Zuckerberg no frena la sangría de Facebook

Francisco Espiñeira Fandiño
FRANCISCO ESPIÑEIRA REDACCIÓN / LA VOZ

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Stephen Lam | Reuters

El Reino Unido ve insuficientes las explicaciones del empresario, el Congreso estadounidense lo cita a declarar y Alemania, Israel y Argentina demandan más información al gigante de las redes sociales

23 mar 2018 . Actualizado a las 08:03 h.

La tormenta sobre el mal uso de los datos de los usuarios de Facebook no amaina. 72 horas después de que estallara la crisis que ponía en entredicho la credibilidad de la principal red social del mundo en materia de protección de la información de sus clientes, Mark Zuckerberg se hizo carne y verbalizó sus disculpas en una entrevista televisiva en prime time en Estados Unidos. «No sabíamos nada, lo sentimos mucho», dijo el millonario inventor de Facebook antes de admitir que se había producido «una quiebra de confianza» y que el escándalo de Cambridge Analytica le costaría «cientos de millones» en inversiones que eviten el mal uso de la red y protejan a sus clientes de una forma más efectiva.

«No ha convencido a nadie», coincidieron prácticamente todos los analistas a la hora de enjuiciar el auto de arrepentimiento de Zuckerberg. La primera consecuencia fue la inmediata citación a declarar en el Congreso de Estados Unidos

Nada se sabe de si Zuckerberg aceptará comparecer en Londres y Bruselas, como fue requerido. Ayer, el ministro de Cultura británico, Matt Hancock, se mostró escéptico. «Vi que Mark Zuckerberg se disculpó y dijo que harán algunos cambios, pero sinceramente no creo que estos cambios vayan suficientemente lejos», señaló el ministro.

Pero el calvario judicial y político que atisba en el horizonte de Facebook sigue in crescendo. El Parlamento británico citó ayer a la cúpula de Cambridge Analytica, incluido el destituido Alexander Nix, a comparecer en Westminster. Alemania citó directamente a los ejecutivos de Facebook en el país para dar explicaciones ante el Ministerio de Justicia, lo mismo que Argentina. Israel, por su parte, abrió una comisión de investigación para ver las posibles conexiones de dos hackers de esa nacionalidad que habrían sustraído miles de datos para la red investigada en países tan dispares como la República Checa o Saint Kitts y Nevis, un conjunto de islas caribeñas. La comisaria europea de Justicia, la checa Vera Jourova, afirmó ayerque «la manipulación y el lavado de cerebro» que se habría realizado con la instrumentalización de Facebook «tiene muchas similitudes» con el comunismo. El escándalo fue objeto de numerosos comentarios en la cumbre europea de ayer y los líderes anunciaron un debate más profundo en la próxima cita del 17 de mayo.

Escasos apoyos

En medio de ese huracán de críticas y reproches, Mark Zuckerberg apenas encontró demasiados apoyos. El más notorio fue el del inventor del world wide web, la Red tal y como la conocemos. «Este es un momento serio para el futuro de la web, pero quiero que nos mantengamos con esperanza. Los problemas que vemos hoy son errores en el sistema. Los errores pueden causar daños, pero son creados por las personas y pueden ser arreglados por las personas», señaló Tim Berners-Lee antes de animar al inventor de Facebook a subsanar todos los fallos de seguridad.

De momento, en un intento de recuperar la confianza, Facebook -que volvió a sufrir pérdidas de más del 2 % en el Nasdaq- aseguró ayer que notificará individualmente a todas las potenciales víctimas del uso de sus datos personales para fines ilegítimos.

Cambrigde Analytica, donde solo importa el poder y el dinero

La compañía ha puesto contra las cuerdas a Facebook

f. e.

