Trump califica de «animal» a Al Asad tras su ataque químico contra civiles

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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Imagen tomada de un vídeo que muestra a niños en un hospital tras un supuesto ataque químico en Duma, Siria
Imagen tomada de un vídeo que muestra a niños en un hospital tras un supuesto ataque químico en Duma, Siria

Avisa al dictador de que pagará «un alto precio» y culpa a Putin por apoyarlo

08 abr 2018 . Actualizado a las 23:39 h.

Donald Trump amenazó este domingo al presidente sirio, Bachar Al Asad, al que advirtió que «pagará un alto precio» por lanzar el sábado un feroz ataque con armas químicas contra la población civil, una ofensiva que dejó al menos setenta personas muertas. La rabia del presidente de EE.UU. se evidenció en una cadena de tuits en los que no solo prometió represalias contra el régimen sirio, que no llegó a concretar, sino que también responsabilizó al mandatario ruso Vladimir Putin y a Irán por su apoyo al dictador. «Muchos muertos, incluyendo mujeres y niños, en un insensato ataque químico en Siria. La zona donde se ha cometido la atrocidad está cerrada y rodeada por el Ejército haciéndola completamente inaccesible para el mundo exterior», denunció, a pesar de que el Gobierno sirio se apresuró a negar cualquier responsabilidad en lo ocurrido.

El presidente republicano transmitió su frustración en un segundo mensaje en las redes sociales en el que dio por sentada la respuesta estadounidense a la nueva masacre aparentemente perpetrada por Al Asad. «El presidente Putin, Rusia e Irán son los responsables de apoyar al animal de Al Asad. Va a pagar un alto precio. Hay que abrir inmediatamente la zona para que entre la ayuda médica. Esto es otro desastre humanitario sin razón alguna. ¡Enfermo!», espetó Trump.

Mensaje a su predecesor

El magnate incluso criticó al expresidente Barack Obama por abstenerse de responder militarmente: «El desastre sirio habría terminado hace tiempo y el animal Asad habría sido historia», reprochó el magnate a su antecesor.

En la misma línea, el Departamento de Estado instó al Kremlin a que ponga fin «de inmediato» a su apoyo «incondicional» al régimen sirio. Washington acusa a Moscú de brindar apoyo a Siria e incluso advierte de que, con su respaldo, está incumpliendo su compromiso con las Naciones Unidas al traicionar la Convención sobre Armas Químicas.

A la espera del próximo movimiento de la Casa Blanca, el consejero de Seguridad Interior Thomas Bossert manifestó que nada debería de descartarse, en lo que pareció una referencia a una intervención militar.

Los médicos que atendieron a las víctimas del ataque mostraron a la prensa imágenes de hombres, mujeres y niños muertos en el bombardeo. A través de diversa documentación gráfica, se pueden ver cuerpos apilados con espuma saliendo de sus bocas y narices, además de con evidentes síntomas de asfixia, pulsaciones cardíacas lentas y quemaduras en la córnea.

La crueldad de las imágenes fue la misma que hace un año impulsó al presidente de EE.UU. a lanzar un demoledor ataque sorpresa con 59 misiles Tomahawk contra la base aérea de Shayrat (Homs). Fue este el lugar donde el régimen sirio orquestó el ataque químico que entonces acabó con la vida de 86 personas, treinta de ellas niños, en la ciudad de Khan Sheikhoun.

La última embestida ocurrió el sábado por la noche en medio de una ofensiva del Gobierno de Al Asad contra un grupo rebelde en la localidad de Duma, a 20 kilómetros de Damasco, en Guta Oriental. La Defensa Civil Siria, también conocida como los cascos blancos, y la oenegé Sociedad Médica Siria Americana (SAMS, por sus siglas en inglés) relataron que el primer objetivo fue un hospital de la zona, pero luego los químicos se esparcieron a las áreas residenciales provocando la muerte de al menos 42 civiles y afectaron a la salud de otros 500. Además, denunciaron que después del ataque químico los alrededores fueron bombardeados para impedir que las ambulancias pudieran socorrer a las víctimas.

En los últimos siete años, la organización médica con sede en EE.UU. ha documentado hasta 200 casos de uso de armas químicas en un conflicto que se ha cobrado ya 350.000 vidas y ha dejado cinco millones de refugiados. La situación de los civiles fue motivo de preocupación para el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien se mostró «particularmente alarmado» por un acto «abominable».

