Más de 200 arrestados en Túnez por las protestas en contra de la austeridad

Alexandra Maza / D.S LA VOZ

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Los recortes y el alza de los precios promovidos por el gobierno han desencadenado una noche más de ira y saqueos en el país

10 ene 2018 . Actualizado a las 17:23 h.

Alrededor de 200 tunecinos han sido arrestados en la madrugada de este martes durante las protestas en contra de los austeros presupuestos que publicó el estado hace diez días, los manifestantes, que llevan dos días tomando las calles, piden una disminución de los recortes y la bajada de los precios. La noche estuvo marcada por la ira, saqueos en diferentes puntos del país y decenas de heridos, entre los que se incluyen 49 agentes de los cuerpos de seguridad del estado.

«Nuestras protestas son pacíficas, y los miembros de nuestra plataforma intentan proteger los edificios públicos» declaró la activista del grupo Zeinab bin Ahmed, rechazando las declaraciones que ha hecho el gobierno tachandoles de «vandalístas» y que no ha mostrado ningún interés por el momento en dialogar con los líderes de la revuelta.

El Gobierno desplegó al Ejército en ciudades como Kelibi o Kasrine por ser los puntos más conflictivos.La mayor parte de las protestas tuvieron lugar en barrios de la capital como Djebel Lahmer y Ben Arous, que forma parte de la periferia. En esta jornada de protestas no hubo ninguna víctima mortal a diferencia del primer día, cuando falleció un manifestante de 43 años por inhalar gas lacrimógeno en la ciudad de Tebourba.

Aunque la segunda noche desde que se convocaron las manifestaciones fue más relajada que la primera, también se produjeron complicaciones. En la Isla de Yerba, uno de los sitios más turísticos del país, lanzaron anoche varios cócteles molotov contra una escuela judía, aunque no ha habido heridos ni personas detenidas. Asimismo un grupo de protestantes asaltaron y saquearon un supermercado de una conocida cadena internacional francesa sin que llegaran a intervenir las fuerzas de seguridad. Los ciudadanos sacaron todo tipo de productos, desde alimentos hasta aparatos de electrónica de última tecnología. Los supermercados de las localidades más afectadas por estas revueltas han recibido una recomendación por parte de las autoridades para adelantar en dos horas el horario de cierre de los establecimientos, previniendo así nuevos problemas.

«¡El pueblo quiere la caída del presupuesto!», fue uno de los eslóganes en contra del gobierno más coreados de la manifestación. Es la enésima ola de protestas desde que llego al poder Ben Alí en el 2011 como consecuencia de la primavera árabe y que la mayoría de los manifestantes sean jóvenes desempleados es el desencadenante de que en algunas zonas del país el paro juvenil llega hasta el 40%. Las movilizaciones están coordinadas en su gran mayoría por la plataforma Fesh nastanneu? («¿A qué esperamos?») creada por un grupo de jóvenes el pasado 3 de enero en respuesta a las decisiones económicas del gobierno. 

El gobierno tunecino tiene dos frentes abiertos, el del pueblo, y a su vez el del Fondo Monetario Internacional (FMI), de quien tiene que cumplir las directrices acordadas. Después de siete años con un déficit público anual de aproximadamente el 10% del PIB para hacer frente a la caída de las inversiones extranjeras y el turismo, el estado de Túnez tiene una deuda de más del 70%, lo que podría suponer la bancarrota. Por ello, en el 2017 firmó un préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por valor de 2.500 millones de euros, en el que se comprometía a hacer reformas estructurales en la administración, recortes en las subvenciones y ayudas del estado y la puesta en marcha de políticas de austeridad. 

Este domingo, 14 de enero, se produce el séptimo aniversario de la revolución tunecina, por lo que la sociedad civil y los partidos de la oposición han convocado una importante manifestación para denunciar tanto la política de recortes, como la disminución de los derechos civiles que se habían logrado tras la revolución.