El Gobierno de Túnez intenta apagar las protestas con ayudas sociales

Patricia Alonso TÚNEZ / E. LA VOZ

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YOUSSEF-BOUDLAL | Reuters

Las marchas en el aniversario de la revolución muestran la fractura de la sociedad

15 ene 2018 . Actualizado a las 08:03 h.

La música y los cánticos reivindicativos se mezclaron este domingo en la avenida Habib Burguiba, el mismo lugar donde prendió la fracasada Primavera Árabe. Los tunecinos salieron este domingo a la calle para recordar el séptimo aniversario de la caída del dictador Ben Alí en medio de un clima de tensión social. Muchos estaban decepcionados con el ambiente de este año. «Esto es deprimente», comentó una de las jóvenes asistentes. «Otros años había mucha más gente, más involucrada, no sentada en las terrazas tomando el sol», añadió.

Otro joven se mostraba molesto con la presencia policial, que este año era mucho mayor debido a las protestas de la última semana que en la periferia de la capital y algunas se tornaron en violentas, dejando un saldo de un muerto y más de 800 detenidos.

«Hay controles policiales a la entrada y salida de la avenida, y el bulevar central está vallado. La policía mantiene la distancia, pero está ahí. Es probable que por eso mucha gente haya decidido no unirse a la manifestación este año», justificó.

Desde que estallase la revolución del 2011, los tunecinos han salido a la calle cada 14 de enero para protestar por las promesas incumplidas. Pero este año era diferente. Estaba marcado por la semana de protestas por las medidas de austeridad implantadas por el Gobierno para reactivar la economía, la falta de empleo y la carestía de la vida. Muchos creen que han ganado mayor libertad pero han perdido nivel de vida.

El Gobierno de Túnez anunció la víspera una serie de ayudas económicas a las familias más desfavorecidas con el objetivo de apaciguar las tensiones sociales que han sacudido el país.

Unos 120.000 beneficiarios

Después de un día de reuniones de los partidos de la coalición de Gobierno, el poderoso sindicato UGTT y la patronal, el ministro de Asuntos Sociales, Mohamed Trabels, anunció la noche del sábado las nuevas medidas que «tendrán más de 120.000 beneficiarios y costarán más de 70 millones de dinares [23,5 millones de euros]».

El plan incluye una prestación social para familias pobres pasa de 150 dinares (50 euros) a 180 y 210 dinares (60 y 70 euros) en función del número de hijos, un aumento de al menos 20 %.

El Estado actuará como garante para que 500.000 familias con ingresos inestables logren obtener un préstamo para encontrar una vivienda. Trabelsi también explica que se «garantiza una cobertura médica para todos los tunecinos», añadió sin dar más detalles. El objetivo principal es aplacar el descontento. El presidente Beji Caïd Essebsi visitó ayer un barrio de la capital, diciendo que entendía el sufrimiento de la gente.

La manifestación dejó visible fractura de la sociedad, con marchas separadas. Una con seguidores de los partidos de izquierda y los sindicatos exigiendo una segunda revolución y la otras con los islamistas celebrando la creciente influencia de Ennahda.