Occidente cierra filas contra Rusia

Laura García del Valle
laura g. del valle REDACCIÓN / LA VOZ

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DANIEL LEAL-OLIVAS | afp

Alemania, Francia y EE.UU. firmaron una declaración conjunta con el Reino Unido en la que exigen explicaciones a Moscú sobre el envenenamiento del exespía ruso

16 mar 2018 . Actualizado a las 07:11 h.

Las principales potencias de Occidente habían dado tibias muestras de apoyo a Theresa May desde que la premier señaló a Rusia como culpable del envenenamiento de Serguéi Skripal y su hija Yulia. Pero ayer Alemania, Francia y Estados Unidos transformaron su respaldo en una unión en bloque contra el Kremlin, al que exigen, en una dura declaración conjunta hecha pública por Downing Street, que explique el atentado químico contra el exespía. Ninguno de los líderes de estos países piensa pasar por alto el que calificaron como «primer uso ofensivo de un agente nervioso en Europa desde la Segunda Guerra Mundial» y cerraron filas con May ante las medidas tomadas el miércoles, entre las que se encuentra la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la ruptura de relaciones bilaterales con Moscú.

«Se trata de un ataque a la soberanía del Reino Unido», señalaron en una declaración conjunta Donald Trump, Emmanuel Macron, Angela Merkel y Theresa May. «Tal acción viola claramente los términos del acuerdo sobre las armas químicas y el derecho internacional, y amenaza la seguridad de todos nosotros», subrayan los firmantes, que ya mantenían tensas relaciones con Rusia antes de la intoxicación de Salisbury debido a supuestos ciberataques e injerencias en procesos electorales.

Por si quedase alguna duda, especifican que comparten «la conclusión británica de que no hay alternativa posible» a la responsabilidad rusa en el atentado. Apuntan además que la negativa de Moscú a responder a las preguntas de Londres «ofrece un indicio adicional de su responsabilidad». También el primer ministro belga, Charles Michel, condenó el ataque y pidió al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que coordine una respuesta conjunta de la Unión Europea.

Mientras Occidente unía fuerzas, Rusia, que el miércoles había amenazado con una respuesta «dura, rápida y proporcionada» a las medidas adoptadas por Londres, asestaba ayer su primer golpe anunciando una medida análoga a la de May: la expulsión de diplomáticos. Sin entrar en demasiados detalles, el titular de Exteriores, Serguéi Lavrov, anunció que «muy pronto» anunciará el despido de parte del personal británico que trabaja en las representaciones del Reino Unido en territorio ruso.

Domingo electoral

Vladimir Putin, con su mente puesta en las presidenciales rusas, y el Consejo de Seguridad Nacional se limitaron a mostrar su preocupación por la postura «destructiva y provocadora» del Reino Unido. El líder del Kremlin se abstuvo de hacer comentarios sobre la declaración conjunta firmada por las potencias occidentales. El disidente Alexéi Navalni considera estratégica la actitud del mandatario. «A Putin no le interesa que el conflicto diplomático con el Reino Unido haga mucho ruido», y añadió: «Obtendrá más votos acusando a los ingleses de querer desacreditar a Rusia sin pruebas y, de paso, desvía la atención sobre los verdaderos problemas que habría que tratar en campaña».

Las palabras de Xenia Sobchak, la candidata opositora con la que se medirá Putin el domingo, fueron incluso más duras que las de Navalni, y van en la línea de hacer pagar al Kremlin. Sobchak pidió a Occidente que imponga nuevas sanciones al Gobierno ruso de confirmarse su autoría en el caso de la intoxicación de Skripal y su hija, que siguen en estado crítico en el hospital de Salisbury.

La OTAN también dice que habrá consecuencias por el ataque químico

YVES HERMAN | reuters

Nada de «tanque por tanque, misil por misil o dron por dron», pero sí prepara posibles represalias

cristina porteiro

«Es inaceptable», aseguró ayer en Bruselas el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, todavía estupefacto por lo sucedido el pasado 4 de marzo en Salisbury. El noruego no escondió su perplejidad ante la falta de escrúpulos del Kremlin a la hora de convertir el territorio británico en una especie de patio trasero del Gobierno ruso, al que, como las principales potencias de Occidente, apuntó directamente como responsable del ataque químico contra el exespía doble Serguéi Skripal y su hija Yulia.

La situación es inédita. Una provocación que va más allá del habitual comportamiento avasallador de Rusia, que ha propiciado toda clase de crisis diplomáticas en los últimos años. «Los aliados están de acuerdo en que el ataque ha sido una clara violación de las normas y acuerdos internacionales», anunció Stoltenberg, quien quiso lanzar un mensaje claro a Moscú: «Tendrá consecuencias».

El Reino Unido cuenta con el apoyo unánime de sus socios de la OTAN, quienes ayer le ofrecieron ayuda para responder de forma conjunta. El Gobierno de Theresa May todavía no ha activado la famosa cláusula de asistencia mutua del Tratado. La misma de la que se sirvió Estados Unidos tras los ataques del 11S para solicitar la ayuda y cobertura de todos los miembros de la Alianza. De hacerlo, el ataque químico en el Reino Unido pasaría a ser considerado una ofensiva contra todos los aliados. Por el momento, la OTAN se mantiene a la espera de lo que decida Londres. Stoltenberg admite que «no queremos una nueva Guerra Fría», una escalada armamentística con Rusia, pero «que no les quepa duda de que la OTAN defenderá a sus aliados contra cualquier amenaza».

Reunión el lunes

La Alianza no quiere responder con la misma moneda a Moscú. Nada de «tanque por tanque, misil por misil o dron por dron», pero sí prepara posibles represalias. El ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, se reunirá el lunes con los 27 socios de la UE y Stoltenberg para informar de forma más detallada del incidente. A partir de ahí se podrá articular una respuesta conjunta. Por el momento los diplomáticos rusos en Bruselas no tienen orden de abandonar el país. «Es una decisión que corresponde a Bélgica», explican fuentes del Consejo. Tampoco se ha llamado a consultas al embajador ruso para la UE.