Los países de la UE paran la idea de que el sucesor de Juncker salga de las urnas

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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OLIVIER HOSLET | Efe

Los líderes europeos apoyarán mañana el recorte de escaños en la Eurocámara

22 feb 2018 . Actualizado a las 07:11 h.

Nada volverá a ser igual después del brexit. Los británicos abandonarán el bloque en marzo del 2019 dejando tras de sí sillas vacías, agujeros presupuestarios y desequilibrios institucionales que sus socios de la UE deberán cubrir. El tiempo apremia y en las capitales empieza a instalarse la inquietud ante la falta de progreso en las negociaciones con Londres. Los líderes europeos no quieren perder más tiempo y, por eso, comenzarán mañana en Bruselas las tareas para poner orden en casa una vez que se firme el divorcio.

¿Cómo funcionará la UE tras la salida del Reino Unido? Todo está listo para pasar las tijeras en el hemiciclo del Parlamento Europeo. Los 27 están de acuerdo con la propuesta de la Eurocámara de reducir el número de escaños de 751 a 705. Al menos 27 escaños se repartirán entre varios países miembro hasta ahora infrarrepresentados como España, que engordará su delegación hasta los 59 eurodiputados. «Parece natural que un número menor de Estados miembro signifique menos asientos. Esta propuesta puede ser ampliamente respaldada», aseguró el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en una carta remitida a los líderes.

Ahí es donde acaba el consenso. ¿Cómo se elegirá al nuevo presidente de la Comisión Europea tras las elecciones en mayo del 2019? Entre el Ejecutivo, la Eurocámara y el Consejo han saltado chispas por la negativa de los Gobiernos nacionales a aceptar el sistema de Spitzenkandidaten. «No podemos garantizar que el candidato que vayan a presentar los partidos europeos en la Eurocámara sea elegido. No hay automatismo», explican fuentes diplomáticas del Consejo. Los líderes quieren reservarse el derecho de escoger a dedo al futuro timonel de la Comisión Europea. Una opción que ve con muy buenos ojos el presidente francés, Emmanuel Macron. Al paladín del Elíseo le podrían evitar el mal trago de tener que elegir familia política. Se siente más cómodo en la indefinición, explorando la posibilidad de presentar a su candidato de tapado.

El equipo de Tusk defiende el rol de la institución frente a las demandas de la Comisión y la Eurocámara, que exigen más transparencia y coherencia en la elección. Los equipos jurídicos de Tusk insisten en que sería necesaria una reforma de los Tratados. «Es una idea visionaria, dejémoslo ahí», zanjan en la institución. Todo parece indicar que la propuesta naufragará, como lo hicieron en la Eurocámara las listas transnacionales para las elecciones europeas del 2019.

El Consejo es consciente de que no hay apetito y de que es necesario modificar por unanimidad el Acta Electoral al menos un año antes de los comicios, por lo que ha decidido posponer su posible adopción a las elecciones del 2024. Otros asuntos complejos que quedarán excluidos del debate serán la posible reducción de comisarios en el Ejecutivo que hoy lidera Jean Claude Juncker o la fusión de las presidencias del Consejo y la Comisión, una propuesta que está polarizando hasta el extremo a defensores y detractores. ¿Podrán los parlamentos nacionales sacar tarjeta roja a la elección de presidentes? «Eso no se necesita abordar por el momento», asegura Tusk para evitar abrir nuevos frentes entre Bruselas y las capitales.

Durante la cumbre también se dará el pistoletazo de salida a las negociaciones de los presupuestos europeos 2020-2027. «Hay un número de países que no es enorme, pero están muy determinados» a recortar los fondos, advierten fuentes del Consejo. La partido no ha hecho más que empezar.

Clara Martínez eleva el peso de España en la Comisión

OLIVIER HOSLET | Efe

Jean Claude Juncker ya ha encontrado relevo para su hombre en la sombra, Martin Selmayr. El alemán, al que muchos en Bruselas consideran el cerebro detrás del Ejecutivo europeo, dejará su puesto para coronarse como secretario general de la Comisión, el cargo de mayor rango entre funcionarios de la institución, lo que le permitirá seguir manejando los hilos de la política comunitaria cuando termine la presente legislatura el año que viene.

El testigo lo tomará la abogada española Clara Martínez, hasta ahora jefa adjunta en el gabinete de Juncker. La valenciana, con 27 años de experiencia en Bruselas, ocupará el segundo puesto de mayor influencia en la institución hasta las próximas elecciones. Por sus manos deberán pasar todos los asuntos que debata el colegio de comisarios. «Tiene un conocimiento de los asuntos europeos fuera de lo normal», aseguró ayer el luxemburgués al anunciar los bailes de sillas.

Su aterrizaje llega en un momento crucial para España. Tras una década perdida en lo económico y lo político, el país empieza a recuperar parte de su influencia perdida en la UE. La designación de Martínez se suma a la del ministro de Economía, Luis de Guindos, esta semana. El madrileño ocupará la vicepresidencia del BCE si los líderes de la UE ratifican oficialmente su designación el próximo 23 de marzo.

El puesto de Martínez llega también en un contexto de máxima tensión por la crisis catalana, que ha puesto contra las cuerdas el Estado de derecho en España. Un expediente que la valenciana conoce a la perfección desde que en el 2014 participó en el diseño del marco de garantías para el imperio de la ley en la Unión, una oportunidad que no desaprovechó para apuntalar el mantra de la Comisión Prodi: cualquier territorio que se declare independiente quedará fuera de la UE.

Licenciada en Derecho por la Universidad de Valencia y exalumna del prestigioso Colegio de Europa de Brujas, la cantera de la élite comunitaria, Clara Martínez ha pasado por varias carteras como Mercado Interior e Industria hasta que fue llamada a filas para formar parte del gabinete del anterior presidente, el portugués Durao Barroso, entre 2005 y 2014. Casada y con tres hijos, irradia europeísmo. «Trabajar aquí es un privilegio, pero es duro, tienes muchísima responsabilidad», confesó en una entrevista reciente. Habla castellano, inglés, francés, italiano, algo de portugués y pese a su currículo, insiste en atribuir a la «suerte» su destino.

Juncker reveló que los comisarios acompañaron la decisión de nombrarla jefa de gabinete con aplausos. «Es española, pero sobre todo europea. Será la primera mujer llamada a cumplir estas funciones», presumió del paso de nombrarla.