuevo golpe al orden mundial que desestabiliza el ya inestable tablero de Oriente Medio. Pese a las advertencias en contrario de sus principales aliados en la región y en Europa, el presidente de EE.UU. aseguró que su decisión no debe interpretarse como una falta de compromiso con el proceso de paz, sino como un intento de cambiar el enfoque para que las conversaciones lleguen a buen puerto. «Repetir la misma fórmula sería un error», argumentó sobre la ley que rige al respecto desde 1995, en un gesto destinado a contentar a la base derechista y pro-israelí que le ayudó a ganar la presidencia y con el que alinea a Washington con el Gobierno de Benjamin Netanyahu.

La decisión acaba de un plumazo con dos décadas de cautela política e ignora los argumentos que señalan que el reconocimiento de Jerusalén supone una provocación a los palestinos y una ofensa al mundo árabe en su conjunto. Conviene recordar que Jerusalén Este, que los palestinos reclaman como capital de su futuro estado, está ocupada por Israel desde la Guerra de los Seis Días en 1967 y que fue anexionada en 1980 de manera unilateral. La comunidad internacional no reconoció esa anexión por lo que, de hecho, ningún país tiene su embajada en la ciudad de las tres religiones. Por tanto, la orden de llevar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén quiebra un consenso mundial que nadie se había atrevido a discutir.

El traslado ha sido interpretado como un reconocimiento de la soberanía israelí sobre toda la ciudad, incluida la parte disputada. «El pueblo judío te estará para siempre agradecido», dijo por ejemplo un sonriente Benjamin Netanyahu después de que el presidente Reuvén Rivlin calificase la decisión como un «hermoso regalo».

Pero Trump no ignora que ha abierto la caja de los truenos. El presidente palestino, Mahmud Abás, aseguró que, con su concesión a Israel, el magnate viola «todas las resoluciones y acuerdos internacionales». En la misma línea, el secretario general de la Organización para la Liberación Palestina (OLP), Saeb Erekat, dijo que el paso «destruye cualquier oportunidad para la solución de dos estados» y echa por tierra cualquier perspectiva de una negociación con Washington como mediador. Egipto y Jordania, por su parte, no solo rechazaron la decisión sino que mostraron su «gran preocupación por las posibles consecuencias», una inquietud compartida por Turquía, donde a la espera de la cumbre de dirigentes musulmanes del próximo día 13, ven en el movimiento «una clara violación del derecho internacional». «Enciende una nueva intifada», denunció Teherán.

Mas allá de la esfera musulmana, lo que indica que la alarma desatada es extensiva a todo el mundo, hasta el papa Francisco pidió que se respetara el estatuto pactado sobre Jerusalén y que prevaleciera la sabiduría y la prudencia para evitar nuevos conflictos. La misma petición que hicieron China y Rusia. A la tormenta de reproches se sumaron los europeos que el martes ya abroncaron al secretario de Estado, Rex Tillerson. «Es una decisión desafortunada y contradice las resoluciones del Consejo de Seguridad», criticó el presidente francés, Emmanuel Macron. Su desaprobación coincidió con la de la ONU, que por medio de su secretario general, el portugués Antonio Guterres, manifestó que el estatus de Israel debe ser decidido en una «negociación directa» entre israelíes y palestinos. Es la misma posición de la UE, de Alemania, Reino Unido o España.

La influencia del adorado yerno, hijo y nieto de judíos ortodoxos

Al frente de su política para Israel Trump ha colocado a su yerno Jared Kushner, un joven de 36 años sin experiencia política, hijo y nieto de judíos ortodoxos. Al magnate le fascina la idea de que su adorado hijo político pueda conseguir lo que se le ha resistido a tantos otros durante casi medio siglo. El marido de Ivanka ha abierto un canal de comunicación extraoficial con el Gobierno de Arabia Saudí, cuyo plan de paz ha enfurecido a los palestinos al considerarlo sesgado en favor de Israel. Fuentes de «The New York Times» aseguran que el secretario de Estado Rex Tillerson está preocupado por su puenteo y por la falta de asesoramiento de Kushner. Pero Tillerson tiene ahora una preocupación más inmediata: los efectos en la seguridad de las embajadas de EE.UU. que tendrá el paso de Trump.