Justin Trudeau idea una agenda progresista para su presidencia del G 7

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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STEFEN CHOW | EFE

Se centrará en la lucha contra el cambio climático, la igualdad de género y un modelo de crecimiento económico inclusivo «que funcione para todos»

31 dic 2017 . Actualizado a las 08:33 h.

La presidencia del G 7, que ocupa Canadá a partir de la semana que viene, concede a su primer ministro, Justin Trudeau, una oportunidad de oro para impulsar su influencia a escala global. Con tal motivo ha diseñado una agenda progresista basada en la lucha contra el cambio climático, la igualdad de género y un modelo de crecimiento económico inclusivo, «que funcione para todos».

El problema es el momento en que llega. El Gobierno canadiense está entrampado en la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con EE.UU. y México, a petición de un Donald Trump interesado en auxiliar con barreras proteccionistas la economía estadounidense. Si no fuera suficiente, el vecino del sur ha decidido bajarse en marcha de la lucha contra el cambio climático.

¿Ocurrirá, entonces, como en la pasada cumbre de Taormina, en Italia, donde el inquilino de la Casa Blanca abrió un cisma entre las potencias más ricas del mundo a propósito de esta cuestión? Según AFP, este es el temor de John Kirton, director del grupo de investigación sobre el G 7 de la Universidad de Toronto. Y debe ser también la preocupación del joven Trudeau. 

Nivel del mar

A sabiendas del reto que se le presenta e intentando que se convierta en un fiasco para él, llevará a los líderes de las siete naciones industrializadas, el 8 y 9 de junio próximos, a Le Manoir Richelieu, un popular destino turístico ubicado unos 150 kilómetros al noreste de Quebec. Es un paisaje idílico rodeado de mar y montañas, donde el río San Lorenzo se encuentra con el océano.

La jugada es ampliar la discusión sobre el calentamiento al problema del aumento del nivel del mar y los grandes daños causados por tormentas en EE.UU. y el Caribe. «Cada gran ciudad de EE.UU., excepto Chicago, está en la costa», lo que las hace vulnerables a los impactos climáticos, explicó Kirton. «La percepción (por el clima) en EE.UU. está cambiando a nivel regional y eso llegará muy rápidamente al Congreso a medida que se acercan las elecciones de mitad de legislatura», agregó. Quizá eso haga pensar a Trump.