El papa canonizará a Óscar Romero, el cura al que Rubén Blades convirtió en canción

La Voz / EFE

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El asesinato del conocido como el Santo de América inspiró al cantante panameño uno de sus temas más populares

07 mar 2018 . Actualizado a las 22:57 h.

Monseñor Romero, proclamado el Santo de América por su pueblo, está a punto de subir oficialmente a los altares. Aunque todavía no hay fecha ni lugar, el papa Francisco canonizará finalmente -tras 24 años de proceso- al arzobispo de San Salvador Óscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 mientras oficiaba misa y cuya muerte inspiró al cantante y compositor Rubén Blades uno de sus temas más populares: El Padre Antonio y su monaguillo Andrés

San Romero de América, como desde hace años llaman a Romero los salvadoreños, fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un comando de ultraderecha mientras celebraba una eucaristía en la capilla del hospital de cáncer Divina Providencia de San Salvador, en los días previos al estallido del conflicto armado salvadoreño (1980-1992). En sus mensajes, Romero denunciaba todas la injusticias de aquel entonces y defendía a los más pobres y desprotegidos, lo que le costó la vida.

Así describe también Rubén Blades al protagonista de su canción -«El padre condena la violencia/ sabe por experiencia que no es la solución/ les habla del amor y de justicia»- cuyo trágico final comparte con monseñor Romero. «Al padre lo halló la guerra un domingo de misa /Dando la comunión en mangas de camisa / En medio de un padre nuestro el matador / Y sin confesar su culpa le disparó».

Han sido precisos 24 años de proceso para que monseñor Romero, símbolo de una Iglesia centrada en los más necesitados de Latinoamérica, sea proclamado santo y solo con la llegada del papa latinoamericano se aceleró un proceso que contaba con muchas oposiciones.

Ahora queda solo por conocer cuándo y dónde Francisco celebrará la canonización.

Una primera posibilidad es que el papa oficiará la canonización de monseñor Romero en el Vaticano junto con la de Pablo VI tras el Sínodo de Obispos sobre los Jóvenes, que se celebrará del 3 al 28 de octubre.

Pero también se baraja la opción de que el papa pueda viajar a San Salvador con motivo del viaje a Panamá previsto para enero de 2019 por la Jornada Mundial de la Juventud.

En marzo de 1994 se abrió el proceso de beatificación del prelado y tras concluirse su fase diocesana, que redacta el informe sobre la vida, en 1997 pasó a la Congregación de la Doctrina de la Fe para que diese su autorización.

El proceso vivió una fase de estancamiento hasta que en 2005 la Congregación para la Causa de los Santos dio el visto bueno para que continuase, y con la llegada del papa Francisco en marzo de 2013 hubo una aceleración de la beatificación de Romero.

RODRIGO ARANGUA | AFP

El postulador (quien solicita al Vaticano la beatificación y canonización de una persona) de la causa de monseñor Romero, el obispo Vincenzo Paglia, explicó este miércoles a Efe la enorme oposición contra el arzobispo de San Salvador durante el proceso.

Paglia indicó que durante durante todos estos años siempre se preguntó por la razón y que llegó a la conclusión de que «tenía que llegar un papa latinoamericano para canonizar a una personalidad como Romero».

Monseñor Romero fue beatificado después de ser declarado «mártir», aspecto que fue el que encontró más objeciones durante este proceso pues para un sector más conservador de la Iglesia beatificar a Romero habría sido como llevar a los altares a la Teología de la Liberación.

Esta corriente teológica nació en la Iglesia católica en Latinoamérica, de supuestas ideas marxistas, y está caracterizada por poner a los más necesitados en el centro de la Iglesia.

Para la canonización era decisivo además reconocer un milagro por la intercesión de monseñor Romero..

Paglia, que es además presidente del Pontificio Consejo para la Familia, señaló que el milagro que ha servido para convertir en santo a monseñor Romero fue el de una mujer salvadoreña embarazada a la que habían dado pocos días de vida y le practicaron una cesárea para poder salvar al menos a su hija.

Su marido, pese a no era muy creyente, encontró una imagen de monseñor Romero y comenzó a orar. El resultado fue que no solo se salvó la pequeña, sino que también sanó la madre, según relató Paglia.

Monseñor Romero fue beatificado en una ceremonia oficiada por el cardenal Angelo Amato el 23 de mayo de 2016 en la capital de El Salvador ante cientos de miles de fieles y presidentes de varios países reunidos en la plaza Salvador del Mundo.

Durante la ceremonia se leyó una carta del papa Francisco en la que expresó que monseñor Romero fue capaz de «ver y oír el sufrimiento de su pueblo», y que su comportamiento fue «un ejercicio pleno de caridad cristiana».

«En ese hermoso país centroamericano, bañado por el océano Pacífico, el Señor concedió a su Iglesia un obispo celoso que, amando a Dios y sirviendo a los hermanos, se convirtió en imagen de Cristo Buen Pastor», escribió el pontífice argentino en la misiva.

El próximo gran paso que espera la Iglesia de San Salvador es que termine de forma positiva el proceso de beatificación del jesuita Rutilio Grande, que fue asesinado en el año 1977 a manos también de un comando.