Europa defiende en Múnich un papel en el mundo lejos de Trump

LA VOZ

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MICHAELA REHLE | REUTERS

Estados Unidos y Rusia chocan por la interferencia de Moscú en las elecciones norteamericanas

18 feb 2018 . Actualizado a las 08:22 h.

Mientras las intervenciones de los dirigentes de la UE que participaron ayer en la Conferencia de Seguridad de Múnich señalaban que Europa aspira a llenar el vacío que está dejando el Estados Unidos de Trump, los enviados de Washington y Moscú chocaron de forma abierta sobre las presuntas interferencias rusas en las elecciones norteamericanas tras las acusaciones realizadas el viernes por el fiscal especial, Robert Mueller.

El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Herbert Raymond McMaster, calificó de «incontrovertibles» las evidencias presentadas por Mueller contra trece ciudadanos rusos y tres entidades rusas a las que acusó de lanzar «una guerra informativa». El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, aseguró por su parte que las acusaciones sobre la implicación rusa eran mera «palabrería» ante la ausencia de evidencias.

Según Efe, McMaster fue más allá y acusó al Gobierno ruso de tratar por distintos medios de «socavar las democracias en Occidente». A su juicio, las evidencias de la implicación rusa son ahora «públicas» e «incontrovertibles» gracias a los avances técnicos que han permitido atribuir las actividades en Internet y trazar los ataques hacia atrás hasta llegar a su origen. El asesor subrayó además dirigiéndose al Gobierno ruso que su intento de polarizar a las sociedades occidentales promoviendo a grupos extremistas de derecha e izquierda «no funciona».

Lavrov tan solo se refirió a esta cuestión cuando fue interrogado al respecto después de ofrecer su discurso y entonces se limitó a decir que hasta que no se presentasen «hechos» todo se reducía a simple «palabrería». El jefe de la diplomacia de Vladimir Putin denunció la difusión del «mito irracional de la amenaza rusa» en Occidente que se ha propagado en los últimos años y apuntó que se quería ver la huella del Kremlin en todo tipo de acontecimientos, «del brexit al referendo catalán».

La UE se mantuvo al margen de la polémica y se centró en reivindicar su nuevo papel. «Durante mucho tiempo no estuvimos en condiciones de jugar un papel geopolítico global. Las circunstancias nos llevan ahora a esforzarnos por desempeñar más ese papel», apuntó el presidente de la Comisión Europea. Jean-Claude Juncker matizó que esta actitud no va en contra de la OTAN o de EE.UU. «Sí. Nos queremos emancipar, pero no emanciparnos contra la OTAN o EE.UU.», subrayó. El ministro alemán de Exteriores, Sigmar Gabriel, abogó también a favor de un rol más relevante de los europeos y lamentó la falta de fiabilidad de la administración de Trump. «Europa necesita proyectar su poder hacia el mundo de forma conjunta» y de involucrarse a nivel militar, dijo, no sin bromear: «Como los únicos vegetarianos que somos, lo vamos a tener difícil en un mundo de carnívoros».

May quiere un tratado con la UE sobre defensa

Theresa May quiere mantener el espíritu de la cooperación con la UE más o menos como está en materia de seguridad interna y defensa exterior, pero que Reino Unido elija las áreas específicas y sus tribunales tengan la última palabra. Es lo que se deduce del discurso que pronunció en Múnich días después de que Boris Johnson animase a los británicos, en otro discurso, a unirse en la búsqueda del éxito fuera de la Unión.

May no dijo nada nuevo. Repitió documentos que publicó su gobierno en verano, aunque estos contenían más detalle. Sobre seguridad interna quiere un tratado urgente que mantenga el acceso británico a las bases de datos de Europol y Schengen, al registro de pasajeros de aviones y al sistema de protección de datos. La exigencia es que la UE comparta y respete la soberanía británica.

El ejemplo más claro es la orden europea de detención y entrega. May quiere mantenerla, pero será su Supremo y no el europeo el de última apelación, con algún panel mixto para resolver disputas. May lo reclama por lo mucho que da al resto de la UE. «Arrestamos ocho personas con órdenes europeas de otros miembros por cada una que se arresta por una orden nuestra», dijo. Datos de la Agencia Nacional del Crimen (NCA) desvelan que las cifras son falsas.