Una cámara oculta de Channel 4 resume en apenas unos segundos la esencia de Cambridge Analytica (CA), la firma que ha puesto contra las cuerdas a Facebook. Lo más importante es el poder. Y para conseguirlo, es imprescindible el dinero. Mucho dinero. En enero del 2018, haciéndose pasar por un emisario de Sri Lanka, el reportero del canal televisivo se sienta ante Alexander Nix, el director ejecutivo de la empresa, y Mark Turnbull, su número 2. Los dos ejecutivos repasan su lista de éxitos: la campaña del Leave en el brexit, Trump, las elecciones de la India, Nigeria, Argentina, Kenia... Y desgranan alguna de las claves de sus éxitos, que se reducen fundamentalmente a dos: las noticias falsas y el descrédito de sus rivales. «A veces, si no se encuentra nada, basta con crear pruebas falsas. Las ucranianas son guapísimas», explica Nix sobre el uso de la prostitución y los sobornos para desprestigiar a los adversarios políticos.

Alexander Nix tiene una larga experiencia en comportamientos que bordean varias líneas rojas. A sus 42 años, este hombre nacido en el multirracial Notting Hill se codea con la élite política británica desde su infancia. Estudió en el elitista colegio de Eton, por cuyas aulas pasa lo más granado de la nobleza y el empresariado británico. Trabajó como analista financiero en México y desde el 2003 se incorporó a SCL, la matriz de la que dependía Cambridge Analytica. Esta empresa entró en escena al comprar un modelo de análisis de datos que dos profesores de la universidad del mismo nombre habían desarrollado y cuya utilidad para el uso en el campo de las acciones políticas pronto adivinaron Nix y sus colaboradores más cercanos.

Explotando los contactos de Nix y los conocimientos en los nuevos sistemas de segmentación de mercados y el análisis de datos, consiguió una elevada cartera de clientes. Poco importaba la ideología. Así, en el caso del Reino Unido, empezaron apostando por los liberales hasta su desplome. Luego vendieron su método al ultra Nigel Farage y, según la prensa inglesa, en los últimos meses se han convertido en el sostén de los conservadores de Theresa May, aunque esta lo negó ayer. «Se dirigieron al anterior Gobierno. Nosotros no les hemos contratado», aseguró un portavoz de Downing Street ayer por la tarde.

Cambios de caballo

Tampoco en Estados Unidos tuvieron escrúpulos en cambiar de caballo hasta tres veces Nix y sus socios. Robert Mercer, el principal financiador de CA, les llevó hasta las filas de Ted Cruz, al que simultanearon en las primarias republicanas con otro reputado representante del sector más derechista del partido, Ben Carson. Cuando Carson y Cruz se quedaron sin opciones, acudieron raudos a ponerse al servicio de Donald Trump. Jared Kushner, el marido de Ivanka, les abrió las puertas del magnate tras un primer intento con Corey Lewandowsky, uno de los miembros del gabinete del neoyorquino, donde ya trabajaba Steve Bannon.

Ahora, con Alexander Nix destituido desde que el escándalo internacional se disparó el pasado martes, el futuro de Cambridge Analytica es más incierto aún que el de Facebook.

Grandes anunciantes británicos amagan con retirar su publicidad

Uno de los principales peligros para el futuro de Facebook pasa por la pérdida de publicidad, su principal vía de ingresos. La demora de Mark Zuckerberg en salir a dar explicaciones sobre el escándalo provocó que la asociación que agrupa a los grandes anunciantes británicos amenazara de forma directa a la red social con retirar sus campañas. «Si no nos dan garantías suficientes, gastaremos nuestro dinero en otra parte», aseguró uno de los responsables de ISBA, la patronal del sector, que espera reunirse con Facebook en los próximos días.

Además, un grupo de ciudadanos británicos reunido en torno a la Sociedad por la Reforma Electoral, se dirigió ayer a todos los líderes de las formaciones con representación en la vida política del país para invitarles a participar «en una remodelación inmediata» del actual sistema de votación inglés para garantizar la transparencia. «La actual ley es demasiado anticuada y exige ser revisada», aseguraron los portavoces de este colectivo.