El relevo presidencial no cierra la crisis política en Perú

Héctor Estepa BOGOTÁ

ACTUALIDAD

Martín Vizcarra debe forjar alianzas, al igual que su antecesor, para asegurarse la gobernabilidad

23 mar 2018 . Actualizado a las 07:11 h.

Perú tendrá hoy nuevo presidente. Martín Vizcarra será investido como jefe de Estado del país sudamericano, tras la renuncia, el miércoles, de Pedro Pablo Kuczynski, por sus vínculos con el caso de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht. El nuevo mandatario llegó anoche desde Canadá, donde desempeñaba hasta ahora sus cargos como embajador y vicepresidente.

«Estoy indignado por la situación actual como la mayoría de los peruanos. Pero tengo la convicción de que juntos demostraremos una vez más que podemos salir adelante», escribió en la red social Twitter. No aclaró, en cualquier caso, si convocará elecciones a corto plazo, como el 49 % del país pedía en una encuesta realizada esta semana, o intentará mantenerse en el puesto. Su mandato finalizaría en el 2021. La gran fragmentación existente en el Congreso, donde su partido, Peruanos Por el Kambio (PPK, comparte siglas con las iniciales del a partir de hoy expresidente) cuenta tan solo 15 de 130 representantes, hace que su presidencia sea, de inicio, muy débil.

Necesitará de otros partidos, como su antecesor, para asegurar la gobernabilidad. No lo tendrá fácil. El partido de oposición izquierdista Nuevo Perú, que controla a 10 congresistas, pidió ayer que convocase elecciones.

Está por ver cuál es la actitud que adopta el fujimorismo, que ocupa 61 escaños y ha conseguido su principal objetivo, la renuncia de Kuczynski. Su líder, Keiko Fujimori, ha sido tachada de «obstruccionista» y podría levantar el pie del acelerador ante la posibilidad de perder votos. Le acusan, además, de recibir un millón de dólares de Odebrecht para su campaña del 2016, que perdió por 40.000 votos frente a PPK. Ella lo niega.

Pocos años en política

El nuevo presidente, un ingeniero civil cumplía ayer 55 años, tiene a su favor una imagen de político conciliador, que podría ser tolerado tanto por el fujimorismo como por la izquierda. Entró en política en el 2006, tras años dedicado al negocio de la construcción, cuando se presentó a gobernador de Moquegua, un departamento del sur del país, por el partido Aprista, de centroizquierda. Cargo que consiguió en el 2011, cuando se presentó como independiente. Su popularidad creció rápidamente. Aumentó un 30 % el presupuesto de Educación y consiguió que los alumnos de su región fuesen los mejores del país durante tres años consecutivos.

PPK le nombró vicepresidente primero y ministro de Transportes. De este último cargo dimitió tras ser acusado por la oposición de favorecer a la empresa Kuntur Wasi para la construcción del aeropuerto de Quito, un caso archivado por la Fiscalía la pasada semana. Presidirá un país donde la imagen de los políticos está por los suelos. Solo el 11 % de la población aprueba al Congreso.