Merkel y Schulz afrontan su cita clave

María Prieto BERLÍN / DPA

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FABRIZIO BENSCH | Reuters

Hoy se reúnen para sondear qué posibilidades hay de reeditar la gran coalición

07 ene 2018 . Actualizado a las 09:13 h.

Después de más de tres meses sin Gobierno, Angela Merkel inicia el año buscando cerrar la crisis abierta tras las elecciones: hoy comienza la ronda de contactos preliminares con el Partido Socialdemócrata (SPD) para explorar qué opciones hay de reeditar la gran coalición de la última legislatura. «Personalmente, voy a hacer todo lo posible para que esta coalición salga adelante», prometió hace unos días Horst Seehofer, el líder de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), integrada en el bloque conservador con la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller.

El encuentro de hoy servirá para que los primeros espadas de los dos principales partidos de Alemania se tomen la medida y vean si efectivamente existe el suficiente consenso como para plantearse el inicio de conversaciones formales y, en base a un compromiso, sentarse a negociar. Merkel y Martin Schulz se han dado de plazo hasta el viernes.

Ni conservadores ni socialdemócratas quieren perder tiempo, según declaraciones publicadas ayer en la prensa. «Lo haremos de manera estable y rápida», afirmó el presidente del SPD al diario Aachener Nachrichten. El partido está preparado «para llegar a una conclusión en los próximos cinco días», agregó Schulz. El vicepresidente de la CDU, Thomas Strobl, es de la misma opinión: «Debemos darnos prisa».

La presión sobre los partidos para formar Gobierno y acabar con la incertidumbre tras las elecciones del 24 de septiembre llega incluso desde el Tribunal Constitucional. Su presidente, Andreas Vosskuhle, ve ya una pérdida de confianza a nivel internacional ante las dificultades para formar Gobierno.

El reconocimiento que tenían hasta ahora los socios europeos sobre la capacidad de negociación política alemana se ha perdido, advirtió Vosskuhle, y recordó que Alemania no está acostumbrada a tener dificultades para formar Gobierno. De hecho, nunca antes había contado durante tanto tiempo con un Gabinete en funciones.

Fecha límite

Antes del viernes deberá quedar claro si Merkel o Schulz recomendarán o no a sus cúpulas entablar negociaciones formales. Además, el SPD necesitará para ello la aprobación en el congreso federal del partido el 21 de enero en Bonn. Si dan luz verde, entonces las negociaciones podrían empezar el 22 de enero.

Schulz cree que las posibilidades de lograrlo son buenas. Menos optimista se mostró la vicepresidenta del SPD, Natascha Kohnen. «Todavía no tengo suficiente confianza en la Unión».

El diario Bild publicó ayer que Schulz mostró su preocupación por su futuro político en una conversación el pasado miércoles con Merkel y Seehofer. «Si esto se tuerce, mi carrera política habrá llegado a su fin», declaró. A lo que Seehofer pudo haber contestado: «No solo la tuya». Un portavoz del SPD no quiso hacer ayer declaración alguna al respecto.

Tras fracasar su intento de formar una alianza con liberales y verdes, el bloque conservador descartó un Gobierno en minoría y acordó que solo la gran coalición daría a Alemania la estabilidad que necesita el país, y también Europa.

Puntos que separan a conservadores y socialdemócratas

Los dos principales partidos de Alemania, que gobernaron en coalición durante los últimos cuatro años, comparten numerosos objetivos, pero también una lista de puntos de discordia.

Inmigrantes. Es el apartado en el que son mayores las diferencias entre ambas formaciones. Al contrario que el SPD, los conservadores son contrarios a la reagrupación familiar de refugiados con estatus temporal. También pretende establecer un límite anual a la entrada de solicitantes de asilo al país, cifrado en 200.000 personas, una medida a la que se opone el SPD.

Impuestos y presupuestos. Los aliados bávaros de Merkel abogan por aumentar el presupuesto de defensa. Los socialdemócratas insisten en que las partidas que se deben incrementar son aquellas destinadas a educación, familias e infraestructuras. Los conservadores también se muestran partidarios de bajar los impuestos, mientras que el SPD quiere descargar a los ciudadanos con ingresos medios y bajos.

Sanidad. Este punto amenaza con ser uno de los más polémicos. Los socialdemócratas quieren imponer un seguro médico único y acabar con el sistema actual en el que conviven los seguros de salud públicos y privados. El partido de Merkel prefiere no hacer cambios en esta área.

Pensiones. El SPD quiere crear la llamada «jubilación solidaria» para evitar que la gente que ha trabajado toda su vida percibiendo un sueldo bajo se vea afectada por la pobreza en la vejez, una idea que no comparte la CDU.

Trabajo. Los socialdemócratas quieren impulsar reformas en el mercado laboral. Además de favorecer los contratos indefinidos, apuestan por la formación continua de los trabajadores en un momento en el que las empresas requieren de perfiles digitales. Para la CDU, un punto central es que los costes laborales se mantengan estables.

Europa. Una «Europa democrática, solidaria y social», esa es la idea del SPD, que espera que Alemania, en colaboración con Macron, dé un nuevo impulso a la Unión Europe mediante la creación de un presupuesto común o el desarrollo de una política migratoria conjunta. Esta mayor integración no acaba de gustar a los socios bávaros de Merkel, reacios a ceder mayor soberanía a Bruselas.