Rusia ve una coartada para una invasión

Las denuncias falsas en un entorno caótico solo tendrían por objetivo justificar una eventual invasión internacional en Siria. Esa es la tesis principal que maneja Moscú, pese a las constantes evidencias internacionales que revelan cada vez un mayor número de atrocidades. En Rusia no creen que las fuerzas gubernamentales sirias hayan perpetrado un ataque contra el bastión rebelde de Duma.

«El objetivo de estas falsas conjeturas, totalmente infundadas, es proteger a los terroristas y a la oposición radical que rechaza un arreglo político y, al mismo tiempo, intentar justificar posibles ataque militares desde el exterior», informó oficialmente el Gobierno ruso. La nota advierte que «una intervención militar en Siria bajo pretextos inventados y fabricados, donde se encuentran soldados rusos a petición del Gobierno legítimo, es absolutamente inaceptable y puede acarrear las consecuencias más graves».

Rusia considera que las denuncias son un nuevo caso de «desinformación» y recuerda que la fuente de dichas informaciones, la oenegé Cascos Blancos, fue acusada de connivencia con los terroristas, al igual que otras organizaciones con base en EE.UU. y el Reino Unido.

Moscú, en su incondicional defensa de Bachar al Asad, asegura que estamos ante una situación donde se «usan a los civiles como escudos humanos». El Gobierno de Putin considera que «aquellos que no están interesados en la pronta aniquilación de uno de los últimos nidos de terroristas en territorio sirio y no quieren un auténtico arreglo político, intentan por todos los medios obstaculizar la evacuación de civiles».

Moscú desmiente el ataque

Los militares rusos en Siria negaron ayer de forma contundente las informaciones sobre el supuesto ataque químico, e incluso se mostraron dispuestos a enviar especialistas a la zona para poder confirmarlo de una manera oficial.

La agencia oficial siria, SANA, también rechazó ayer cualquier responsabilidad de las fuerzas militares sirias en lo ocurrido y aseguró que «las denuncias del uso de sustancias químicas en Duma son un intento claro de impedir el progreso del Ejército».

Un partido con muchos equipos en el que se disputa el liderazgo mundial

m. b.

El conflicto sirio arrancó hace ahora siete años como una guerra civil y ha terminado convertido en el gran campo de juego donde se disputa el torneo internacional de lucha contra el yihadismo, una competición en la que participan poderosos países, lo que deja entrever que se dirime, además, quién es el que ostenta el liderazgo mundial. Existe coincidencia en un asunto crucial: acabar con el yihadismo. El asunto es cómo. Unos creen que para lograr ese objetivo es indispensable derrocar a Bachar al Asad, pero otros no. Y aquí está la cuestión central de una discrepancia que tiene en vilo a la comunidad internacional, que cada poco asiste impasible a las imágenes del sufrimiento infinito al que se ve sometida la población civil. Ciudadanos indefensos que, cada poco, salen en los medios internacionales sepultados por los bombardeos.

En el campo de juego están actores tan poderosos como Estados Unidos, Rusia, Turquía, Irán e Israel. Y sus desavenencias están alargando un conflicto tal vez de una forma innecesaria. El precio de la estabilidad en la zona parece ahora demasiado elevado.

La hoja de ruta

Trump quiere ordenar la salida de sus tropas en cuanto se proclame la victoria sobre el Estado Islámico. «Los rusos, los iraníes, los turcos y, por supuesto, el propio Al Asad han mostrado un mayor interés en el futuro de Siria. Están dispuestos a emplear más tiempo, recursos y vidas en este conflicto que Estados Unidos», ha explicado a la agencia EFE Melissa Dalton, analista del Centro de Estudios Internacionales. Rusia, Irán y Turquía se reunieron en Ankara el pasado miércoles para abordar la situación en Siria.

Según la interpretación de los analistas, esta cumbre puso en jaque el liderazgo internacional de Washington. Primero, porque Rusia gana iniciativa y protagonismo para buscar una salida, y segundo porque da legitimidad a Irán como un actor importante. Sin embargo, lo más relevante es que coloca a Turquía, hasta ahora un aliado de EE.UU. en la OTAN, en una posición insospechada, máxime cuando hasta hace poco exigía la marcha de Bachar al Asad. La posible salida de EE.UU. de Siria condiciona la partida a nivel mundial, una decisión que podría debilitar la lucha contra el yihadismo.