Bombardeo en Siria, ¿el fin o el principio de una escalada bélica?

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La idea es que sean unos ataques limitados. Pero podrían implicar a Estados Unidos más de lo que le gustaría a Trump y a la base de su electorado

14 abr 2018 . Actualizado a las 17:31 h.

Donald Trump compareció en horario de máxima audiencia televisiva. Ante las cámaras explicó los motivos por los que hacía una hora había comenzado a atacar Siria junto con Francia y Reino Unido. La idea es que sean unos ataques limitados. Pero podrían implicar a Estados Unidos más de lo que le gustaría a Trump y a la base de su electorado. Trump se remontó hasta los ataques químicos de la Primera Guerra Mundial para justificar el ataque militar contra las infraestructuras del presidente sirio, Bashar Al Assad, a quien calificó de «monstruo». También Francia y Reino Unido se esforzaron en marcar límites: los ataques son una señal para todo el que pudiera siquiera pensar en ataques químicos. «Se traspasó la línea roja», dijo el presidente francés, Emmanuel Macron.

El discurso ante la nación ha sido para Trump el final de una semana extrema, con las investigaciones contra su abogado personal Michael Cohen y la disputa con el ex director del FBI James Comey. Al parecer, Siria fue una de las pocas líneas rojas en estos días agitados del presidente y Trump se involucró personalmente. Había un gran temor a que la intervención de Trump en el polvorín de Oriente Medio desembocase en una gran escalada. ¿Querría Estados Unidos, con el a menudo agresivo Trump, aplicar una larga y dura revancha a quienes acusa de perpetrar o permitir ataques químicos? No fue así. La acción fue muy limitada. El secretario de Defensa, James Mattis, se esforzó en presentar una justificación irrebatible de los ataques. Pero está por ver si lo consiguió. Desde la derecha estadounidense ha habido críticas por el ataque a Siria. Trump prometió más o menos a su base de votantes que sacaría a Estados Unidos de crisis como la de Siria. Pero lanzar misiles es lo contrario a retirarse. Según Mattis, en los ataques se utilizaron el doble de armas que en el ataque del 2017, el primero de Trump en Siria.

¿Qué efectos tendrá esta intervención?

El Gobierno sirio se mostró por ahora inquebrantable. Poco después del inicio del ataque, la agencia estatal, Sana, informó de que muchos de los misiles de la «agresión enemiga» fueron interceptados. Los canales gubernamentales emitieron imágenes en las que se ve a ciudadanos saliendo al amanecer a las calles de Damasco para celebrar la resistencia, ondeando banderas. La oficina del presidente sirio, Bashar al Assad, difundió un breve video en el que se le ve entrando en el palacio presidencial, con el comentario: «(Buen) Día de la perseverancia».

Y Sana publicó una idílica fotografía del amanecer sobre Damasco. Todo ello para enviar el mensaje de que todo está bien. Pero el Gobierno sirio también se muestra agresivo en su retórica y habla de un «eje de apoyo del terrorismo» que violó el derecho internacional con su ataque a Siria. Ese tono indica que Al Assad y los suyos no tienen pensado cambiar su actitud en el conflicto civil.

Estados Unidos ya atacó al Gobierno sirio hace un año. Tras el ataque químico en la ciudad de Jan Sheijun, que dejó más de 80 muertos, Washington bombardeó el aeropuerto militar de Al Shayrat. Aquella intervención era un mensaje para Al Assad y los analistas confiaron en que propiciase una nueva dinámica en Siria y pusiese en jaque al Gobierno. Sin embargo, el ataque de 2017 apenas tuvo efecto en la guerra civil siria y los activistas opositores siguieron acusando al Gobierno de ataques químicos. En esta ocasión, los ataques se dirigieron, entre otros, contra un centro investigador en Barsha, al norte de Damasco, y destruyeron un laboratorio. En Barsha hay un centro estatal para estudios científicos e investigación que, según la prensa, sería responsable del desarrollo de armas químicas. Al parecer también fue bombardeado un depósito de armas del Ejército en la región de Homs.

Rusia, el principal aliado de Al Assad, no tardó en reaccionar y aseguró que habrá consecuencias. Vladimir Putin condenó con dureza el ataque en Siria y aseguró que Occidente se sirvió de un ataque químico falso para justificarlo. El viernes, Moscú ya había acusado directamente al Reino Unido de haber escenificado el supuesto ataque químico en Duma para provocar la intervención de Estados Unidos. Los expertos rusos, afirmó, no encontraron indicios del uso de armas químicas en el lugar.

Rusia podría considerarse ahora respaldada en sus acusaciones por el momento elegido por Estados Unidos y sus aliados para el ataque. Este se ha producido pocas horas antes de que los expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) comenzasen sus investigaciones en Siria.